Desde el 2 de diciembre el imperialismo norteamericano y
sus fuerzas internas representadas por los empresarios de
Fedecámaras y los "sindicalistas" de la CTV
(Central de Trabajadores sostenida por cuatro décadas
de corrupción) están intentando cambiar el escenario
de la revolución pujante que comanda Hugo Chávez.
Indignados porque sus privilegios habían sido recortados
por el paquete de leyes populares dictadas por el Gobierno,
pero sobre todo acicateados por la imperiosa necesidad que
hoy tiene Estados Unidos de apoderarse del petróleo
venezolano y derivar su explotación a las arcas de
las multinacionales gringas como Exon y Unocal, la oposición
trata de generar un nuevo Chile del 73, que termine con el
mandato popular de Chávez.
Mucho agua bajo el puente ha corrido en este mes y medio
de "lock out" patronal en que se intentó
paralizar la producción petrolera, se amenazó
a comerciantes y empresarios que renegaban del "paro
cívico", se asesinó a militantes populares
con balas de la policía del alcalde Alfredo Peña
y ahora se trata de quebrar la economía cerrando bancos
o generando "desobediencia tributaria". Sin embargo,
esta descomunal ofensiva reaccionaria que en cualquier otro
país "democrático" hubiera sido reducida
a sangre y fuego, no pudo quebrar la potencia revolucionaria
del pueblo venezolano. Muy por el contrario, cada día
son más los hombres y mujeres de ese país que
se suman a las estructuras de organización popular
para hacer frente a los golpistas.
A nadie se le escapa que lo que ocurre hoy en Venezuela es
vital para el futuro latinoamericano, un continente que pese
a la descomunal campaña guerrerista norteamericana
de características mundiales- está otra vez
desentumeciéndose y generando respuestas populares
a tanta miseria, represión y autoritarismo. Venezuela
y Cuba son la punta de un iceberg restaurador que ya cuenta
con Brasil y Ecuador para ir generando un frente de rechazo
al voraz apetito de Washington y su comparsa de multinacionales.
Eso es precisamente lo que quieren quebrar. Eso es, no nos
caben dudas, lo que tratarán de derrotar en Venezuela,
para luego irradiar como "acción ejemplarizadora"
al resto de la región. Demostrar, de la única
manera que ellos saben, que "no se puede" apostar
a gobiernos independientes, dignos, soberanos, solidarios
a nivel de las relaciones interamericanas.
El ejemplo lo ha dado el Brasil de Lula acudiendo inmediatamente
en auxilio de ese pueblo hermano y demostrando que a la hora
de las solidaridades urgentes no valen las especulaciones
oportunistas. Si Venezuela necesitaba petróleo, no
se le podían ofrecer palabras de consuelo sino petróleo.
Y esta acción sirvió para derrumbar otra maniobra
de los golpistas.
Por eso decimos que Venezuela somos todos, que lo que ocurre
en estos días en las calles de Caracas no nos puede
dejar indiferentes. Que con nuestras movilizaciones en cualquier
parte del mundo para denunciar las maniobras imperialistas
estamos construyendo nuestro futuro y el de nuestros hijos.
Si el imperio elige la guerra y no sólo lo vemos en
Venezuela sino en lo que se aprestan a hacer en Iraq- nosotros
elegimos la resistencia. Pero no podemos quedarnos impasibles
esperando que los enemigos de nuestra propia independencia
sigan avanzando y amenacen con convertir a Chávez en
otro Salvador Allende. Si no nos movemos hoy, no nos quejemos
mañana de lo perdido.
Venezuela necesita a Latinoamérica y el Tercer Mundo
así como el continente necesita una Venezuela soberana,
revolucionaria y solidaria. No olvidemos. si cae Venezuela,
"digo es un decir", como afirmaba el poeta refiriéndose
a la España republicana, caemos un poco todos. Sin
ninguna duda.
Por eso: Llenemos de marchas, manifestaciones y concentraciones
las calles del mundo en respaldo a la revolución bolivariana
y en repudio al golpismo y a la intervención norteamericana.
En Argentina, desde "Resumen Latinoamericano" nos
sumamos a la iniciativa de marchar el Lunes 13 de enero a
las 18 hs. Desde Av. Lacroze y Cabildo Hacia la Embajada (Virrey
Loreto 2035) acompañando la iniciativa de
SOLIDARIDAD ARGENTINA CON LA REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
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