El Capitán Yañez-Barnuevo, héroe republicano.

El capitán AntonioYañez-Barnuevo del Cuerpo de Guardias de Asalto resistió heroicamente en el Gobierno Civil de Cádiz, con el Gobernador, Mariano Zapico-Valdés, el teniente coronel jefe de la Comandancia de Carabineros, Leoncio Jaso Paz, con el comisario traidor jefe provincial de Policía, más tarde delegado de orden público franquista, Adolfo de la Calle Alonso, contando con el apoyo de alguno de sus guardias en que tenía más confianza y con cuatrocientos miembros del Frente Popular, a los cuales armó con el armamento de los guardias. Los asaltantes fascistas sufrieron un muerto y cuatro heridos.

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Capitán Antonio Yañez-Barnuevo de la Milla, fusilado por defender la legalidad republicana, el 6 de agosto de 1936.

La rendición, ante la presencia de los regulares de Ceuta que llegaron el día 19 de julio, fue realizada sobre las siete de la mañana siendo detenido y trasladado al Castillo prisión de Santa Catalina. Se le incoó juicio sumarísimo el 22 de julio, en el que se advirtió que "este señor fue el alma de la resistencia" y "que tomó parte activísima en la defensa del Gobierno dando armas a los marxistas ordenando que fuesen a ocupar sus puestos y que economizasen municiones".

Asímismo, el fiscal de la Auditoría de Guerra de Sevilla, apreció en él la agravante de "perversidad" y solicitó en sus conclusiones provisionales la pena de muerte para todos los procesados. La defensa de oficio, fue llevada a cabo por el comandante de infantería Tomás Sevillano Cousilla, al que se le dieron 3 horas para estudiar el caso. Solicitó la libertad.

El 4 de agosto, Queipo de Llano ordenó la celebración del consejo de guerra. Al día siguiente a las once horas se inició el acto, dictándose seguidamente sentencia condenatoria, en la que se destacó la entusiasta resistencia a los sublevados por el capitán de Asalto, siendo aprobada la sentencia por Queipo de Llano. A las 5 y media de la tarde del día siguiente, 6 de agosto de 1936, fueron fusilados en el castillo de S. Sebastián, Antonio Yañez-Barnuevo,   Zapico, Jaso y Parrilla por tropas de Regulares Indígenas Grupo nº 2 de Melilla. Días después de ser enterrados en el cementerio de S. José. siguieron incorporándose a la causa pruebas solicitadas anteriormente por la defensa.

Todos los años siguientes los familiares del capitán, en plena dictadura franquista, cerraron cada 6 de agosto las persianas de su casa en señal de dolor y de protesta ante tanta vileza y hoy siguen conservando su último escrito: "tengo fe en que no pasaré a la paz eterna sino a otra vida más humana y más justa".

Para DESPAGE notas de D. Gonzalo Romero Yañez-Barnuevo y Diario de Cádiz de 18 julio 2003.