El Capitán Virgilio Leret, inventor del primer motor a reacción español.

La revista Historia Militar publica en su número de Julio-Agosto de 2002 un interesante reportaje biográfico sobre Virgilio Leret Ruiz, soldado republicano que cayó defendiendo el honor de la República y el Ejército, fiel a la constitución republicana, en el Atalayón, Base de Hidroplanos en Melilla, según se supone el 23 de julio de 1936, fusilado sin formación de causa de ningún tipo, según nos cuenta Rafael A. Permuy López.

Es interesante, en bien de la democracia y de nuestra Historia, que una revista militar reconozca los hechos de manera bastante fidedigna y con justicia a nuestro pasado histórico. Sólo así se pueden limar asperezas y fundirse vencedores y vencidos en un histórico abrazo. Abrazo que no llegará, si, como en el caso de Leret, otros responsables no se deciden a aportar soluciones a los restos echados en una fosa común y que hasta el momento se ha impedido saber dónde se hallan y qué se puede hacer con ellos. El tema de poner fin a una guerra civil no es fácil. Hasta que los derechos de los familiares no se hayan reconocido, cosa que parece que se va consiguiendo, como en la Comisión de las Cortes se puso de manifiesto, votando todos los grupos, incluido el PP, por condenar un golpe de Estado en 1936, y reconocer los derechos de los vencidos, hasta ese momento la guerra no habrá terminado. Incluimos en este saco de reivindicaciones el sueldo o pensión de los soldados de la República, que se tuvieron que esconder en el monte, conocidos como maquis. Si pedimos la reivindicación de derechos, no podemos dejar a alguien fuera. Si mercenarios marroquíes, Legión Cóndor, fascistas italianos, tuvieron sus honores y sus privilegios y sus calles y plazas, ¿por qué no, los que lucharon en el monte?...

Páginas de la revista Historia Militar que reproducen el artículo citado.