El ALCA es una continuación necesaria del "libre
mercado" porque establece una base institucional legal
y formal para la total absorción, por parte de Estados
Unidos, de los recursos, ahorros, mercados, comercio y empresas
latinoamericanas. El neoliberalismo ha sido un exitazo para
Wall Street, pero aún persisten en América Latina
negocios bajo el control de intereses locales, y algunas debilitadas
legislaciones que restringen la inversión extranjera
y, en unos casos, regímenes incapaces de poner en práctica
la totalidad de las políticas de Washington debido a
la presión popular.
Con el ALCA, estos impedimentos a un total saqueo imperial
serán abolidos. Los cálculos de Washington y
Wall Street, sin embargo, subestiman el alcance y la profundidad
de la emergente ola de movimientos populares masivos contra
el ALCA y su componente militar.
Este es uno de los materiales que Masiosare presenta en este
número con el tema del Área de Libre Comercio
de las Américas, con motivo de la Reunión ministerial
que se realizará esta semana en Quito, Ecuador EN CONVERSACIONES
Y ENTREVISTAS con hombres de negocios estadunidenses y banqueros
de Wall Street, editores financieros y funcionarios gubernamentales
en Washington, así como en la lectura de diarios de
negocios y documentos públicos, resulta claro que hay
un casi unánime y entusiasta apoyo al Area de Libre
Comercio de las Américas (ALCA). La confederación
de sindicatos, AFLCIO, que, en cualquier caso, es prácticamente
impotente, busca imponer aranceles a las exportaciones latinoamericanas
para proteger a los trabajadores estadunidenses. Aparte de
algunos grupos de iglesias cristianas y organizaciones de
solidaridad con América Latina que se oponen al ALCA,
el resto de los ciudadanos estadunidenses ignoran la existencia
de la negociación comercial.
Varias preguntas importantes surgen de estos hechos:
(1) En vista del fracaso de las políticas de libre
mercado de las pasadas dos décadas en América
Latina y la creciente pobreza en México bajo el TLCAN,
¿por qué Hay un apoyo tan fuerte al ALCA?
(2) ¿Por qué es necesario el ALCA si las empresas
multinacionales estadunidenses y europeas han prosperado bajo
el actual marco neoliberal?
(3) ¿Cómo encaja el ALCA dentro de la estrategia
de guerra global de la administración de Bush?
De las megaganancias al ALCA
De 1990 a 2002, la "era dorada del neoliberalismo",
los bancos estadunidenses y las empresas multinacionales remitieron
desde América Latina un billón de dólares
en ganancias, pagos de intereses y derechos De autor. Además,
cerca de 900 mil millones de dólares en "dinero
sucio" o fondos ilegalmente obtenidos fueron enviados
por la elite Latinoamericana al extranjero, a través
de bancos estadunidenses y europeos. En el mismo periodo,
los bancos estadunidenses y europeos compraron más
de 4 mil lucrativos y antes estatales bancos y compañías
de telecomunicaciones, de transportación, petroleras
y mineras, minoristas y otras en América Latina, pero
principalmente en Argentina, México y Brasil. Los superávits
comerciales estadunidenses con América Latina cubrieron
más del 25% de su déficit con Asia o más
del 50% con Europa. Las tasas de ganancia e interés
de empresas multinacionales y bancos estadunidenses en América
Latina fueron dos o tres veces superiores a las tasas de ganancia
dentro de Estados Unidos. Las empresas estadunidenses que
se posicionaron en América Latina pudieron reducir
sus costos laborales en de 70 a 80%; las acciones estadunidenses
en los mercados latinoamericanos de minoristas, colocadas
a través de subsidiarias bancarias y locales, se incrementaron
geométricamente, especialmente en el ramo de la comida
rápida, los centros comerciales y los bienes raíces.
En otras palabras, las políticas de "libre mercado"
generaron resultados diametralmente opuestos: para las multinacionales
estadunidenses, significaron las más altas ganancias
y la mayor presencia en América Latina en los siglos
XX y XXI; y para América Latina, el peor desempeño
del crecimiento en el mismo periodo especialmente en Argentina,
Brasil y México. La pobreza y el estancamiento de América
Latina es un producto de la concentración y la centralización
de la riqueza y expansión de Estados Unidos.
Desde el punto de vista de los banqueros estadunidenses, los
regímenes "neoliberales" fueron un exitazo
y su comprensión del ALCA les dice que éste
se profundizará y prolongará los años,
literalmente "dorados", de 19902002.
Las masivas transferencias de riqueza hacia el norte han
socavado la acumulación y el crecimiento local; la
privatización ha provocado ganancias cada vez mayores
y mayor desempleo; la desregulación de los bancos ha
estimulado que éstos se apropien de los ahorros locales,
la transferencia irregular de miles de millones de fondos
ilegales de América Latina a Estados Unidos (incluyendo
la transferencia de Citibank de 100 millones De los fondos
ilícitos de Raúl Salinas), y más altas
tasas de interés y Escaso crédito para los productores
locales; los asimétricos "libre comercio y protección"
han llevado a que las empresas estadunidenses se apropien
Del comercio al menudeo, las telecomunicaciones y los bienes
raíces, y a Cuotas y restricciones a las exportaciones
latinoamericanas de bienes Agrícolas (cítricos,
azúcar, algodón, camarones, etc.), transporte,
textiles y muchos otros productos. Si excluimos el petróleo
y los productos de bajo valor agregado de las maquiladoras
extranjeras, las exportaciones de América Latina, como
porcentaje de las exportaciones estadunidenses, se han reducido
considerablemente. Si esta inmensa transferencia de riqueza
a Estados Unidos se hubiera invertido en América Latina
durante la pasada década, los niveles de vida se hubieran
incrementado en 40% y los sistemas nacionales de educación
y de salud se hubieran mejorado sustancialmente.
La conclusión es totalmente clara: el apoyo estadunidense
al ALCA se basa en las megaganancias de las políticas
de libre mercado y en la creencia de que el ALCA va a consolidar
el marco para que las altas ganancias continúen. La
desintegración de las economías latinoamericanas
y la decadencia de las sociedades latinoamericanas está
totalmente fuera del cálculo de Wall Street y Washington,
sin contar el hecho de que pueden desencadenar sublevaciones
populares. En caso de que esto acontezca, Washington está
preparado para militarizar la región, en vez de modificar
las condiciones de la explotación.
La necesidad de un ALCA
El ALCA es una continuación necesaria del "libre
mercado" porque establece una base institucional, legal
y formal, para la total absorción de los recursos,
ahorros, mercados, comercio y empresas latinoamericanas. Como
se dijo anteriormente, el neoliberalismo ha sido un exitazo
para Wall Street, pero persisten en América Latina
negocios bajo el control de intereses locales o debilitadas
legislaciones nacionales y sociales que restringen la inversión
extranjera y, en algunos casos, regímenes incapaces
de poner en práctica la totalidad de las políticas
de Washington debido a la presión popular. Con el ALCA,
estos impedimentos al total saqueo imperial serán abolidos.
Así como están concebidas, las políticas
económicas del ALCA serán dictadas por una comisión
dominada por Estados Unidos de la misma manera en la que dominó
a la OEA, al BID y a otras organizaciones regionales.
Las reglas del ALCA serán puestas en práctica
por personal administrativo controlado por Estados Unidos
y por alianzas militares. El ALCA emerge, maduro, del cascarón
neoliberal, pero también es un intento por hacer que
las políticas y estructuras regresivas se vuelvan "irreversibles".
Al eliminar los organismos ejecutivos y legislativos locales
sujetos a la influencia popular, el ALCA los sustituirá
con comisionados no electos, bajo la dirección del
Departamento del Tesoro estadunidense y el Departamento del
Comercio, quienes supervisarán y formularán
las políticas para avanzar en la penetración
estadunidense y proteger a las empresas estadunidenses no
competitivas, a expensas de los competidores europeos y los
productores latinoamericanos.
Finalmente, las multinacionales estadunidenses ven en el
ALCA un medio Para restringir el acceso de las competidoras
multinacionales europeas a los lucrativos recursos y acciones
del mercado latinoamericano. Dado el aumento del déficit
comercial estadunidense con el resto del mundo, el ALCA permitirá
que haya más superávits comerciales y facilitará
la transferencia hacia el norte de"dinero sucio".
Con el colapso y el descrédito de los regímenes
clientelares neoliberales, el incremento de los movimientos
populares y el cada vez mayor número de gobiernos progresistas
emanados de las urnas, el ALCA propone trasladar el poder
de tomadedecisión de sus desacreditados clientes locales
directamente a las manos de los funcionarios imperiales.
El ALCA y la estrategia de guerra
Mientras los funcionarios económicos estadunidenses
están preparando Las bases para el pacto del ALCA de
2005, los altos funcionarios de la administración Bush
van por un carril diferente pero paralelo: la búsqueda
de la conquista militar y la monopolización de los
recursos estratégicos petroleros a través de
la guerra y la ocupación de Irak y de las muy probables
guerras futuras y de la colonización de otros países
productores de petróleo. La convergencia entre la conquista
militar, cuya meta es el petróleo, y América
Latina se haya en los intensos esfuerzos por fomentar un golpe
de Estado en Venezuela y en promover una guerra total en Colombia.
El ascenso de los militaristas de ultra derecha en el régimen
Bush (Paul Wolfowitz, secretario adjunto de Defensa; Richard
Perle, presidente del comité del Pentágono para
Políticas de Defensa; Dick Cheney, vicepresidente;
Condoleezza Rice, consejera de Seguridad Nacional; y Donald
Rumsfeld, secretario de Defensa) significa que las políticas
represivas y de guerra por lo menos temporal tienen una prioridad
más alta que las políticas económicas
incluyendo el ALCA. Washington asume que sus regímenes
clientelares latinoamericanos y sus activos políticos
entre los serviles ministros del Exterior ³cargarán
con la bolita² de empujar el ALCA. En un sentido estratégico,
los señores de la guerra estadunidenses cuentan con
sus crecientes lazos con los militares y la policía
secreta latinoamericana (la llamada "inteligencia"
y las fuerzas de seguridad) para imponer el ALCA, si es necesario.
Hablando objetivamente, el énfasis del régimen
de Bush en la conquista militar se basa en los actuales déficits
económicos y las futuros ganancias monopólicas
que provengan del control directo sobre el petróleo
del Medio Oriente y Venezuela. En el periodo de "transición",
entre los actuales déficits y las futuras ganancias,
para compensar, Washington se propone exprimir a América
Latina. Los cálculos de la Casa Blanca y Wall Street,
sin embargo, subestiman el alcance y la profundidad de la
emergente ola de los movimientos populares masivos contra
el ALCA y su componente militar; mientras Washington continúa
con su proyecto imperial, las masas se inquietan y los regímenes
clientelares se vuelven notas al pie de página de la
historia. Queda todavía por resolverse una cuestión
de tiempos: ¿Crearán los movimientos populares
regímenes nacionalistas y socialistas antes de que
Estados Unidos pueda imponer su jaula de hierro del ALCA?
Yo le apuesto a los movimientos populares.
(Traducción: Tania Molina Ramírez)
Correo enviado por:
Revista Koeyu Latinoamericano - Caracas, Venezuela
koeyu@cantv.net <mailto:koeyu@cantv.net> - <http://www.koeyu.com/>
|