La verdad desnuda, sobre
el libro La noche desnuda de Juan Carlos Arce, Ediciones B, Barcelona, 2008
Julio 2008.
Andreu Nin estuvo en el Ateneo Obrero de Gijón impartiendo un cursillo, cuyo eje
central era la Revolución Rusa, pocos meses después de la proclamación de la II
República. Aquella década de los años treinta fue el periodo álgido de esta sociedad,
pese a comenzarla con dos meses de cierre por el Estado de Sitio que se sufrió en Gijón,
justo el día después la conferencia sobre El cante Jondo de Federico García Lorca,
organizada por el Ateneo Obrero y celebrada en el Teatro Dindurra, el domingo 14 de
diciembre de 1930... A la vez se celebraba en Jaca el Juicio sumarísimo contra Fermín
Galán y sus compañeros por proclamar la República, fusilándolos inmediatamente. Al
día siguiente se convocó en Asturias la Huelga General y en Gijón una manifestación
obrera, que se detuvo a arrancar la placa que había en la Calle Instituto, nombrada Primo
de Rivera. Como no llegaban a ella, entraron a la Iglesiona y residencia de la Compañía
de Jesús, a por algún banco, o algo para trepar. Adentro, los jesuitas les esperaban con
armas, disparando contra los que entraron. Varios obreros fueron heridos de bala y uno de
ellos, apellidado Tuero, cayó muerto. Sus compañeros prendieron fuego al templo y
durante varios días los disturbios se sucedieron...
Desde el año 2007 la "Iglesiona" está en obras de remodelación, y seguro que
va quedar estupenda con fondos municipales, autonómicos y algo del 1% Cultural (creo),
toda ella bien reluciente, sobre todo su listado de mártires por Dios y la Patria de la
entrada.
"La experiencia de la Revolución Rusa", "La Revolución de Octubre, sus
realizaciones y sus dificultades" y "La Revolución Rusa y la cultura",
fueron los títulos respectivos de aquellas charlas impartidas por Andreu Nin para los
socios de este Ateneo en aquella espléndida sede de la Calle Ezcurdia.
No fueron las únicas que miembros destacados de la ICE y el BOC, dieron en esta sociedad.
Un par años después Joaquín Maurín, dio una gira por numerosos Ateneos Obreros y
Populares de Asturias y aquí impartió otra conferencia con el significativo nombre de
"Leninismo y Trotskismo". Y Enrique Fernández Sedón, "Fersen",
miembro destacado de la ICE, desarrolló otro ciclo sobre el proceso de la Revolución
Española, en tres bloques: "Breve historia de las revoluciones democráticas en
España", "La República y el proceso constituyente", para finalizar con un
"Balance y perspectivas". Sería injusto olvidar las numerosas intervenciones a
lo largo de este periodo -y antes también- de José Loredo Aparicio, con conferencias
tituladas: "Asturias en la Revolución española", "El porvenir de la
República", "Defensa de la Revolución de Octubre". Lectura de una
conferencia de Trotsky en Copenhague, "Por qué ha subido Hitler al poder?"...
¿Por qué esa presencia tan destacada de líderes y pensadores de la Izquierda
Comunista en esta casa en aquellos tiempos? Una razón por encima de todas es que la
elaboración de teoría y pensamiento marxista en aquel periodo estaba en el campo de la
Oposición Comunista o la Izq. Comunista. Me entenderéis si os digo que del oficialismo
estuvieron en las tribunas de esta Casa, Isidoro Acebedo y José Bullejos. Otra que hasta
bien entrada la Guerra Civil, el POUM y el PCE eran partidos con una implantación muy
semejante en el Estado Español. No sucedía lo mismo en Asturias en donde existían
pequeños núcleos del BOC y de la ICE, en Oviedo, La Felguera, Sama y Gijón, cuyos
miembros desarrollaban una actividad sindical muy importante con responsabilidades de
primer orden en la CNT, propiciando las Alianzas Obreras y aconsejando
"tácticamente" la militancia en el PCE. Nombres como Manuel Grossi Mier,
Aquilino Moral Menéndez, Benjamín Escobar, José Prieto, Mauricio Magdalena, José
Loredo Aparicio, Ramón Aller, Aurelio Solares o Emilio García, desarrollaban importantes
labores sindicales, con un grado de influencia muy superior a la implantación
organizativa real de la Oposición Comunista. Baste decir que el Sindicato Único de
Mineros, estaba dirigido por simpatizantes de la Oposición Comunista.
Precisamente las Alianzas Obreras contra el Paro Forzoso, su capacidad revolucionaria en
1934, darían militantes del PCE muy singulares y poco alineados con el oficialismo
estalinista como el que fuera Secretario del Ateneo Obrero de Gijón, Rufino García,
periodista, crítico teatral y colaborador del Avance, Secretario Local del SRI,
Presidente de la Federación Asturiana de Ateneos y Sociedades Culturales, fusilado con 29
años por el fascismo tras la ocupación militar de Gijón, en cuyo juicio sumarísimo se
le acusaba de haber sido director de los semanarios extremistas "Claridad" y
"Acero"; haber estado detenido por su participación en la Revolución del 34, y
una vez puesto en libertad, acusado de facilitar la huida de los comprometidos en dicha
Revolución, como secretario de la asociación "Defensa de los perseguidos".
También Imagino que la vinculación a este Ateneo de militantes de la ICE, como Emilio
García (su hijo José Luis García Rúa, venía a las clases de Francés que impartía
aquí Eleuterio Quintanilla) o la influencia que en la actividad cultural gijonesa tenían
otros militantes como Armando Alonso, también pesaría. Producto del "unionismo
obrero asturiano", y también de su "aislamiento" geográfico y militar,
podría ser el hecho de que aquí la "represión" contra el POUM se concretara
solamente en la desaparición de "avisos" y convocatorias en Avance, a partir
del 6 de marzo de 1937.
Para finalizar quiero recordar a Emilio García, que fuera Secretario Local de Gijón del
Sindicato de la Construcción, militante de la ICE y del POUM, que el 18 de julio formó
parte de la Columna Minera que se proponía llegar a Madrid e impedir allí la
sublevación militar. Ocuparon León el 19 a la madrugada y en la noche del mismo día, ya
en Benavente, se enteraron de que en León y Oviedo se había sublevado el Ejército,
decidiendo regresar a Asturias en autocares por carreteras secundarias y pasando el Puerto
de Leitariegos, hasta llegar el 21 de julio al frente de las afueras del Oviedo sublevado.
En el asedio de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas al pie del Monte Naranco,
al lado de la llamada "Casa Negra", cayó muerto Emilio García el domingo 4 de
Octubre de 1936, justo un día antes del segundo aniversario de la Comuna Asturiana. El
Comercio del Lunes 5, daba cuenta de la muerte y en el diario La Prensa del martes 6, se
recogía su entierro. También en La Batalla (órgano central del POUM) del miércoles 14
de octubre, se recogía la dolorosa noticia en primera plana, y en la del domingo 18 de
octubre, Eugenio Granell, firmaba una sentida glosa bajo el título de: "Emilio
García ha muerto en Oviedo".
Se condujo su cuerpo al Local del Sindicato Único de la Construcción de la CNT del que
era Secretario Local: el Chalet incautado al constructor Posada. Allí estuvo expuesto
para recibir el último adiós del pueblo de Gijón, hasta que el lunes fue conducido al
cementerio de Ceares, acompañado por una enorme comitiva, a pesar de las recomendaciones
del Comité de Guerra, relativas a no hacer concentraciones por seguridad y por los
insistentes bombardeos por aire y mar, de la que fue objeto Gijón durante los 15 meses de
Revolución Social y Poder Obrero, hasta su caída el 21 de octubre de 1937 y con ello en
Frente Norte.
Siempre que se habla de Revolución Obrera, se habla de muerte, de martirio. Resulta descorazonador. Por eso quiero acabar recordando una buena iniciativa: la edición en octubre de 2003, por parte de este Ateneo Obrero de Gijón, de Las Memorias del militante de la Confederación Nacional del Trabajo y del Partido Obrero de Unificación Marxista: Aquilino Moral Menéndez, dentro de la colección que dirige nuestro compañero Eduardo Borque: Folletos del Ateneo.
Deseándoos Salud, doy paso a Pepe Gutiérrez-Álvarez.
En mi caso, comencé
recordando también el historial del mismo Ateneo
de Gijón, un lugar donde, al recordar otro veterano de cien batallas, Boni Ruíz,
Andreu Nin habría ofrecido un pequeño seminario sobre la Revolución Rusa, detalle que
Boni ya había utilizado para hacer su presentación. Es un dato de la memoria del Ateneo
del que dan cuenta sus biógrafos. Ahora la pregunta era sobre: ¿Dónde está Nin?, la
gran pregunta lanzada en los muros de las ciudades republicanas, a veces precedida por la
nota, Gobierno de Negrín
En su día ya habíamos dado nuestra respuesta sobre esta
cuestión suscitada de nuevo por la noticia de los restos de personas encontrados en
Alcalá de Henares, pero en un lugar que no coincide con los datos documentales que
habían encontrado los investigadores que habían trabajado para el documental Operación Nikolai
Se trataba una vez más, de
explicar quien fue Andreu Nin, su historial militante que precede a su viaje a Moscú, su
estancia en la capital soviética hasta 1930, y lo que esto significó para su formación
cultural y teórica marxista. Naturalmente, se trataba de contar lo que significó
De nuevo se trataba de
debatir que la República, no solo, pero sí ante todo el movimiento obrero, a través de
la burguesía democrática decepcionó las expectativas de cambio social, una exigencia
mantenida por una CNT sectorizada por la influencia de
El debate nos llevó entre
otras cosas a señalar que el año próximo se cumplirá el 75 aniversario de la
Comuna asturiana, de los hechos de Octubre en Cataluña, de la huelga general en Madrid, y de
Un paseo matinal por un
Oviedo soleado sobre el que, según me contaban, no había parado de llover en los
últimos meses. El ambiente era todavía fresco pero bajo los rayos del sol ya se
anunciaba el verano. El camino dialogante nos llevó a la librería Cervantes en la que
pude encontrar a la primera ojeada y para mi satisfacción particular La cuestión
Orwell, y nada más entrar, a dos
pasos de la puerta, la flamante edición de La
noche desnuda, novela de Juan Carlos Arce (Ediciones B, Barcelona, 2008), presentada
un tanto pretenciosamente como La novela que descubre toda la verdad sobre la
voladura del POUM y el asesinato de su dirigente, Andreu Nin.
Como es natural, lo primero
que hago es ojear las portadillas y me encuentro con un autor con un
curriculum de autor teatral y como novelista, pero todo indica que hasta ahora
no había tratado esta cuestión, ya ampliamente investigada. Mi primera mirada se detiene
en la contraportada en la que se puede leer que Arce pone de manifiesto complejas
cuestiones de la historia reciente de nuestro país: la tortura y asesinato de Nin,
negados por el gobierno republicano. La crueldad y la impunidad con que actuaron los
agentes soviéticos y la irresistible presión del gobierno a los jueces para que
condenaran a muerte a los dirigentes del POUM, así como el modo en que abogados, fiscales
y jueces sobrevivieron, al filo de la ley o al otro lado de la ley, durante los tiempos
convulsos de la guerra, demuestran que en todos
los bandos hubo corrupción
La verdad es que este primer
ejercicio de equidistancia, este culto al juego de la simetría, me provoca un profundo
malestar. No tengo nada que añadir a las primeras línea de este comentario, pero las
últimas me resultan inadmisibles. No porque niegue que hubo corrupción en el bando
republicano, sino porque en el otro no hubo otra cosa. La historia resulta un instrumento
muy delicado, y mientras que nadie se
atrevería a hacer comentarios parecidos sobre
Dicho esto, me llega una
nota desde Alemania enviada por el colega
Rainer Torsstoff, especialista en la historia del POUM con el que en octubre compartiré
mesa en unas jornadas conmemorativas sobre el proceso
La nota, me ayuda clarificar
una lectura para nada apasionada, concluida con cierto estupor. En ella se puede leer:
Todos estuvieron implicados:
quienes ejecutaron las órdenes, la policía, los dirigentes de los partidos, algunos
ministros del gobierno Negrín, e incluso el propio Negrín. Todos estuvieron implicados
en el secuestro, tortura y asesinato del líder revolucionario Andreu Nin, y en el
calculado hundimiento del Partido Obrero de Unificación Marxista
Las líneas
pertenecen al diario
-Novela de ficción o relato histórico.
-La noche desnuda es una novela y no un libro
de historia; es un relato donde hay un ejercicio de
imaginación, ficción y hechos reales.
-La novela está basada en el POUM y se centra en
el asesinato de su fundador Andreu Nin. ¿Cómo llega hasta este personaje para
novelarlo?.
-A mí me interesaba la figura de Andreu Nin
porque revela una contradicción muy interesante:
a Andreu Nin lo mataron los comunistas por la
voluntad de Stalin y él era comunista, por lo tanto me parece una contracción suprimir
una figura como la de Nin en plena guerra civil. Parece que los partidos de izquierdas
se dedicaron a eliminarse unos a otros en
lugar de luchar contra el enemigo común que era el fascismo. Los hechos también revelan
que hubo una segunda guerra civil en la retaguardia,
es decir, en la zona republicana, una guerra sobrepuesta a la guerra civil donde disentir
se pagaba con la muerte. Me pareció muy interesante, porque la muerte de Nin en realidad
produce una quiebra ideológica en
-¿Quiere decir que en la propia izquierda había muchas fisuras?
-El Partido Comunista era el intérprete de la voluntad de Stalin, quien no
es un campeón de los Derechos Humanos y, por tanto, había
comunistas, hombres de izquierdas, que estaban en oposición a los dictados de Stalin.
Eso significaba que en la propia izquierda había una brecha entre quienes se consideraban
una izquierda democrática y libre, y quienes pertenecían a la izquierda del Partido
Comunista, basada en la voluntad del monstruo de
Stalin.
-¿Y por qué centra su última novela exactamente
en el asesinato de Andreu Nin?
-Me interesó porque Nin era un revolucionario, probablemente el más preparado de los que
ha habido, no sólo en la época, sino también después. Hablaba y escribía en seis idiomas, era traductor,
llegó a ser conseller de Justicia de
-¿Con esta novela cree que se le hace justicia a
Andreu Nin?
-No, yo lo único que he escrito es una novela
para que la gente se entretenga y tenga un fondo histórico, pero yo no pretendo hacer
justicia con nada ni con nadie.
-¿Ha recibido alguna crítica desde Cataluña teniendo en cuenta que Nin era de esta
comunidad autónoma y ahora se lo disputan socialistas y nacionalistas?
-Este personaje importa mucho en Cataluña porque
nació allí, porque los hechos ocurrieron allí y es cierto que es menos conocido fuera
de Cataluña. No he recibido críticas, sino alguna que otra felicitación por la
elección del tema, que parece ser que ha interesado.
-¿Es usted rata de archivos históricos y
bibliotecas a la hora de documentar la novela?
-Bueno, deliberadamente nunca utilizo demasiada documentación, sólo la necesaria para
plantear la época, porque si miro mucha documentación entonces empiezo a tener un
montón de datos, y los datos tienen un peso y el
peso acaba con la imaginación. Para mí es bueno tener zonas de sombra e, incluso,
aprender cosas de la época y olvidarlas para tener capacidad de escribir una novela, si
no acabas haciendo una crónica o un libro histórico.
Después de la entrevista aclaro que creo que la imaginación, cuando no está
fundamentada, comprende no pocos riesgos. En
la entrevista Arce habla de los comunistas sin contextualizar, habla de Stalin como el
mal, sin explicar
Esto es algo que no se haría con Franco, no creo que a nadie se
le ocurra decir que era católico sin precisar más, y que un monstruo sin
más detalles
no es cierto que los partidos de izquierdas se dedicaran a liquidarse
unos a otros, lo del estalinismo fue algo particular, inherente a una historia concreta de
La
novela se lee de un tirón, y la versión que de los hechos se ajusta bastante a lo que ya
contó por ejemplo, Operació Nikolai. Hay que agradecerle a Arce el protagonismo que da a
la compañera de Nin, normalmente olvidada. Lo
de Orwell no creo que añada más riqueza a la trama, por otro lado se subraya el Orwell
desencantado en detrimento del autor del Homenaje a Cataluña que es un homenaje a la
Revolución. Finalmente, el capítulo 5 comienza con una nueva inmersión en la simetría,
de un lado los falangistas elegían por azar a un grupo de veinte presos, pero de otro, se habla de que Los guardianes de otra cárcel fusilaron en el patio,
sin órdenes superiores, sin aviso, por su sola voluntad y a cuenta propia a veinte presos
falangistas o burgueses o propietarios o fascistas o enemigos de clase, lo que
concuerda con las notas finales de la contraportada.
Descrito de esta manera, como dos situaciones paralelas, como un subrayado de
equilibrio y de distanciamiento, cabe pensar que más que la imaginación de
Arce le juega aquí una mala pasada. Cualquier historiador que no trate de crearse su
propio justo medio, abundará abrumadoramente en la abismal diferencia de la represión
entre un lado y otro, comenzando por el pequeño dato de que los golpistas introdujeron el
exterminismo desde el primer día como una forma de marcar el ordeno y mando con el que se
sublevaron contra las libertad y sobre todo contra la fraternidad y la igualdad
Y
sí Arce no tienen claro ésto, difícilmente tendrá lo demás, por lo que, le guste o
no, este homenaje de pretensiones orwellianas al martirio y muerte de Andreu Nin se lee,
por supuesto como tal homenaje, pero deja abierta la sospecha de el autor ha pretendido
ofrecer una contribución más al manido argumento de que en todas partes cuecen las habas
con agua.
Y es que, con todo lo que se quiere matizar, entre
Esto también lo dije en el Ateneo Obrero
NOTA DE DESPAGE.- Nos hacemos eco de las palabras de Pepe con referencia a la portadilla y a la manera maniquea de pensar, en que todos eran malos menos los que escriben ahora (revisionistas), que son excelentes.
Estimamos que el género novela histórica no está para inventarse los datos históricos, ni los hechos, ni los documentos. Nuestro primer novelista histórico, D. Benito Pérez Galdós, no se inventaba a Fernando VII o a Carlos IV. Los hechos históricos deben ser respetados y alrededor de ellos girar las situaciones ficticias que no pueden demostrarse y dan contenido al drama.
Por ello cuando nuestro autor, Arce, de gran mérito en lo demás, nos dice en página 36, que el POUM en el año 1936, estando ya en el frente de Aragón, tenía "cerca de cinco mil militantes", es evidente que cae en error histórico. El POUM a finales del 36 tenía entre 50 y 60.000 militantes repartidos por Catalunya, Castellón y Valencia, principalmente, siendo en Valencia y Castellón un partido de primera fila, y en algunos sitios como Lleida el segundo tras la CNT-FAI. No vamos a pasar a discutir por nº de militantes, pero ya en 1935, en Valencia, en un mítin de Gorkin, se llena la plaza de toros, con unos 40.000 asistentes. Hay más cifras que nombra Wilebaldo Solano en el "POUM en la Historia", pero lo esencial está dicho. Lo mismo Casanova que Arce, inician siempre su relación con el POUM diciendo que era un partido pequeño, sin incidencia, y eso es lo que no es cierto. Pretenden minimizar, con diferente criterio, pensamos, la fuerza de los comunistas del POUM. Por eso siempre nos tendrán aquí para lamentar estos hechos y recuperar la verdad histórica.
No citamos la influencia que tuvo el POUM en Andalucía, Extremadura y Madrid, porque en las dos primeras los militantes se cuentan como cádaveres y represariados, y en Madrid fueron cruelmente perseguidos por los stalinistas, pero su lucha fué heroica y digna de reseñar una vez más.