¿Qué leer?
Un breviario bibliográfico sobre la crisis española de los años treinta.
Pepe Gutiérrez-Álvarez
Artículo actualizado al 2 de Diciembre de 2008
Recuerdo que, a principios de los años ochenta, la barcelonesa editorial Fontamara estuvo estudiando la posibilidad de adaptar al castellano un libro que en aquel momento acababa de aparecer "chez Maspero", obra del estudioso Jean-Marie Brohm (del que se habían editado aquí al menos un par de libros de cierto impacto, uno sobre el marxismo y el psicoanálisis, y otro que ofrecía una visión muy crítica de la utilización que el sistema hacía de los deportes). Si no recuerdo mal, su título era Qué lire?. Bibliographie sur la revolution. Era un verdadero compendio dividido por clásicos socialistas, temáticas primordiales, escuelas y grandes citas cronológicas de la historia social, una verdadera joya didáctica que contaba con un problema obvio, a saber, que sus referentes franceses no se correspondían con los españoles, sobre el que además habría que considerar las ediciones en catalán así como muchas sudamericanas, en especial mexicanas y argentinas que conocieron una extensa difusión por aquí. El proyecto dio lugar a una pequeña comisión que se engarzó en un debate sobre el enfoque y el alcance del proyecto, los problemas metodológicos que planteaban ya que se trataba no de ofrecer una introducción bibliográfica o más abierta posible, necesaria ya que se sospechaba que la compra de ejemplares no equivalía a que esos fueran leídos La discusión se quebró desde el momento en que otra editorial (creo que Dédalo con un equipo liderado si no recuerdo mal por el entonces marxista Gabriel Albiac), había tenido la misma idea y además, la había puesto en práctica aunque posiblemente para arruinarse ya que se trataba de un volumen el triple de grueso que el de Maspero (sus criterios fueron meramente acumulativos), y el tiempo que venía se anunciaba de crisis, de manera que la mayor parte de las editoriales militantes acabaron cerrando.
He recordado aquella experiencia al escribir estas notas que bien podría haber sido (eso
sí, resumidas), las propias del proyecto que -desde la perspectiva que representaba-,
habría podido incluirse en aquel compendio destinado a ayudar a los que querían hacer
crecer sus conocimientos sobre una cuestión sobre la cual, nunca se podrá dar un
consenso. No lo habrá por supuesto entre los dos grandes bandos, al menos en la disputa
de las interpretaciones, pero tampoco la habrá entre la que atravesó la República por
más que frente a la represión y sus secuelas en el olvido (en el "ninguneo" de
las víctimas), sea necesaria el mayor respeto y concordancia posible. Tampoco lo será
porque ésta no es sola una herida abierta, también resulta ser un condicionante de
primer orden porque como decía con razón un historiador conservador germano, el pasado
no quiere irse. Además, como tema histórico, no hay apenas semana que no se registre una
nueva aportación que obliga a los estudiosos y a los divulgadores (que son legión en los
"medias" instalados en las orillas del "centrismo"), en mayor o menor
grado, a ajustar criterios sobre tal o cual punto y controversia.
En el tema que nos ocupa, suele ser ya habitual recordar su extraordinario alcance
bibliográfico solamente inferior al suscitado por la revolución francesa. Lo que ya no
se habla tanto es de su cronología, o de las circunstancias en que la gente de a pie de
este país ha tenido acceso a dicho torrente. Hasta bien entrado los años setenta, la
única bibliografía realmente existente era la que hacía apología de la Victoria. Tanto
era así que las primeras novelas o películas que trataban a los republicanos como seres
humanos, causaron por entonces bastante sensación. Un poco más tarde, fue ya posible
encontrar "bajo cuerda" o sea ilegalmente, los primeros estudios reconocidos,
como los de Hugh Thomas, Gabriel Jackson, o Manuel Tuñón de Lara, una corriente que se
asentará como dominante en el curso de la Transición, y que se sitúa en la defensa de
la República reformista y democrática como el horizonte insuperado de la historia.
Entonces bastaba que fuesen infinitamente más serios que los de la España oficial, que
desmotaran toda la palabrería sobre "la Cruzada", que analizaran la guerra
civil como un conflicto entre la democracia y fascismo situado como un prólogo de la II
Guerra Mundial, o sea como parte del enfrentamiento entre los Aliados y el Eje. Dado que
también por entonces comenzaban a llegar los primeros libros y las primeras películas
sobre el judeocidio, la evidente connotación entre el 18 de julio y el nazismo, nos
ayudó en la "toma de conciencia" de parte de una generación más liberada de
la mansedumbre de los años más oscuros, abierta a las heterodoxias, y beneficiada por la
irrupción del libro de bolsillo.
Fuera del ámbito legal, o sea en el extranjero que era el exilio para los republicanos,
estos primeros estudios fueron ampliados por muchos otros, algunos de los cuales ponían
más el acento en la crisis social, como fue el caso del laborioso trabajo del
ladrillero-militante-historiador José Peirats, La CNT en la revolución española, y lo
serían igualmente, la obra de Broué-Témine, ampliamente citada en este trabajo y cuyo
enfoque se caracterizaba como "trotskista", y también La crisis española de
los años treinta, de Carlos Mª Rama, en ambos casos en edición del Fondo de Cultura
Económica, editorial que se sabía fundada por republicanos en México. Broué escribió
también el breviario sobre La revolución española (Barcelona, Península, 1977;
reeditado por el colectivo En lluita, Barcelona, 2007), y más recientemente Staline et la
revolution. Le cas espagnol (1993), aparte de numerosos artículos y ponencias, parte de
los cuales se encuentran en la colección de la revista Cahiers Léon Trotsky, de la que
fue durante muchos años el principal animador científico
Más polémico que el Broué-Témine -o menos protegido- resultó el trabajo de Burnett
Bolloten, literalmente "pirateado" y trastocado por el flamante y prepotente
Ministro de la Propaganda, Manuel Fraga Iribarne, quien instrumentalizó el libro
desoyendo la voz del autor, cambió el título de El gran camuflaje por La gran traición,
etc. Se trataba de disparar contra José Bergamín que había firmado un manifiesto a
favor de los mineros en huelga en Asturias, hacía una contribución a la ceremonia de la
confusión tratando de reforzar el enfoque oficialista del régimen según el cual el
llamado "Alzamiento" del sector fascista del ejército estuvo motivado ante todo
para evitar una revolución comunista, un argumento minuciosamente rebatido en el libro El
mito de la "Cruzada" de Franco (Ruedo Ibérico), de Herbert R. Southwoorth,
autor totalmente identificado con el esquema República=Aliados (1).
Será precisamente esta última editorial, la más combativa, representativa y pluralista
del exilio, la que de manera más contundente contribuye a reforzar la interpretación
revolucionaria con la reedición de la obra de Peirats, del testimonio del comunista
austriaco Frank Borkenau, El reñidero español, la edición de obras de Andrés Nin (Los
problemas de revolución española), Joaquín Maurín (Revolución y contrarrevolución en
España), Andrés Suárez alias de Ignacio Iglesias (Un episodio de la revolución
española: el proceso contra el POUM), del propio León Trotsky (Escritos sobre España),
así como el monumental trabajo de Fernando Claudín, ampliamente citado
Andrade
ofrece una visión lo más ponderada que supo hacer en su prólogo a la antología de
escritos de Andréu Nin para Ruedo Ibérico, Los problemas de la revolución española de
la que existe una edición reciente auspiciada por la Fundación Andreu Nin. El libro del
expoumista Ignacio Iglesias contra Trotsky tiene su pequeña historia editorial ha
conocido hasta tres versiones en castellano: Trotsky y la revolución española, Bilbao,
Zero, 1976; Trotsky y España (1930-1939), Madrid, Júcar, 1977, aparte de una última
para Laertes: Experiencias de la revolución española (el POUM, Trotsky y la
intervención soviética)
En la argumentación de Iglesias -centrada en la idea
reiterada hasta el cansancio de que Trotsky se limitó a repetir en España los esquemas
de la revolución rusa-, se confunden criterios poumistas pasados, con reacciones del
presente, en el que se escribió el libro (mitad de los años setenta), hostiles por
ejemplo al mayo del 68 o al Chile de Allende, y no digamos hacia el trotskismo del 68.
Incluso llega a asegurar que los trotskistas españoles de su época apenas si fueron
tales
Esta línea editorial será continuada en la década siguiente por editoriales como
Fontamara, ligada a la LCR, y que, en colaboración con el historiador Pelai Pagès
publica un nueva antología española de Nin (La revolución española), así como otra de
Trotsky, el libro de Casanova (Borten), una antología de la revista Comunismo, así como
el testimonio de Souchy sobre las colectivizaciones. Pagès será el autor de Andreu Nin:
su evolución política (1911-1937) (Bilbao, Zero, 1975; cuya edición revisada prepara
Laertes) y de El movimiento trotskista en España (1930-1935), (Barcelona, Península,
1977), así como de un extenso abanico de trabajos en revistas de historia como L´
Avenç, y más recientemente de Cataluña en guerra y revolución (1936-1939), aparecido
en la colección España en Armas, de Espuela de Plata
Del más alto nivel es el estudio "desde abajo" de Chris Ealham, La lucha por
Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937 (Madrid, Alianza, 2005), fundamental para
conocer el ascenso y declive de la "revolución a medias" que impulsó la CNT.
Ealham es uno de los autores incluidos en el "Especial" de la revista Viento Sur
(nº 93, mayo del 2007), titulado Combates por la revolución en la guerra española, que
combina textos poumistas (Nin, Andrade, Mª Teresa García Banús), de reconocidos
estudiosos del POUM (Pelai Pagès, Andy Durgan, Reiner Tosstorff), con otras plumas de la
propia revista (que continúa la tradición de la LCR)
Este número, que ha tenido
una difusión muy superior al de la media de la revista, no habría sido posible sin la
colaboración de la Fundación Andreu Nin
En su conjunto, se trata de una
contribución amplia y fundamentada, muy alejada del tono oficialistas de los grupos que
reeditan a Trotsky (como la selección aparecida en las ediciones Federico Engels), así
como a Morrow o Casanova, y que no ven la necesidad de reconsiderar nada.
Muy activa fue Júcar con su colección de "Crónica de España" que incluía
diversas antologías de signo poumistas elaboradas por Víctor Alba (La Alianza Obrera, La
Nueva Era, La revolución española en la práctica), y un largo etcétera que incluye los
trabajos de Manuel Grossi y el de Narcís Molins i Fábrega sobre la revolución
asturiana. En los años ochenta será sobre todo Laertes la que publique el minucioso
estudio de Andy Durgan, BOC (1930-1936), que ofrece una minuciosa visión de la historia
de los comunistas heterodoxos españoles con notas muy ponderadas sobre sus afinidades y
divergencias con Trotsky, trabajo ampliado por el opúsculo Trotsky, el POUM y la
revolución española (Barcelona, En lucha, 2008), el más completo que se ha hecho hasta
ahora considerando que Broué no entra en el conflicto. Laertes ha editado también
acopios de Julián Gorkin e Ignacio Iglesias, así como diversas obras de reconocidos
poumistas así como el extenso estudio de Judit Camps y Emilio Olcina, Les milicies
catalanes al front d´Aragó
Llegados aquí me permito llamar la atención sobre el
exhaustivo estudio del discípulo de Pierre Broué, Josep Antoni Pozo González: El poder
revolucionari a Catalunya durant els mesos de juliol a octubre de 1936. Crisis i
recomposició de l´ Estat. Tesis doctoral defendida el 21 de junio de 2002, Departament
Historia Moderna i Contemporania, Universitat Autónoma de Barcelona, y que se encuentra
"colgada" en la Red, y que se ha hablado de que podría editarlo Renacimiento de
Sevilla, editorial. Como ejemplo de divulgación "canóniga" tenemos El
trotskismo en España. Las organizaciones trotskistas en el Estado español desde 1930 a
la actualidad, escrito por Luís González (Madrid, Ed. POSI, s/f), que establece una
línea directa entre Trotsky y su grupo (el POSI), una suerte de cancerbero del genuino
"trotskismo" (2).
En las dos últimas décadas del siglo XX, este tipo de obras sufrieron un profundo
socavón, y fue necesario un gran esfuerzo para recuperar el hilo extraviado y que algunos
daban por perdido, sin embargo, desde los últimos noventa comenzó un nuevo proceso de
recuperación del pensamiento crítico y de la "memoria histórica", un cambio
que lejos de remitir, aumentaría con el tiempo como lo muestra todo lo que se ha
publicado alrededor del setenta aniversario de los acontecimientos del mayo de 1937 en
Cataluña Siguiendo con el hilo del sector revolucionario mayoritario, el
anarcosindicalismo, cabe registrar el estudio (francamente apasionado) de Miquel Amorós
La revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti
(Virus, Barcelona, 2003), que es una biografía de Balius ampliada a Los amigos con los
que se identifica el autor. Lo de "traicionada" se refiere especialmente a los
planteamientos "circunstancialistas" de la CNT-FAI ya que los estalinistas
hicieron lo que les era propio -la contrarrevolución-, y dado que su estimación un tanto
paranoica sobre el "leninismo" como una variante del fascismo (ver Kaosenlared),
su actitud ante el POUM ("El episodio del POUM y la Guerra Civil retrasaron la
evolución hacia la socialdemocracia que Maurín y la mayoría emprendieron sin
problemas", p. 46); también ofrece alguna información sobre los
bolcheviques-leninistas cuando estos le vienen al pelo.
Posiblemente, las más lúcidas posiciones anarquistas sobre la revolución española se
encuentran en mi opinión en Guerra de clases en España 1936-1937 de Camillo Berneri
(Editorial Tusquets), de la que es abiertamente deudora la obra de su yerno, Vernon
Richard Lecciones de la revolución española, (Campo Abierto la ha reeditado hace poco).
Se trata de dos aportaciones críticas que merecen ser estudiadas junto con otras previas,
pero igualmente apasionante como la de Valeriano Orobón Fernández, agrupada en la
edición de sus escritos: Anarcosindicalismo y revolución en Europa (edición de la CGT
de Valladolid a cargo de José Luis Gutiérrez Molina. De gran valor es el testimonio de
H. E. Kaminski, Los de Barcelona (Barcelona, Ed. del Cotal, 1977).
Este cuadro aparece ampliado en la recopilación aparecida en Alikornio (editora de Mary
Low y de Mika Etchebéhere), Barcelona, mayo 1937. Testimonios desde las barricadas
(Barcelona, 2007). Sus editores (C. García-H. Piotrowski y Sergi Rosés, recogen
aportaciones de testigos y participantes que van desde las que justifican los
posicionamientos oficialistas confederales y poumistas hasta las de anarquistas,
trotskistas y bordiguistas, que coinciden en la convicción de que en estas fechas se pudo
reabrir la revolución. El libro se cierra con un cuadro biográfico bastante útil. Otra
contribución en una línea próxima es la de Agustín Guillamón, Barricadas en
Barcelona. La CNT de la victoria de julio de 1936 a la necesaria derrota de mayo de 1937,
título de prosa bastante indicativo de las tesis del autor; la derrota del 37 fue
prolongación natural de las deficiencias y compromisos de julio del 36. El libro -por
cierto, editado por Espartakus, una prolongación en castellano de la antigua y mítica
editorial izquierdista parisina- añade además algunos anexos del mayor interés como el
teletipo del dirigente del PSUC José del Barrio (años después acusado de
"trotskista infiltrado") en el que se plantea sí habría que bombardear las
barricadas de Barcelona. Guillamón, discípulo de G. Munis y muy atraído por el
bordiguismo (de Amedeo Bordiga, comunista izquierdista italiano) mantenía hasta fechas
recientes la Web BALANCE que concede una gran importancia al mayo barcelonés, y es autor
de una cuidada edición del legado munista: Documentación histórica del trotsquismo
español, 1936-1948 (Madrid, Ed. de la Torre1996).
De una voluntad polémica más reposada es el aporte del prolífico Ferran Aïsa -reciente
responsable de un estudio sobre Víctor Colomer y Joaquín Maurín- que publicó un
título harto indicativo: Contrarrevolució. Els fets de Maig (Ed. 1984, Barcelona). Se
trata de un trabajo minucioso como todos los suyos, que rehúsa las conclusiones simples.
Se puede decir que resulta algo así como un trabajo que amplia y pone al día lo que se
venía a plantear en el primer estudio serio sobre el evento, el de Manuel Cruells, Mayo
sangriento, Barcelona, 1937 (Barcelona, Ed. Juventud, 1970), Aïsa responsabiliza a la CNT
de haber dejado "solo" al POUM. Aquí cabría hablar de otra obra: Les
avantguardes. Surrealismo i revolució (1914-1939), (Barcelona, Ed. Base, 2008), que
ofrece un importante espacio al período de la República y la guerra civil, y que señala
la intensa afinidad entre el surrealismo y el comunismo disidente y libertario.
He podido repasar el voluminoso trabajo académico "republicanista" de Ángel
Viñas, El escudo de la República (Crítica, 2007), que aborda temas como El oro de
España, la apuesta soviética y los hechos de mayo de 1937, en base a una documentación
inédita, sobre todo de procedencia soviética. Viñas no parece dar
"viabilidad" al proceso revolucionario al que parece atribuir una
"sobredimensión" como consecuencia de la "guerra fría". La obra
demuestra que el estalinismo no fue una maquinaria conspiradora que planeó sobre los
acontecimientos, sino que, por el contrario, fue a remolque de ellos. Lo que no es de
recibo es que Viñas sitúe toda la aportación crítica al estalinismo en España bajo el
amparo de la "guerra fría". Entre otras cosas porque este enfoque tiene dos
vueltas, y hay una que lleva a justificar lo injustificable porque la URSS y el movimiento
comunista con la orientación de entonces se enfrentaba al fascismo...tarea superior a la
que sacrificaba toda tentativa revolucionaria.
El de Viñas es un punto de vista que se amplia y matiza en el desarrollado por Helen
Graham, en La República española en guerra. 1936-1939 (Debate, 2006), Ésta dedica casi
setenta apretadas páginas a los acontecimientos de mayo, ofreciendo un retrato minucioso
del trasfondo social del conflicto entre el igualitarismo y la dinámica de
reconstrucción del Estado, y también tiende a "españolizar" la actuación del
PCE-PSUC, en la línea que Berneri llamaría "nosckiana". De esta manera la
"intervención soviética" adquiere un carácter subalterno, lo que explicaría
que la tentativa de trasladar a España los "procesos de Moscú" acabarán
siendo un semifracaso; anotemos que sobre El proceso del POUM existe una edición de los
Documentos Judiciales y Policiales en Lerna, Barcelona, 1989. En mi opinión, si bien esta
información desmiente las versiones más esquemáticas, cae en el lado opuesto de diluir
responsabilidades. Graham comienza afirmando que la guerra tenía que ser por fuerza el
esfuerzo central de la República, lo que no contradice la interpretación de que la
revolución podía haber sido un arma mejor para la victoria...Por otro lado, las
dificultades y contradicciones del estalinismo tampoco contradicen la naturaleza de su
intervención. En cuanto al "caso Nin", el problema no es tanto que los
policías que lo raptaron fueran rusos u oriundos, sino toda la trama y el trasfondo que
lo envuelve. El hecho de que la bibliografía sobre el POUM en general, y sobre Nin en
particular, siga creciendo mientras más nos alejamos del contexto de la "guerra
fría", resulta una evidencia de su importancia, importancia que camina en sentido
opuesto al descrédito del estalinismo, un estigma del que tratan de liberarse incluso los
que persisten justificándolo con mayor o menor vehemencia.
Seguramente la crítica más sistemática a las corrientes revolucionarias desde el campo
digamos republicano-oficial es un capítulo, La revolución social, capítulo de Edward
Malefakis en la obra conjunta La guerra civil española (Taurus, Madrid, 2007), que cuenta
con aportes "militantes" (de lo que se llama centro-izquierda) tan apasionados y
unilaterales como los más cerrados de cualquier escuela política de izquierda o derecha.
Curiosamente, aunque cuestiona su viabilidad, Malefakis da a la revolución una
importancia central. Todo lo contrario que Julián Casanova (concretamente en
declaraciones en el documental Roig i Negre, de TV3) y quien por cierto, trata
despectivamente al POUM en un artículo de opinión en El País, lo que provocó una
airada respuesta del amigo Antonio Cruz desde Despage, una Web sobre las víctimas del
franquismo y sobre la República, rehuyendo el sectarismo, que recomendamos juntos con
otras páginas alternativas (3). Es muy curioso el menosprecio de Casanova por el peso
organizativo del POUM, y que no aplique los mismos criterios a "grupúsculos"
como los partidos liberales republicanos que no hubieran nunca llegado a gobernar de no
haber contado con el apoyo del PSOE. Antonio Elorza ha llegado a declarar que el POUM es
un "invento de los ingleses". En Queridos camaradas, Elorza-Bizcarrondo por
ejemplo, citan en una única ocasión a George Orwell y lo hacen para desmerecer al POUM.
La moraleja de este libro podría ser la siguiente: el estalinismo fue perverso pero en
relación a la política de defensa de la República su papel fue casi irreprochable.
Tesis parecidas se pueden encontrar en algunos artículos de autores como Higini Polo (en
sucesivos artículos aparecidos en la revista El Viejo Topo) que evocan el tiempo de
Negrín sin asomo de problemas. Una tentativa de crítica a esta corriente es la de
Antonio Cruz González con Las víctimas de Negrín. Reivindicación del POUM (Málaga,
Sepha, 2008).
Quizás la novedad más controvertida del aniversario haya sido la de Ferrán Gallego,
Barcelona, mayo de 1937 (Debate, Madrid, 2007). Antiguo militante del PSUC, secretario
general del PSUC viu, un tanto intempestivo, polemista sobre el futuro de IU-EUiA en la
revista El Viejo Topo, donde apareció una entrevista en la que se dicen cosas como que el
POUM se situaba "fuera de la República". Especialista reconocido en la historia
del fascismo y de la ultraderecha actual, Gallego ofrece aquí una obra ambiciosa y desde
luego asaz voluminosa, pero cuya línea argumental parece extraída de los esquemas más o
menos "eurocomunistas" de los años setenta. Como anécdota puede decir que con
todos los que he conversado sobre ella, todos me han confesado que se le han leído solo
en parte. El lector que se quiera ahorrar todo el enrevesado laberinto argumental, y
evitar el papel real del estalinismo como al pecado, podrán hacerse una idea de su
contenido en la citada entrevista de El Viejo Topo o en otra de El País (junto con
Aïsa). A título de curiosidad cabe anotar en su prolífica bibliografía, que Gallego no
cita ni una sola vez la última historia "oficial" del PCE, Guerra y revolución
en España, a cuya redacción nos hemos referido en el apartado IX, y en la que se insiste
en esta concepción de "revolución intermedia" que resucita Gallego; tampoco
cita la obra capital de Fernando Claudín, La crisis del movimiento comunista
internacional (Ruedo Ibérico, 1967), cuyo capítulo español, La revolución inoportuna
está "colgado" en www.espaimarx.org.
Además, "el Claudín" ofrece una reconstrucción bastante penetrante de otros
acontecimientos históricos paralelos como el VII Congreso del Komintern, el destino del
Frente Popular francés o el pacto nazi-soviético.
Que yo sepa, éste es hasta el momento el único título actual sobre la cuestión escrito
por un autor abiertamente situado en el área del PSUC de la época digamos más comunista
tradicional...Es evidente que en Iniciativa esta historia es ya agua pasada, y que,
exceptuando tal o cual veterano (y los hay todavía bastante siniestros), tampoco nadie en
el PSUC viu, defiende abiertamente el estalinismo, más bien lo contrario. Un inicio de
polémica en la Web Kaosenlared (El PSUC y las izquierdas revolucionarias en la guerra
española), con un artículo del historiador Ramón Franqueza aparecido en Treball, que no
ha obtenido respuesta, quizás porque éste sea el sector proveniente del comunismo
oficial que más abiertamente está evolucionando, el que más claro tiene lo que
significó el estalinismo. Bueno sí, han habido respuestas furibundas y agresivas (con
numerosas referencias al "Gulag" y al "piolet" como métodos de lucha
contra el "trotskismo" culpable de haber contribuido con sus críticas a la
derrota del "socialismo real") procedentes de lo que queda del
"caucus" estaliniano, "marxistas-leninistas" que
"indignados" con las revelaciones de Operació Nikolai, publicaron un folleto en
el que "demuestran" que la "Quinta Columna" estaba detrás de las
barricadas y que tenían uno de sus centros en el interior del POUM. Dicen que el
"Frente Popular" fue muy débil en Cataluña, y es que seguramente no se han
enterado que aquí se llamó "Front de las Esquerras", y que obtuvo mayor
porcentaje de votos que en el resto del Estado; también tratan de darle peso a la
actividades quintacolumnistas tomando como referencia el peso que llegó a tener la Lliga
de Cambó, como sí en Madrid la CEDA hubiese sido extraparlamentaria. Se trata
simplemente de buscar justificación para lo que se asume -la política estaliniana- como
sí se tratara de la "verdad revelada" para un integrista.
La Fundación Andreu Nin editó tiempo atrás Los sucesos de mayo de 1937. Una revolución
en la República (Pandora Libros, Barcelona, 1988), en el que se recogían textos de
Pierre Broué (Guerra civil en la guerra civil), Wilebaldo Solano (Las JCI y las jornadas
de Mayo en Barcelona), Pelai Pagès (Reflexiones sobre mayo 1937), y de otros autores,
así como diversos testimonios poumistas (Teresa García Banús, Francecs del Cabo,
"Quique" Rodríguez, etc.), y documentos. Dado que esta edición está
descatalogada hace tiempo, la Fundació Andreu Nin de Catalunya se ha comprometido a
introducirla en la Web donde ya se puede encontrar un amplio material, por ejemplo el
principal artículo de Juan Andrade; la FAN publicó el magnífico prólogo de Juan de Los
problemas de la revolución española, en la ya citada antología de escritos de Nin para
Ruedo Ibérico, cuya edición ampliada ha preparado Pelai Pagès para El Viejo Topo
(Barcelona, 2008). Sobre la experiencia "constructiva" de la revolución, está
el trabajo -ya clásico- de Antoni Castells, Les col-lectivitzacions a Barcelona,
1936-1939) (Barcelona, Ed. Hacer, 1993).
El notable avance historiográfico de los últimos tiempos, ha permitido entrar en
aspectos que hasta el momento habían sido poco tratados. Entre ellos se encuentra el
asunto del "africanismo!", o sea de la fracción del ejército que organizó el
golpe de Estado y se estructuró como una especie de partido militar capaz de agrupar a
todas las derechas desde la Falange hasta los sectores burgueses catalanistas y liberales,
sin olvidar monárquicos y por supuesto, la Iglesia de Trento. Entre las obras publicadas
sobre lo que podemos llamar la "cuestión marroquí", cabe destacar el estudio
de Sebastián Balfour, El abrazo mortal (Barcelona, Península, 2002), subtitulado
"De la guerra colonial a la guerra civil en España y Marruecos (1909-1939)"; el
de Gustau Nerín, La guerra que vino de África (Barcelona, Crítica, 2005), Balfour y
Nerín son además especialistas en el declive del imperio español. En nuestro trabajo
hemos tenido más en cuenta el estudio de Abel Paz, La cuestión de Marruecos y la
República española (Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 2000), por la sencilla razón de
que da mucho más importancia al tramo militante
Otro asunto que ha sido muy trabajado ha sido el de la intervención soviética, punto
crucial para este libro cuya cronología coincide con el apogeo del estalinismo, un tiempo
que es analizado desde sus mecanismos internos por J. Arch Getty y Oleg V. Naumov en La
lógica del terror. Stalin y la autodestrucción de los bolcheviques (1932-1939),
(Barcelona, Memoria Crítica, 2001), y que, entre otras cosas, fija claramente una
cronología (que con el cano Soljenitsin engloba todo el proceso revolucionario), y
distingue claramente el perfil de las principales víctimas, o sea de los antiguos
bolcheviques que en un momento dado pudieron apoyar o simpatizar con cualquiera de las
oposiciones, siendo la llamada "trotskista" la más castigada. Sobre el apartado
español destacan: a) España traicionada. Stalin y la guerra civil (Barcelona, Planeta,
2002), edición de documentos de Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Gregory Sevostianov, b)
La Unión soviética y la guerra civil española. Una revisión crítica, de Daniel
Kowalsky (Barcelona, Crítica, 2003)...En relación a las Brigadas Internacionales y los
problemas de análisis histórico que plantean, hay que consultar la obra de Rémi
Skoutelsky, Novedades en el frente. Las Brigadas Internacionales en la guerra civil
(Madrid, Temas de Hoy, 2006).
En cuanto a Trotsky, ya nos hemos referido varias veces a sus escritos, y también a las
biografías ya clásicas de Isaac Deutscher y Pierre Broué. El lector que quiera empezar
con una buena introducción puede contar con la de Antonio Liz, Trotsky y su tiempo
(1879-1940), aparecida en Sepha, la misma editorial que ha dado a conocer una biografía
de Nin escrita por Wilebaldo Solano (quien también dedica un amplio espacio a la
relación de Nin y Trotsky en su obra El POUM y la historia), una parte de las memorias de
Francesc del Cabo (Nuestros años treinta), la investigación de Katia Landau sobre el
asesinato de su compañero (Los verdugos de la revolución española), mi ensayo sobre
Orwell (La cuestión Orwell), sin olvidar el último gran aporte de Pierre Broué sobre la
Oposición de Izquierdas, Comunistas contra Stalin
De esta experiencia bibliográfica aprendimos al menos un par de lecciones, primero que es
muy importante conocer todas las escuelas, todas las opiniones para buscar una visión de
conjunto, y segundo, que resulta francamente positivo un seminario desarrollado por uno o
varios "monitores" que te ayuden a ordenar la historia, la diferencia entre lo
fundamental y lo secundario, y sobre todo a debatir
---Notas
---1) Southwoorth es también el autor de un trabajo de gran prédica en
los medios neoestalinismos, "El gran camuflaje": Julián Gorkin, Burnett
Bolloten y la guerra civil española, incluido en la edición de Paul Preston, La
República asediada y conflictos internos durante la guerra civil (Barcelona, Ed.
Península, 1999), cuya tesis es que el enfoque de Bolloten es totalmente deudor del
anticomunismo de Julián Gorkin, y que en consecuencia, al tratar de desvirtuar la idea de
que España fue la primera batalla de la II Guerra Mundial "haciendo hincapié en el
crecimiento y la influencia de los comunistas durante la contienda" lo que acaba
estableciendo es "una denegación de cualquier justificación para una guerra a
escala mundial contra los poderes fascistas" (p. 490)
Resulta singular, 1) que
el autor escoja a Bolloten como "representante" de unas tesis que -como hemos
podido ver a lo largo de este mismo libro- cuenta con numerosos exponentes; 2) que una
cosa -la crítica de la actuación estalinista en España- conlleve
"necesariamente" a desmerecer la alianza antifascista, y que no lo haga por
ejemplo el pacto nazi-soviético; 3) que se tome la evolución conservadora de
Gorkin-Bolloten como sintomática de una aportación histórica como sí esta evolución
fuese alguna exclusiva y obligara "necesariamente" a una visión unilateral de
la historia cuando -como lo prueba la propia crítica-, Southwoorth ofrece una visión
tendenciosa que subraya las concordancias entre ambos conflictos en detrimento de las
peculiaridades del español
Peculiaridades no solamente derivadas de su intensidad
social -a la que, por cierto, tampoco estuvo ajena la guerra mundial-, sino también del
dato no menor de que en este caso el eje actuó mientras que los gobiernos de los futuros
Aliados (Gran Bretaña, Francia, USA), fueron más bien cómplices de Franco que amigos de
la República. Tesis en la que abunda en gran medida alguien tan poco sospechoso de
izquierdismo irresponsable como Enrique Moradiellos en el primero de los trabajos incluido
en la edición de Preston: El general apacible. La imagen oficial británica del general
Franco durante la guerra civil.
---2) Muy significativo de esta obsesión de "verdadero" la
podemos hallar en una involuntaria polémica desarrollada en Kaosenlared, a consecuencia
de una crítica política mía sobre una de las corrientes provenientes del trotskismo,
concretamente la llamada "lambertista". El tal González concluye su airada
réplica como sigue: "Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa
política de abierta capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no
puede tolerar que haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero.
De este modo los gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de
Gutiérrez son el espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el
trotskismo. Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa política de abierta
capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no puede tolerar que
haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero. De este modo los
gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de Gutiérrez son el
espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el trotskismo".
Una de las manifestaciones de esa "lucha en el seno del movimiento obrero"
estriba en condenar Sinistra Crítica por su "capitulación" en la crisis de la
izquierda italiana, y dictaminar que el enganche movilizador que inspira Oliver Besancenot
en Francia es "un producto de los medias".
---3) El lector encontrará una abundante información sobre la
República y las izquierdas críticas también en las Web's de la Fundación Andrés Nin,
en la edición castellana de La Bataille Socialiste, en apartados de Kaosenlared, y en
otras más especializadas como www.marxist.com, www.marxists.org, y www.ceip.org.ar.
NOTA DE DESPAGE.-
Tenemos que añadir al artículo de Pepe Gutierrez-Álvarez algunos libros que
complementan lo expuesto y acordado con el autor del artículo.
En el capítulo de las relaciones milicias y ejército popular con asesores soviéticos, es imprescindible las Memorias de Perea, tituladas Los culpables. Juan Perea Capulino. Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2007, primera edición. Hay que tener en cuenta que este libro se escribió durante la Guerra Civil y sin embargo por lo datos que aporta tiene un valor incalculable, porque no se han podido rebatir sus argumentos y afirmaciones, lo que deja bien claro que la información que llegaba entonces, para el que quiera oir, claro está, era bastante de fiar. El republicanismo de Perea, lejos de posturas dogmáticas, agrupaba bajo su mando a milicias de tendencias anarquistas, comunistas y de otros partidos republicanos, en conjunción con la idea de Frente Popular que defendió hasta el final de la guerra.
En relación con la política africana del general Franco hay dos libros fundamentales, para alejar la utópica ideología franquista de "Montañas Nevadas y banderas al viento" y acercarse a la realidad de los hechos. Uno es la relación de Franco con Inglaterra, Churchill y Franco de Richard Wigg, Debate, Barcelona 2005; otro es La gran tentación de Manuel Ros Agudo, Styrira, Barcelona 2008. En el primero loa tiras y aflojas del inglés, interesado en el wolframio español, y en cómo evitar que los alemanes se lo llevaran, en plena Segunda Guerra Mundial, siempre con la amenaza de que la toma de Gibraltar por Franco llevaría la toma de las Canarias por Churchill. En el segundo, dejando más claras estas estrategias, se demuestra que la "buena intención" de Franco en Hendaya de evitar la guerra a España, un país destruído, era totalmente falsa. Franco no entró en la guerra de Hitler porque Hitler no le ayudó, ni Mussolini tampoco, en adueñarse de todo Marruecos, incluído la parte argelino-francesa (que pertenecía a la Francia Libre), a cambio Hitler pedía una de las islas Canarias en propiedad, cosa a la que Franco no accedió. Otra buena historia que nos relata Ros Agudo es que los servicios de inteligencia españoles en Tánger, puerta del Estrecho en manos de Franco, detectaron toda la flota aliada en los preliminares de los desembarcos en Africa y Sicilia, y misteriosamente esta información nunca llegó al III Reich. ¿Venganza franquista o inutilidad alemana que no juzgó interesante la información del socio penínsular?. Son dos libros de la posguerra pero directamente implicados en la política franquista.
Pepe cita a Mika Etchebéhère y a Mary Low. La primera tiene unas memorias imprescindibles en Alikornio, Mi guerra de España, Barcelona 2003, y la segunda lo más conocido es su libro Cuaderno rojo de Barcelona, Alikornio, Irrecuperables.
Por último la trilogía de Viñas, comentada por Pepe Gutierrez se cierra con los dos últimos volúmenes, ya publicados, El Escudo de la República, y El Honor de la República, Angel Viñas, Crítica, Barcelona (200 y 2009; no es un error, en el libro aparece ya la fecha del año que viene aunque la edición ha salido en diciembre de 2008). Los comentarios de Pepe sobre el autor se mantienen para los dos libros siguientes, y yo sólo quiero añadir que en lo que se refiere a la imagen de Negrín, socialdemócrata asociado a comunistas y representante de una democracia burguesa, imagen idílica de Viñas, es contratastado con la imagen que yo doy en mi libro, Las víctimas de Negrin, Sepha, Málaga 2008,que corresponde a su imagen en 1936, y no a la imagen "revisionista" (de revisionar, no de revisar) que pretenden hacernos llegar Viñas, Moradiellos, Jackson y otros, muy lejana de la figura de traidor a la República, traidor a su partido, traidor a la Revolución y traidor a su profesión y a su familia, que yo mantengo.
Antonio Cruz González
Diciembre de 2008
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