La República
Para qué perder el tiempo con los conversos que denigran a la República si basta con
ver las fotos de las personas anónimas que la celebraron y la sacaron adelante con tal
éxito que los militares africanistas tuvieron que sublevarse. Las fotos, sí, una vez
más, y por fortuna, y también un montón de documentales, dan cuenta de un entusiasmo
espontáneo difícil de superar en otros acontecimientos de primera magnitud que marcaron
el siglo recién pasado. Todo lo contrario de esas otras fotos y documentales, lúgubres,
donde los de la camisa azul y sus cancioncillas mencionaban alegrías futuras para
desmentirlas con su patibularia presencia. La alegría republicana está en buena parte
por estudiar como símbolo icónico de las más estimulantes esperanzas en un país muy
desdichado, casi tanto como los que ahora ponen en duda el entusiasmo veraz y necesario de
aquél proyecto colapsado sin futuro ni piedad.
JULIO A. MAÑEZ
EL PAÍS del País Valenciá- 24-04-2006