LA SEMÁNTICA DE LOS ARCHIVOS.

Recibo artículos, leo opiniones, escucho consejos, alrededor de la decisión del Gobierno de la Nación y del Comité de Expertos que han decidido devolver a Catalunya lo que fue expoliado a la Generalitat de Companys.

Me atrevo a meterme en el charcho de la controversia, pero quiero expresar mi opinión en un asunto controvertido pero en el que se olvida, con tamaña facilidad, conceptos e ideas y se expone levemente, sin profundidad, unas opiniones de lo más grotestas.

Apelando al sentido común, si un dictador expolia bienes y derechos, basado en la fuerza y matando al enemigo, ni busca la unidad de España, ni pretende la unidad de Archivos. La prepotencia de una dictadura instalada en sus inicios en Salamanca propició que los archivos incautados fueran a parar cerca de los despachos del dictador.

Si éste se hubiera instalado ya en el Pardo (¡No pudo, no pudo!. ¡Madrid que bien resistes!) los archivos estarían en el Pardo. Luego en su inicio no hay que pretender ser antisalmantino o anti Universidad de Salamanca, o anti Archivo de Salamanca, pues este establecimiento surgió de la mente depravada de un tirano que creo la unidad de España matando y exilando y sojuzgando a la otra mitad.

Sus herededos, defienden el expolio. ¡Normal! ¿por qué rasgarnos las vestiduras? Incluso crean el esperpento de poner una valla (¡Todo se pega Sr. Sharon!) que defenderá los derechos franquistas…y se quedan tan anchos!!!.

Seamos serios. La unidad de Archivo, algo mágico invocado por los archiveros de manguito y visera, instalados en oscuros sótanos medievales, dónde un monje tardaba en copiar un codicilo, 150 años (evidentemente un monje sólo no, los responsables de la orden monástica sucesivos), era inexcusable, que fuera defendida. El documento era una obra de Arte, que había que custodiar con diligencia y seguridad.

Digamos que tenía más valor el continente, con sus grabados, sus dibujos, sus encuadernaciones, sus pergaminos, y por supuesto con la fuerza de trabajo que se incorporaba a él, que el posible contenido.

Con la llegada de la imprenta primero, luego de las máquinas de escribir, después las fotocopiadoras, y más tarde todo el software informático, diskettes, CD'S, transferencias por red, aéreas, por satélite, etc. etc., parece que al ciudadano le están tomando el pelo unos señores que como niños se están peleando sobre dónde coloco el legajo, y mientrans tanto no lo véis, hasta que acabe la disputa.

Pues bien, desde mi punto de vista, lo importante (¡No para el franquismo y sus descendientes!) es que aflore la información, que no se entorpezca más el contenido histórico que evidentemente acusará a los tiranos y déspotas, antes que a los constitucionalistas republicanos. Y éste es el quid de la cuestión, no la propiedad del archivo. Que se impide bajo todos los medios que los textos vean la luz, y sobre todo en un territorio, Catalunya, (¡mes que un club!) dónde se cebó de forma especial la represión franquista.

Por tanto a mí como ciudadano y como demócrata (no soy catalán, pero me hago catalán si han sido perseguidos injustamente) me interesa por este orden de prioridades: 1) Que se haga la luz de todos los fondos archivísticos y en un soporte digno y rápido, digitalizando los contenidos, 2) Que sea posible no solamente su existencia en soporte, sino su acceso para todos, y 3) El retorno a sus propietarios (herederos diría yo, ya que desde el punto de vista jurídico, ni la Generalitat actual tiene nada que ver con áquella expropiada, ni el territorio viene definido como estaba aquél, como independiente).

Además me juego la barba, a que conociendo el espíritu de trabajo catalán y la responsabilidad ciudadana, su administración será ejemplar. Que no quiere decir, ni yo lo he dicho, que Salamanca no lo fuera, sino simplemente que no le corresponde, y si encima al que le corresponde lo hace bien, pues miel sobre hojuelas.

Que Salamanca se queda sin archivos. ¡Pues otra mentira más!. Salamanca tendrá todas las copias que quiera, porque estamos en una democracia, y es necesario que así sea, porque se lo vamos a exigir que las tenga. Y tampoco me vale la opinión que he oído, que dice: "Entonces habrá que viajar a Catalunya". Pero señores, no sean ustedes miserables, ¿es que el señor Preston, o el Sr, Jackson o el Sr. Payne no han tenido que viajar a Salamanca. Habrá que viajar hasta dónde esté la información, que es lo importante. Y ningún investigador, salvo los cicateros, va a reclamar el original de cada legajo, o documento, o sentencia, porque existe un aparato moderno llamado scanner que lo muestra mejor que el original.

Como reflexión final, tiene gracia que quienes han defendido salvajemente el derecho de propiedad (acuérdense ustedes de la frase de Bakunin: ¡La propiedad es un robo!) la han solido adquirir con el expolio, la expropiación o simplemente llamésmole robo. Me estoy refiriendo a estos archivos. Nadie que me conozca podría pensar que critico yo este maldito sistema capitalista neoliberal que tantos bienes dá ….a las multinacionales.

Y tiene también mucha gracia que siempre quién aboga por la Unidad de España, es heredero o apoya a quienes conquistaron esa unidad a base de matar a los contrarios o mandarlos al exilio exterior o interior. ¡Y hoy no es ya día de Inocentes!

Que los archiveros de buena voluntad descansen tranquilos que tienen trabajo para toda una vida. Solamente en sacar a la luz todos los documentos que tantos años nos han ocultado, digitalizarlos, signaturizarlos, archivarlos propiamente dicho, e incluso acabar las obras (esto no lo harán los archiveros, evidentemente) de los edificios dónde tienen que ubicarse los mismos, durará un tiempo. Tiempo que los acólitos del General Franco, intentarán, evidentemente, sea lo más largo posible, discutiendo el cocholate del loro, o el sexo de los ángeles. Es decir lo banal y peregrino. Como siempre han hecho.

Mientras, nuestros familiares de Desaparecidos esperan que los señoritos dejen de pelear y se pueda consultar, de una vez por todas, los hechos ocurridos con sus ascendientes.

Antonio Cruz González

31 Diciembre 2004