Miles de personas en el recuerdo de los dos piqueteros asesinados
Hubo música, incluyendo temas inspirados por los jóvenes
asesinados por la Bonaerense. Hubo una olla popular para miles
de manifestantes. También grafittis. La bronca, la
alegría, las canciones, las presencias en la jornada
de protesta y memoria a un mes de la masacre.
Alegría, en esas caras chiquitas, inocentes, pintadas
con detalle, que se ríen mientras bailan sobre la avenida
Mitre, con mariposas turquesas y celeste y blancas dibujadas
sobre los ojos. Rabia, sin más explicación,
en esos puños al cielo, en esos gritos desencajados
que se escuchan sobre el escenario, en esos pañuelos
negros que dicen “Darío presente”. Dos
emociones que se suceden en apenas unos minutos, mientras
la murga “Tocando fondo”, de La Plata, apacigua
lentamente su entusiasmo y los compañeros de Darío
Santillán, del MTD de Lanús, se sostienen entre
ellos y se preparan para el cierre de la jornada cultural
en homenaje a los dos piqueteros asesinados por la policía.
“Hoy, a un mes de ese 26 de junio trágico, queremos
cantar un tema en homenaje a Darío”, dice entonces
uno de sus amigos desde el micrófono. Y enseguida arranca
la canción, desprolija, bien rocker, con un artista
callejero que se hace llamar “Burgueño”
liderando el coro de amigos y compañeros: “Quisiera
cantar esta canción/ para un ser querido que luchó/
tu valor nos cambió la vida”.
La tarde empieza a desdibujarse. El sol se pierde detrás
de los galpones vacíos, corroídos por el óxido
y la falta de uso, que se perfilan desde el cruce de Pavón
y Mitre, una esquina más de aquella Avellaneda industrial
que ya no podrá ser reflejada en los blues de Manal.
Tiempos difíciles, que se comprueban en los costados
de la calle, llena de comercios cerrados y otros improvisados
para la venta ocasional de choripanes y empanadas. El gris
del asfalto contrasta con la multitud, colorida, que después
de prenderse en el baile se pone seria para escuchar a los
piqueteros que compartían trabajo, vida y militancia
con Darío en el barrio La Fe.
“Y yo te pido por favor/ que no me dejes descansar/
en la misma tumba de la gloria”, cantan desde el escenario
los chicos del MTD, que llevan remeras blancas con la foto
de Santillán y agitan una bandera argentina escrita
con aerosol. Son más de las cinco de la tarde. La muchedumbre
los escucha en silencio, respetuosa del dolor ajeno, que también
es propio. Más de cinco mil personas ocupan toda la
cuadra que va desde el Puente Pueyrredón hacia la estación
de Avellaneda, y también hay gente en las calles adyacentes,
agrupada en torno a banderas, pancartas o termos con mate.
Con la canción dedicada a Darío, basada en una
versión más lenta de la melodía de Fito
Paez, terminan las actividades en la calle.
Han pasado siete horas desde que empezó todo. En el
paredón que se ve desde el puente, a la derecha yendo
para provincia, ya se ven los primeros trazos del mural que
preparó la Red de Muralistas: Darío y Maxi,
entre banderas, en el medio de una columna de manifestantes,
avanzan con una caña a modo de lanza. Al pie de la
pared, justo abajo del puente que viene de Capital, se descubren
las ollas ennegrecidas y los restos del fuego en el que se
cocinó un guiso de fideos, arroz, papas y carne para
las más de dos mil personas movilizadas por los MTD
de Lanús, Solano, Almirante Brown, Glew, Wilde, Guernica
y Esteban Echeverría.
Al mediodía, el olor a comida cruzaba de esquina a
esquina lo que hace un mes fue el escenario de la cacería
policial. “Este es un guiso de alitas”, se reía
entonces Estela, de 44 años, ama de casa desocupada
de Wilde, mientras bromeaba con su amiga Lucía, quien
hace unos meses la invitó a sumarse al movimiento de
desocupados. “Tenemos más ganas de seguir luchando
que nunca. Porque es una injusticia lo que hicieron, pero
si nos quedamos nos van a pisar”, dijo Lucía
a Página/12 entre cacerolas y elementos de cocina.
A metros de allí, sobre las dos veredas de Mitre, se
habían instalado varios puestos para mostrar lo que
se hace en los talleres productivos del MTD: herrería,
panadería, ropero comunitario y artesanía. Y
también estaban los bloques de cemento que fabricaba
Darío.
A la tarde, la gente caminaba de puesto en puesto, mirando
fotos, escuchando la radio abierta que transmitía una
entrevista a Santillán. Todos se detenían ante
un enorme cartel de tela blanca que decía “Dedicatoria
pública a Darío y Maxi” y que contenía
muchísimos mensajesdirigidos a los dos chicos. “Darío
fuiste y serás mi compañero, el que me enseñó
todo lo que hoy sé.” “Maxi, inspirabas
paz y solidaridad. Siempre vas a estar en nuestros corazones.”
Cientos de firmas, anónimas, llamando a la lucha y
a seguir el ejemplo. Al costado de la bandera, Mara Kosteki,
la hermana de Maxi, acompañaba de cerca una cartelera
con los dibujos y algunas fotos de su hermano, que quería
ser artista plástico.
De nuevo son las seis de la tarde. El Bloque Nacional Piquetero
se ha retirado, luego de separarse del acto principal para
asomarse por el puente Pueyrredón y regresar por otro
lado. Pero el grueso de la gente sigue detrás del palco,
y se ubica tras las banderas de la Verón para marchar
a la estación ferroviaria, donde se hará el
homenaje final. Los padres de Santillán se anticiparon,
buscando un poco de intimidad. La multitud llega al edificio
de estilo inglés veinte minutos después. Mabel
Ruiz, la madre de Kosteki, y Claudia, la novia de Santillán,
se acercan al patio descubierto, donde se levantó un
monolito con bloques de cemento del barrio La Fe y cerámica
elaborada por los obreros de la fábrica Zanón,
que es gestionada por sus trabajadores. Las dos mujeres, cada
una a su tiempo, hacen su homenaje íntimo en silencio.
OTRA VEZ
la trampa/cacería/mentira/asesinato a sangre fría
León Suárez/Ezeiza/Trelew/treinta mil
Camps/Fanchiotti
Se lo buscaron/se matan entre ellos
las fuerzas del orden no usan armas de fuego
(ah bueno)
ni actúan por fuera de la ley
(ah bueno)
únicamente contra los ladrones/subversivos/piqueteros/
en la oscuridad /pozos/ o de dia en las estaciones de tren
/mas democrático
lástima las fotos (no les alcanza con Cabezas)
y las filmaciones
y los cuerpos/golpeados/moribundos/sangrados/muertos/acomodados/que
risa
Otra vez
cuerpos jóvenes/de barba/ Che/puta morir asi que embole
Ñancahuazú en Avellaneda
testimonio de lucha y dignidad/valientes/queridos compañeros
Como hace años
tantos
Como la puta porfiada esperanza
Maximiliano y Darío
también seguirán estando
Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Junio, 2002
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