Stalin, un análisis inédito.

Leyendo el maravilloso libro de Wilebaldo Solano sobre el POUM en la historia, maravilloso por su exposición y claridad, luego del contenido cada cual opinará, que no vá esta artículo con tintes partidistas, aunque muchas veces la verdad se decanta hacia unos pocos... Bueno, pues retornando al inicio, leyendo el libro, me dí cuenta que ante la gravedad de los hechos, que ahora con toda claridad, aparecen en los archivos secretísimos de la KGB, antigua NKVD, y de otros archivos occidentales, CIA, MI5, etc., no he encontrado un análisis serio de la figura de Stalin. Se le dice asesino, paranoico, perseguidor de la misma Revolución, y otras muchas lindezas. Pero esto a mí me interesa poco. Si observamos a cualquier hombre de la Historia, que participara en mil batallas, poniendo un ejemplo esclarecedor, Alejandro Magno, para unos fue magnifico (Magno), pero supongo que para los persas, turcos, afganos, etc., etc., sería más asesino que Stalin. Por eso los calificativos, sin dejar de ser verdad, pueden tener doble visión.

A mí, a luz de los archivos, me gustaría esclarecer la contradicción ideológica, la negación de lo que aparentaba, la hipocresía argumental. Y esto a cuento de qué. De que somos dialécticos. De seguir unas reglas mínimas que no dejen salida al falso interlocutor. También se aportará más luz a los que no han seguido la Historia, o se han creído los argumentos de la parte contraria.

Porque el origen de todo lo que ocurrió en el Poum, y con Nin, hay que buscarlo antes. Veamos los orígenes de estos eventos. En 1924-1926 se presenta en el seno del partido comunista de la URSS la célebre disquisición sobre la Revolución Permanente. Trostky es partidario de la Revolución a nivel mundial, de todo el proletariado, cualquiera que sea su país. Stalin es partidario de la Revolución en cada país. Es decir la diferencia "internacional" es lo que separa las tesis. En la gran discusión, también estaba la "comunistización" del campesinado o bien la tesis contraria, trostkysta, de dejar la política agraria que se desenvolviera con criterios individuales, más apegados a la "tierra para quien la trabaja", que no es un concepto burgués, sino todo lo contrario, con el objetivo, pragmático si se quiere, de sacar la producción agrícola adelante, necesaria para cimentar la economía soviética. Esta diatriba, la ganó Stalin empleando un recurso dialéctico inesperado: deteniendo con su policía política a toda la "antítesis". Exilando a Trotsky, ya que no se atrevió a celebrar un juicio con la acusación de traidor, (No se olvide que León Trostky fue el creador del Ejercito Rojo. Si Trostky hubiera tomado la decisión "antidemocrática" del punch militar, la URSS se hubiera ahorrado miles de muertos y hubiera sido Stalin el derrotado. Veáse sobre esta decisión los escritos de Victor Alba en "Dos Revolucionarios: Joaquín Maurín y Andreu Nin" porque, supongo, me permitirán una única suposición, que se asustó pensando en la posibilidad de que el Ejercito Rojo acudiera en su ayuda. Así, con nocturnidad y alevosía, apoyándose incluso en los que luego, también, fueron eliminados, aisló a Trostky y dejó aplazado su fin.

No quiero perder el hilo del razonamiento. Recuperemos: Stalin gana las tesis del socialismo en un solo país, que evidentemente era la URSS, para ello era necesario controlar todos los Partidos Comunistas del resto de los países, entre otras cosas, porque en ese momento existían tres tendencias Revolucionarias, con diferentes matices, la anarcosindicalista (para entendernos AIT, aunque el hecho de fechas no es coincidente), la socialistamarxista (que luego sería socialdemócrata. En el caso de España, hasta Gónzalez. Segunda Internacional) y la comunista (amparada por la Komintern o Tercera Internacional).

Sería largo de explicar y los libros se amontonan, lo mismo en el caso de España, que en la historia del Anarquismo y el Socialismo mundial, pero, brevemente y tipo telegrama, diré que la URSS no iba a permitir que ninguna Revolución surgiese sin estar controlada desde Moscú. Se dan Ustedes cuenta de que ya empieza la contradicción. Si se iba a permitir el socialismo en cada país, ¿ por qué no dejar las decisiones, según este criterio, que las tomasen en cada país? De hecho el gran ejemplo es Cuba. Ya no existía Stalin, (aclaración). No se impidió a Fidel la Revolución, ni se le persiguió por ello. Bien cierto es, que más tarde hubo que sovietizarse, para conseguir la ayuda de la URSS, pero cuidado, hay un gran matiz de ética socialista: no se mató a los cubanos que participaron en la Revolución y no quisieron trato con la URSS. Evidentemente la Historia tiene mucho que absolver a Fidel. Stalin sin embargo cayó en la contradicción, chantanjeando a los PC's desde la Internacional, para que hicieran la "Revolución internacional dirigida por la URSS" ¿No es esto la Revolución permanente? ¿ No es esto la Revolución dirigida a nivel mundial? ¿No eran estás las tesis más próximas a Trostky? Entonces porque no se siguió la norma de Marx y Lenin de "un análisis concreto para cada realidad concreta". Y sobre todo, vamos a suponer la paranoia de Stalin, es decir que sus intereses no fueran otros que su santa voluntad, ¿es que el resto del Buró Político, no analizó la situación con criterios marxistas?. Y qué decir de los dirigentes del resto de los Partidos Comunistas de los demás países ¿es qué en ningún momento se plantearon que las tesis del "padre" podían ser falsas?. Estamos hablando (evidentemente, en teoría) de partidos marxistas, racionalistas, en que la fe no existe, y se debe analizar hasta la saciedad. Pero no se hizo.

Y sobre todo y ya llegando a nuestro país, ¿por qué los más puros: anarquistas (Durruti), socialistas (Largo Caballero), Marxistas Revolucionarios ( Nin) fueron perseguidos, acosados, detenidos, asesinados, en nombre de la Santa Revolución Staliniana, y del chantaje de que Stalin era, en definitiva, el que mandaba armas, bien cobradas por cierto (también es sabido que el oro que fue hacia allá, fue empleado en armas, en algunos casos obsoletas, y en otros, las que estaban en buenas condiciones distribuidas sólo a los milicianos fieles a la línea de Moscú. Léase la historia con las ametralladoras en el Frente de Aragón en Orwell, Homenaje a Cataluña).

Bueno, lo cierto como conclusión, es que se miró para otro lado, se defenestró a tanta gente valiosa, y se creyeron todas las mentiras de una cúpula de poder que emanaba de una sola persona: Josef Stalin. Y por cierto una línea con estas contradicciones evidentes.

 Y lo que iba a ser la Revolución en un solo país, ¡se consiguió! ¡sólo en la URSS! (me refiero claro está al periodo 1.934-1.939), pero no por los esfuerzos de la teoría esgrimida, sino porque al dividir las fuerzas revolucionarias del resto de los países, (Frente Popular en España y Francia, Izquierda alemana,) intentando que la internacionalización fuese exclusiva de la Komintern, ni se logró que triunfase en cada país (¡Divide y vencerás!, pero Stalin ¿dónde está la victoria?), ni se logró parar al fascismo, que éste si que era internacional y pragmático, que no tenía más ideología que la fuerza, la propiedad y el poder, como argumentos de peso. Incluso se pactó con ese fascismo (¡Inconcebible!) por razones pragmáticas o más bien cobardes.

Mi conclusión, que no rindo cuentas ni a Moscú, ni a la Habana, ni a Pekín, ni a Hanoi-Ho chi min, es que se necesita una nueva reestructuración de la izquierda, o si se quiere de los partidos de izquierda, para que NUNCA, NUNCA MÁS, como diría Sábato, vuelva a pasar que los "aparatos" de los partidos, dominen con decisiones personalistas, y a veces de una única persona, esgrimiendo criterios pragmáticos, "consignas" entre comillas, (ya conocen la celebre razón de Estado: ¡ahora el Partido gobierna, y los militantes deben hacer lo que pida el Gobierno! ¡sin análisis!) decisiones caprichosas o de táctica oportunista, que como queda mil veces demostrado, sus consecuencias siempre son peores que los recursos democráticos que surgen de las decisiones de las Asambleas de los partidos y no de sus biempensantes dirigentes.

Yo soy consciente de que esto no vende. Pero yo no vendo nada ni aspiro a ningún cargo, sólo aspiro a que ocupemos en la Historia el lugar que es nuestro. Que por cierto lo dijo un comunista griego, Vassilis Vassilikos.

La brújula y el sextante