Sección Relaciones Internacionales
Crónica de los brigadistas: vigésimo primer día de la invasión
 
   
   

 

 
   
Por:-Brigadistas Abri de 2003 Irak

Bagdad/Madrid, 9 de abril de 2003

Los brigadistas transmiten una petición expresa para que todas las iniciativas y gestiones que se puedan hacer desde el Estado español en su apoyo, estén orientadas a facilitar su salida de Bagdad cuanto antes y en condiciones de seguridad puesto que ninguno de ellos desea continuar en Iraq una vez que se produzca la efectiva ocupación militar del país por parte de EEUU

A las 15.30 de la tarde hora local, los miembros de la Brigada han informado que una columna estadounidense compuesta de tropas, carros blindados y artillería estaba penetrando en el barrio donde se ubica su alojamiento, concretamente por la calle Al Fatah, una de las dos avenidas entre las que se encuentra el lugar donde se alojan, a una distancia de 50 metros. La columna se ha desplazado casi en su totalidad hacia la parte central del barrio y algunos marines se han apostado en la azotea de la estructura bombardeada del que fuese el Ministerio del Aire, en la zona adyacente al Teatro Nacional.

Durante toda la mañana de hoy y la tarde de ayer se han efectuado gestiones para posibilitar la protección de los brigadistas ante la entrada de las tropas estadounidenses en Bagdad. Habida cuenta de que la zona donde se encuentra la Embajada de Cuba sigue siendo objeto de fuertes combates y que los brigadistas han considerado que era más aseguro permanecer en el refugio en el que se encuentran, desde el Estado español se han puesto en marcha diversas iniciativas para que los miembros de la Brigada pudieran recibir la protección de la Embajada del Vaticano en Bagdad, cuya sede, además, se encuentra a solo tres manzanas de su refugio.

En esas gestiones ante el Nuncio del Vaticano en Bagdad han intervenido directamente diversas instituciones, como el Rectorado de la Universidad Autónoma de Madrid, el Arzobispado de Sevilla y el propio Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA). Tras informar a los brigadistas, dos de ellos, Carlos Varea y Javier Barandarain, han acudido a la sede diplomática para entrevistarse con el Nuncio, Monseñor Fernando Pilone, quien les ha comunicado que su sede no puede acoger su presencia comprometiéndose exclusivamente a proporcionarles ayuda humanitaria en el caso de que la requiriesen. El Nuncio ha apelado a la Convención de Viena por la cual los civiles extranjeros no pueden ser atacados, ha indicado que no hay riesgo de peligro para ellos a pesar de la ocupación militar de las tropas estadounidenses y se ha referido concretamente al “espíritu democrático que alienta al ejército estadounidense” y a que, por tanto “son personas que respetan las opiniones distintas a las propias”.

Tras abandonar la Embajada del Vaticano en Bagdad, los dos brigadistas se han acercado con su vehículo hasta la Plaza en la que se encuentra el Hotel Palestina, epicentro en el que se han concentrado las tropas de ocupación estadounidenses y a la que han podido acceder sin problemas una vez aparcada su furgoneta. A diferencia del trayecto que conduce hasta la plaza, ésta está totalmente rodeada de tropas, de carros de transporte y de dos tanques. Las tropas de ocupación estadounidenses controlan el tráfico vial que no está interrumpido a pesar de que apenas hay coches desplazándose. Los soldados, repitiendo una consigna de mantener un trato amable con la población, no oponen controles a las personas que se aproximan al recinto de la plaza. Son muy jóvenes y se les ve bastante inseguros y nerviosos por lo que trasnmiten una sensación de incertidumbre de gestos muy inquietante y peligrosa. En la plaza, una cincuentena de personas, jóvenes en su mayoría, se arremolinaban junto a los tanques y a los vehículos militares mientras los medios de prensa emitían sus crónicas ante las cámaras a la espera de que un tanque estadounidense arrancase la estatua de Sadam Husein del pilón donde estaba erigida.

Después de tener un encuentro con algunos periodistas del Estado español, los brigadistas han regresado con naturalidad a su vehículo y se han desplazado por las calles adyacentes hasta su lugar de refugio. A diferencia de la gran avenida en la que se abre la plaza del Hotel Palestina, las calles y callejuelas adyacentes no muestran signos de presencia masiva de tropas de ocupación en lo que constituye un control militar muy precario. Únicamente algunos marines están situados en alguna esquina. Los brigadistas han podido ver algún episodio de pillaje que en ningún caso, afirman, es generalizado: algunas personas sacaban sillas de despacho de oficinas administrativas; otras, algunos electrodomésticos y, todo ello, ante la presencia impasible de los soldados estadounidenses que mirando las escenas dejaban hacer sin intervenir en ningún caso.

El embajador de Cuba Ernesto Abascal, ha transmitido a los brigadistas una intensa preocupación ante la evidencia de que en la zona donde se ubica su sede diplomática, en al Mansur, se han seguido desarrollando durante todo el día fuertes combates. Toda la zona está controlada por tanques y a las 20.00 horas de la tarde se seguían produciendo bombardeos y ataques de artillería en el área, por lo que su acceso a la Embajada reviste mucha dificultad no estando siquiera garantizada la seguridad de sus propios funcionarios.

Ante esta situación y con el fin de preservar su integridad física y no poner en riesgo su seguridad personal, la Brigada ha determinado seguir alojada en el refugio en el que se encuentran, cuyas instalaciones ofrecen garantías de seguridad suficientes. En todo caso, los brigadistas transmiten una petición expresa para que todas las iniciativas y gestiones que se puedan hacer desde el Estado español en su apoyo, estén orientadas a facilitar su salida de Bagdad cuanto antes y en condiciones de seguridad puesto que ninguno de ellos desea continuar en Iraq una vez que se produzca la efectiva ocupación militar del país por parte de EEUU.

El CSCA y el propio Rectorado de la UAM están ya realizando gestiones para favorecer que el Comité Internacional de la Cruz Roja pueda garantizar su salida en condiciones cuando se organice el primer plan de evacuación. Mientras tanto, los brigadistas están en buen estado, tranquilos y seguros; disponen de víveres y agua suficiente así como de medicinas, y el lugar en el que se alojan sigue albergando las condiciones mínimas para su seguridad. Hasta el momento, al menos, no hay restricción de movimientos por parte de las tropas de ocupación estadounidenses si bien, la prudencia les impone estar muy alerta y no desplazarse sin cautela.

Como todos, los brigadistas han conocido la ocupación del centro de Bagdad con desconcierto e incredulidad, particularmente, porque a las 11.00 horas los brigadistas han podido constatar que en el corazón de Bagdad reinaba la calma aunque se podían oír nítidamente desde primera hora de la mañana intercambios fortísimos y permanentes de ráfagas de artillería procedentes de los combates que se están llevando a cabo en la parte suroeste de la ciudad. A esa hora, en la plaza del Hotel Palestina y en sus calles y avenidas adyacentes, no había presencia de tropas militares estadounidenses ni tampoco de efectivos del ejército iraquí, milicianos o civiles armados.

Los brigadista señalan que a pesar de las imágenes mostradas por la TV desde la Plaza del Hotel Palestina, la población de Bagdad no ha recibido a las tropas estadounidenses sino encerrados en sus casas. Las calles estaban prácticamente vacías y los escasos viandantes mostraban perplejidad ante una "calma" que se intuye es solo relativa.

 

 
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