Nuestra Poesía
Por Francisco Redondo (Septiembre 2006)
La hipocresía por capa, la falsía por espada.
Soneto moral.- 7
Ni un escrúpulo privó a Su Santidad
de parir erudita parrafada:
de Cristo el logos,
del Islam la espada,
a riesgo de hacer trizas la Verdad.
¿Qué nube le ocultó la Realidad:
mil setecientos años de Cruzada,
la Cruz al pecho, la Tizona alzada
por expandir la Santa Cristiandad?
La Inquisición, que ahora presidía,
¿qué logos presentaba a Galileo
a su propuesta del heliocentrismo:
los argumentos de la Astronomía
o del candente hierro el centelleo
y la Santa Razón del Catecismo?
Y en este suelo mismo,
la Cruz que un día conquistó Granada
y aquel terror de Franco ¿eran Cruzada?
Racismo teológico.
(Sonetillo con
estrambotillo
pero no antisemitillo, que semitillos también,
además de los hebreillos (la mayoría más buenos
que el panecillo),
son los morillos, arabillos y muchos cristianillos,
pero sí antisionillo porque lo sionillo es un gran error,
que no errorcillo)
El racismo es el error
que, entre las razas humanas,
distingue enfermas de sanas,
siendo la propia mejor,
y, al creerse superior,
sin contemplaciones vanas,
esclaviza a las insanas
en su rol dominador.
Y el más radical de todos
los racismos que yo veo
siempre asentó su Verdad,
con teológicos modos,
en el Supremo Deseo
de la Absoluta Deidad.
Mas digan, por Caridad,
si Dios ya eligió al hebreo,
¿qué
pintan moros ni godos
en su Infinita Bondad?