Pepe Gutiérrez-Álvarez
Una de las nuestras: Mary Stanley-Low (1912-2007)
Acaba de fallecer (9-1-07) en Miami, y a los 94 años, la escritora y pedagoga, Mary Stanley Low, surrealista y militante trotskista, especialmente conocida entre nosotros gracias a la edición en Alikornio de sus Red Spanish Notebook, que aquí se tituló más correctamente Cuadernos Rojos de Barcelona, en los que la parte correspondiente a Mary registraba once instantáneas entre agosto y diciembre de 1936, que ofrece la visión de alguien que quiso dejar su vivo testimonio de la Barcelona roja y negra y que, aparecen personajes o hechos históricos relevantes. Mary trabajó en la radio poumista en las emisiones en inglés, pero como periodista escruta sobre todo los pequeños detalles en la vida cotidiana, esta capacidad fue muy valorada por alguien como George Orwell, que sabía muy bien de lo que hablaba.
A través de los vivos ojos y de las palabras ajustadas de su autora, entonces una
muchacha de 23 años amiga de Benjamin Péret y de los surrealistas. Barcelona aparece
como envuelta un "atmósfera" febril, como una capital roja en la que los taxis
han sido suprimidos, en la que los camareros no admiten propinas, los limpiabotas tampoco
y mostraban orgullosos el carné del sindicato, en la que los anarquistas han emprendido
una cruzada contra los sombreros y en la que los organillos callejeros tocan
machaconamente La Internacional y A las barricadas. Una sensación de fuerza y actividad
nuevas parecía irradiar de la multitud de gente que poblaba las calles". Fervorosas
eran las llegadas de los hombres que regresan del frente de Aragón, en medio de "la
corriente de simpatía que flotaba en el aire" junto con "la bronca cortesía,
(de) una corrección nacida del sentimiento de igualdad".
Esta obra se paseó que conoció diversas ediciones, la primera de ella en Londres en 1937
con un prólogo de Ciryl R.L. James, el más tarde subyugante autor de Los jacobinos
negros, una de las obras claves en la historiografía anticolonialista a la que Edward
Saïd dedicó grandes elogios en Cultura e imperialismo; James era entonces uno de los
intelectuales más inquietos de la sección británica de la IVª Internacional; luego
conoció otra en Cuba, concretamente en 1943, esta vez con un prólogo de otro personaje
inclasificable de la Internacional, el también surrealista franco-brasileiro Benjamin
Péret, que, y no es por casualidad, sería responsable de otro destacado alegato
anticolonialista, autor de El Quilombo de Palmares (Octaedro). Low ofrecerá algunas notas
muy sabrosas de Peret en dichos cuadernos, como aquella en la que lo describe como un
aguerrido miliciano acariciando un gato. Por su parte, la norteamericana (1979), estuvo a
cargo de nuestro surrealista-poumista Eugenio Fernández Granell.
Todo ello es de por sí un indicativo del brillo singular de una generación, de un tipo
de militantes, de unos horizontes culturales impresionantes, que se amplía tanto con la
el talento de su compañero, el también poumista Juan Breá Landestoy (Santiago de Cuba
1905-1941) y, ambos voluntarios revolucionarios de la primera hora, poetas. Ambos
publicaron La estación de las flautas en París en 1939, contando con las ilustraciones
de su amigo, el pintor surrealista afrocubano Wilfredo Lam. De regresó a Cuba, Brea y
Mary publicaron un libro de ensayos, La Verdad contemporánea (que apareció en 1943), con
la complicidad de su amigo y camarada Benjamín Péret.
Cuado Brea murió ella prosiguió su propia actividad en Cuba donde colaboró
apasionadamente con el exilio republicano (el año pasado le concedieron la Medalla
Nacional de Excelencia por ello). En 1944 se casó de nuevo con el sindicalista Armando
Machado, y adquirió la ciudadanía cubana. Su obra poética se extiende a títulos como
Alquimia del recuerdo (1946), igualmente ilustrado por Lam, y 3 Voces Voices, Voix (1957),
que contó con ilustraciones de José Mijares. Muy interesada por la historia romana se
convertirá en una reputada latinista, especializada en la vida de Julio César al tiempo
que ejerce el magisterio como profesora de inglés y latín en el Instituto de El Vedado y
en la Universidad de La Habana. Mary abandonó Cuba en 1965 para trasladarse a Australia.
Tanto ella como su compañero Armando estuvieron al lado de la revolución hasta que en
1967 escogieron el camino del exilio. Sin embargo, parte de sus cenizas volverá a una de
las ciudades que más amó. Santiago de Cuba. Otra parte será expandida por París, donde
siguió colaborando con el POUM hubo abandonado una Barcelona que ya no era la
revolucionaria que había descrito.
La edición entre nosotros de los Cuadernos rojos, tuvo un significado bastante revelador
al que, suponemos, no fue ajeno el éxito de la película de Ken Loach, Tierra y Libertad.
Este testimonio sobe la revolución y el POUM, escrito por Mary Low en 1937, no consiguió
encontrar antes editor a pesar de las notas entusiastas de George Orwell publicadas en la
antología Mi guerra civil española (Destino, Barcelona, 1978, que incluyo al final como
anexo). A pesar de que se trataba de una edición discreta, aparecieron reseñas en la
mayor parte de los diarios catalanes, y en todas ellas se la enfocaba como una suerte de
complemento del célebre Homenaje a Cataluña.
Eran observaciones del mismo tipo, escritas al calor de loa acontecimientos, con los
abiertos de una joven revolucionaria que sabía discutir sobre el imaginario surrealista y
argumentar sobre el porqué era necesaria una Cuarta Internacional, que tomaba nota sobre
como los anarquistas trataban de emancipar a las compañeras prostitutas, que percibe como
los políticos frentepopulistas se siente obligados a rendir homenaje a Durruti, que
ofrece retratos tan notables como aquel de Andreu Nin "...en pie. Era un hombre
corpulento, muy alto y fornido. Llevaba una guerrera azul de miliciano, y eso y su pelo
rizado le daban un aire juvenil y entusiasta, inclinado sobre la mesa; con un puño
fuertemente apoyado en ella y la otra mano agitándose en el aire. Al principio, las
aclamaciones se oían por encima de su voz, ahogándola, pero cuando por fin se hizo el
silencio, se escucharon sus palabras, profundas y potentes. Nin hablaba como el hombre de
la calle. No le había escuchado jamás floritura alguna en sus frases. Pasa de una idea a
otra ordenadamente, y te las machaca, y toda su eficacia se basa en la simplicidad y el
aplomo con que la expresa (...) La gente reacciona apasionadamente a los discursos de Nin.
Su pasado en Rusia avala sus palabras y las respalda". En aquel momento, los
trotskistas eran muy bien recibidos por el POUM, y Mary (y Juan Breá) podía discutir
apasionadamente con Nin o Gorkin sin que mediaran la desconfianza y las descalificaciones.
En sus apretadas páginas, Mary anota minuciosamente el ambiente y los logros
revolucionarios, habla de cuando "tomamos" el Banco de Cataluña y el Museo de
la Virreina", que (ahí le sale el toque surrealista), dice: "...no contenía
más que cuadros horribles, a cuál más insípido y bochornoso". No puede ocultar su
disgusto con los "burgueses" de la Generalitat que todavía se hablan de
"usted" en vez del "camarada" de la calle, y a los que acusa de
fomentar la burocracia así como el viejo vicio descrito por Larra de "Vuelva usted
mañana", a lo que ella les responde desafiante: "No he venido a la revolución
para esperar en las antesalas".
Entre otra cosas, Mary fue testigo del multitudinario entierro de Durruti, muerto en
circunstancias no aclaradas en el frente de Madrid, y desdice el tono pomposo de los
cronistas cuando anota que "el hoyo que habían cavado era demasiado pequeño para el
ataúd", y se burla de una pancarta de la Ezquerra Republicana que crea un cierto
tumulto. En un momento dado Jordi Arquer, representante del sector comunista-nacionalista
del POUM, les increpa: "Queridos hermanos. Los de Esquerra Republicana tienen suerte
de estar en su funeral, y no en otra parte. De estar vivo, él mismo les hubiera
respondido con una ametralladora". La batalla que "les interesaba era la
revolución", y "daba la sensación de que la habían congelado", aunque
todavía quedaba medio año para las jornadas del mayo. Amenazados de muerte por los
estalinistas tuvieron que huir a Francia el 28 de diciembre de 1936.
Después del libro de Mary, han ido apareciendo otros relatos de mujeres poumistas que
hasta entonces habían permanecido en un segundo plano como Mika Etchéhére, Mª Teresa
García Banús, Teresa Rebull, Emérita Arbonés, Antonia Adroher Gironella, Otilia
Castellvi, y está en preparación la edición de la investigación que Katia Landau
dedicó al asesinato de Kurt Landau...De esta manera, hasta los mejores amigos del POUM
aprendíamos de la existencia de un POUM femenino sobre el que había mucho, pero mucho
que hablar, y mucho que aprender. Por cierto, el último acto militante de Mary Low fue
estampar su firma en un Manifiesto de historiadores críticos que declaran su beligerancia
en un "Combate por la historia" aquí y ahora, denunciando las manipulaciones
que la historiografía dominante está ofreciendo sobre la revolución española a la que
durante mucho tiempo habían condenado al ostracismo, como una perturbación o una
anomalía en un dilema reducido al fascismo-antifascismo...
George Orwell
Red Spanish Notebook (Cuaderno rojo español) por Mary Low y
Juan Brea
El Red Spanish Notebook (Cuaderno rojo español) proporciona un vivo cuadro de la España leal, tanto en el frente como en Barcelona y Madrid, en el primero y más revolucionario período de la guerra. Ciertamente es un libro partidista, pero no es peor por serIo. Los autores trabajaron para el POUM, el más extremista de los partidos revolucionarios y que luego fue suprimido por el Gobierno. El POUM ha sido tan vilipendiado en el extranjero, y especialmente por la prensa comunista, que era imprescindible dejar claras las cosas.
Hasta mayo de este año era muy curiosa la situación en España. Una multitud de partidos
políticos que se eran mutuamente hostiles luchaban por salvar la vida contra un enemigo
común y al mismo tiempo peleaban enconadamente entre ellos sobre si esto era o no una
revolución además de una guerra. Habían ocurrido acontecimientos decididamente
revolucionarios -los campesinos se apoderaron de tierras, fueron colectivizadas
industrias, matados grandes capitalistas o expulsados, la Iglesia prácticamente abolida-
pero no había habido cambio alguno fundamental en la estructura del Gobierno. Era una
situación que podía derivar hacia el socialismo o volver al capitalismo; y ahora está
claro que, si se lograse vencer a Franco, surgiría una república capitalista de alguna
clase. Pero al mismo tiempo se producía una revolución ideológica que era quizá más
importante que los cambios económicos poco duraderos. Durante varios meses grandes masas
creyeron que todos los hombres son iguales y pudieron actuar según esa creencia. El
resultado fue un sentimiento de liberación y de esperanza que es difícil de concebir en
nuestra sociedad basada en el dinero. y en esto es lo que resulta valioso el Red Spanish
Notebook. Mediante una serie de cuadros íntimos cotidianos (en general pequeñas cosas:
un limpiabotas rechazando una propina, un letrero en los burdeles diciendo: "Por
favor, tratad a las mujeres como camaradas" ) muestra este libro cómo son los seres
humanos cuando tratan de comportarse como seres humanos y no como engranajes de la
máquina capitalista. Nadie .que estuviese en España durante los meses en que la gente
seguía creyendo en la revolución podrá olvidar esa extraña y conmovedora experiencia.
~ Ha dejado algo que ninguna dictadura, ni siquiera la de Franco, podrá borrar .
En cualquier libro escrito por un partidista hay que esperar unos u otros prejuicios. Los
autores de este libro son trotskistas -me figuro que a veces pusieron en aprietos al POUM,
que no era propiamente trotskista aunque algún tiempo trabajasen los trotskistas para
él- y por tanto sus prejuicios van contra el partido comunista, con el cual no siempre
son del todo justos. Pero, ¿acaso es siempre estrictamente justo, el partido comunista
con los trotskistas? Mr. C. L. R. James, autor del libro La revolución mundial, prologa
el libro.