Sección Relaciones Internacionales
La jaula de hierro
 
   
   

 

 
   
Por:-James Petras 2003
El ALCA es una continuación necesaria del "libre mercado" porque establece una base institucional legal y formal para la total absorción, por parte de Estados Unidos, de los recursos, ahorros, mercados, comercio y empresas latinoamericanas. El neoliberalismo ha sido un exitazo para Wall Street, pero aún persisten en América Latina negocios bajo el control de intereses locales, y algunas debilitadas legislaciones que restringen la inversión extranjera y, en unos casos, regímenes incapaces de poner en práctica la totalidad de las políticas de Washington debido a la presión popular.

Con el ALCA, estos impedimentos a un total saqueo imperial serán abolidos. Los cálculos de Washington y Wall Street, sin embargo, subestiman el alcance y la profundidad de la emergente ola de movimientos populares masivos contra el ALCA y su componente militar.

Este es uno de los materiales que Masiosare presenta en este número con el tema del Área de Libre Comercio de las Américas, con motivo de la Reunión ministerial que se realizará esta semana en Quito, Ecuador EN CONVERSACIONES Y ENTREVISTAS con hombres de negocios estadunidenses y banqueros de Wall Street, editores financieros y funcionarios gubernamentales en Washington, así como en la lectura de diarios de negocios y documentos públicos, resulta claro que hay un casi unánime y entusiasta apoyo al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). La confederación de sindicatos, AFLCIO, que, en cualquier caso, es prácticamente impotente, busca imponer aranceles a las exportaciones latinoamericanas para proteger a los trabajadores estadunidenses. Aparte de algunos grupos de iglesias cristianas y organizaciones de solidaridad con América Latina que se oponen al ALCA, el resto de los ciudadanos estadunidenses ignoran la existencia de la negociación comercial.

Varias preguntas importantes surgen de estos hechos:

(1) En vista del fracaso de las políticas de libre mercado de las pasadas dos décadas en América Latina y la creciente pobreza en México bajo el TLCAN, ¿por qué Hay un apoyo tan fuerte al ALCA?

(2) ¿Por qué es necesario el ALCA si las empresas multinacionales estadunidenses y europeas han prosperado bajo el actual marco neoliberal?

(3) ¿Cómo encaja el ALCA dentro de la estrategia de guerra global de la administración de Bush?

De las megaganancias al ALCA

De 1990 a 2002, la "era dorada del neoliberalismo", los bancos estadunidenses y las empresas multinacionales remitieron desde América Latina un billón de dólares en ganancias, pagos de intereses y derechos De autor. Además, cerca de 900 mil millones de dólares en "dinero sucio" o fondos ilegalmente obtenidos fueron enviados por la elite Latinoamericana al extranjero, a través de bancos estadunidenses y europeos. En el mismo periodo, los bancos estadunidenses y europeos compraron más de 4 mil lucrativos y antes estatales bancos y compañías de telecomunicaciones, de transportación, petroleras y mineras, minoristas y otras en América Latina, pero principalmente en Argentina, México y Brasil. Los superávits comerciales estadunidenses con América Latina cubrieron más del 25% de su déficit con Asia o más del 50% con Europa. Las tasas de ganancia e interés de empresas multinacionales y bancos estadunidenses en América Latina fueron dos o tres veces superiores a las tasas de ganancia dentro de Estados Unidos. Las empresas estadunidenses que se posicionaron en América Latina pudieron reducir sus costos laborales en de 70 a 80%; las acciones estadunidenses en los mercados latinoamericanos de minoristas, colocadas a través de subsidiarias bancarias y locales, se incrementaron geométricamente, especialmente en el ramo de la comida rápida, los centros comerciales y los bienes raíces. En otras palabras, las políticas de "libre mercado" generaron resultados diametralmente opuestos: para las multinacionales estadunidenses, significaron las más altas ganancias y la mayor presencia en América Latina en los siglos XX y XXI; y para América Latina, el peor desempeño del crecimiento en el mismo periodo especialmente en Argentina, Brasil y México. La pobreza y el estancamiento de América Latina es un producto de la concentración y la centralización de la riqueza y expansión de Estados Unidos.
Desde el punto de vista de los banqueros estadunidenses, los regímenes "neoliberales" fueron un exitazo y su comprensión del ALCA les dice que éste se profundizará y prolongará los años, literalmente "dorados", de 19902002.

Las masivas transferencias de riqueza hacia el norte han socavado la acumulación y el crecimiento local; la privatización ha provocado ganancias cada vez mayores y mayor desempleo; la desregulación de los bancos ha estimulado que éstos se apropien de los ahorros locales, la transferencia irregular de miles de millones de fondos ilegales de América Latina a Estados Unidos (incluyendo la transferencia de Citibank de 100 millones De los fondos ilícitos de Raúl Salinas), y más altas tasas de interés y Escaso crédito para los productores locales; los asimétricos "libre comercio y protección" han llevado a que las empresas estadunidenses se apropien Del comercio al menudeo, las telecomunicaciones y los bienes raíces, y a Cuotas y restricciones a las exportaciones latinoamericanas de bienes Agrícolas (cítricos, azúcar, algodón, camarones, etc.), transporte, textiles y muchos otros productos. Si excluimos el petróleo y los productos de bajo valor agregado de las maquiladoras extranjeras, las exportaciones de América Latina, como porcentaje de las exportaciones estadunidenses, se han reducido considerablemente. Si esta inmensa transferencia de riqueza a Estados Unidos se hubiera invertido en América Latina durante la pasada década, los niveles de vida se hubieran incrementado en 40% y los sistemas nacionales de educación y de salud se hubieran mejorado sustancialmente.

La conclusión es totalmente clara: el apoyo estadunidense al ALCA se basa en las megaganancias de las políticas de libre mercado y en la creencia de que el ALCA va a consolidar el marco para que las altas ganancias continúen. La desintegración de las economías latinoamericanas y la decadencia de las sociedades latinoamericanas está totalmente fuera del cálculo de Wall Street y Washington, sin contar el hecho de que pueden desencadenar sublevaciones populares. En caso de que esto acontezca, Washington está preparado para militarizar la región, en vez de modificar las condiciones de la explotación.

La necesidad de un ALCA

El ALCA es una continuación necesaria del "libre mercado" porque establece una base institucional, legal y formal, para la total absorción de los recursos, ahorros, mercados, comercio y empresas latinoamericanas. Como se dijo anteriormente, el neoliberalismo ha sido un exitazo para Wall Street, pero persisten en América Latina negocios bajo el control de intereses locales o debilitadas legislaciones nacionales y sociales que restringen la inversión extranjera y, en algunos casos, regímenes incapaces de poner en práctica la totalidad de las políticas de Washington debido a la presión popular. Con el ALCA, estos impedimentos al total saqueo imperial serán abolidos. Así como están concebidas, las políticas económicas del ALCA serán dictadas por una comisión dominada por Estados Unidos de la misma manera en la que dominó a la OEA, al BID y a otras organizaciones regionales.

Las reglas del ALCA serán puestas en práctica por personal administrativo controlado por Estados Unidos y por alianzas militares. El ALCA emerge, maduro, del cascarón neoliberal, pero también es un intento por hacer que las políticas y estructuras regresivas se vuelvan "irreversibles". Al eliminar los organismos ejecutivos y legislativos locales sujetos a la influencia popular, el ALCA los sustituirá con comisionados no electos, bajo la dirección del Departamento del Tesoro estadunidense y el Departamento del Comercio, quienes supervisarán y formularán las políticas para avanzar en la penetración estadunidense y proteger a las empresas estadunidenses no competitivas, a expensas de los competidores europeos y los productores latinoamericanos.

Finalmente, las multinacionales estadunidenses ven en el ALCA un medio Para restringir el acceso de las competidoras multinacionales europeas a los lucrativos recursos y acciones del mercado latinoamericano. Dado el aumento del déficit comercial estadunidense con el resto del mundo, el ALCA permitirá que haya más superávits comerciales y facilitará la transferencia hacia el norte de"dinero sucio".

Con el colapso y el descrédito de los regímenes clientelares neoliberales, el incremento de los movimientos populares y el cada vez mayor número de gobiernos progresistas emanados de las urnas, el ALCA propone trasladar el poder de tomadedecisión de sus desacreditados clientes locales directamente a las manos de los funcionarios imperiales.

El ALCA y la estrategia de guerra

Mientras los funcionarios económicos estadunidenses están preparando Las bases para el pacto del ALCA de 2005, los altos funcionarios de la administración Bush van por un carril diferente pero paralelo: la búsqueda de la conquista militar y la monopolización de los recursos estratégicos petroleros a través de la guerra y la ocupación de Irak y de las muy probables guerras futuras y de la colonización de otros países productores de petróleo. La convergencia entre la conquista militar, cuya meta es el petróleo, y América Latina se haya en los intensos esfuerzos por fomentar un golpe de Estado en Venezuela y en promover una guerra total en Colombia.

El ascenso de los militaristas de ultra derecha en el régimen Bush (Paul Wolfowitz, secretario adjunto de Defensa; Richard Perle, presidente del comité del Pentágono para Políticas de Defensa; Dick Cheney, vicepresidente; Condoleezza Rice, consejera de Seguridad Nacional; y Donald Rumsfeld, secretario de Defensa) significa que las políticas represivas y de guerra por lo menos temporal tienen una prioridad más alta que las políticas económicas incluyendo el ALCA. Washington asume que sus regímenes clientelares latinoamericanos y sus activos políticos entre los serviles ministros del Exterior ³cargarán con la bolita² de empujar el ALCA. En un sentido estratégico, los señores de la guerra estadunidenses cuentan con sus crecientes lazos con los militares y la policía secreta latinoamericana (la llamada "inteligencia" y las fuerzas de seguridad) para imponer el ALCA, si es necesario.

Hablando objetivamente, el énfasis del régimen de Bush en la conquista militar se basa en los actuales déficits económicos y las futuros ganancias monopólicas que provengan del control directo sobre el petróleo del Medio Oriente y Venezuela. En el periodo de "transición", entre los actuales déficits y las futuras ganancias, para compensar, Washington se propone exprimir a América Latina. Los cálculos de la Casa Blanca y Wall Street, sin embargo, subestiman el alcance y la profundidad de la emergente ola de los movimientos populares masivos contra el ALCA y su componente militar; mientras Washington continúa con su proyecto imperial, las masas se inquietan y los regímenes clientelares se vuelven notas al pie de página de la historia. Queda todavía por resolverse una cuestión de tiempos: ¿Crearán los movimientos populares regímenes nacionalistas y socialistas antes de que Estados Unidos pueda imponer su jaula de hierro del ALCA? Yo le apuesto a los movimientos populares.

(Traducción: Tania Molina Ramírez)

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