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Número 9 
julio - agosto 2002




MÉXICO
CIA. HULERA EUZKADI: INVIABLE INVIABILIDAD

Miguel Angel Granados Chapa, en "Reforma"


En 1998, el consorcio alemán Continental Tire adquirió el control de Euzkadi, que mantenía una fábrica en El Salto, Jalisco. Desde que comenzó la administración alemana fue notoria una política antisindical, que se hizo patente con el despido de 18 activistas sindicales. Sin aviso ni advertencias, el 16 de diciembre del año pasado la empresa en El Salto paralizó sus labores.


Creativo legislador, aunque carezca de derecho a serlo, el presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, Virgilio Mena Becerra, añadió a la ley federal del trabajo una modalidad de calificación de una huelga. La llamó inviabilidad. Mas, para su desgracia, una proba jueza federal salió al paso de su imaginación y declaró el viernes 12 de julio que esa inviabilidad es inviable. Es decir ordenó al tribunal del trabajo reponer el procedimiento pues la Junta no respetó las garantías de seguridad jurídica y de audiencia que corresponden al sindicato.

Aquel tribunal laboral había obsequiado, en marzo anterior, la pretensión empresarial de que la huelga a que emplazó el Sindicato nacional revolucionario de la compañía hulera Euzkadi era improcedente, sólo sustituyendo la calificación por la palabra inviabilidad. Los destinatarios de la decisión quedaron perplejos, porque sabían que una huelga puede ser existente o inexistente, lícita o ilícita. Pero nunca supieron de ninguna que fuera improcedente o inviable. No sintieron, sin embargo, orgullo alguno por protagonizar esta innovación jurídica, pues les causaba daño, los dejaba en la indefensión, como desde el principio había procurado hacer la empresa.

Euzkadi es el nombre del País Vasco en la lengua de esa antigua nación. La palabra fue utilizada, en un evidente rasgo de añoranza nacionalista, por don Angel Urraza para bautizar la fábrica que con el nombre de Cia. manufacturera de artefactos de hule fundó en 1928. Venido de su natal Vizcaya a los 19 años, en 1910, Urraza se empleó originalmente en trabajos agrícolas en La Laguna, y se convirtió en pequeño industrial al trasladarse a la ciudad de México. Se dedicó a la transformación del guayule, que había conocido en Torreón, y lo empleaba para hacer suelas de zapatos tenis, tapas y otros artículos de hule. En 1936 la empresa se transformó en la Cia. Hulera Euzkadi y con la asociación accionaria y asistencia técnica de BF Goodrich Co, de Ackron, Ohio, entró en la industria llantera.

Se hizo famosa en esos tiempos la firma conjunta Goodrich-Euzkadi, que figuró en el mercado aun después de la muerte del fundador, en 1946. Además de prosperar en los negocios (fue consejero de Canada Dry, La Provincial, Seguros Monterrey, Banco de Londres y México, etcétera) Angel Urraza presidió durante mucho tiempo la Sociedad Española de Beneficencia, tarea filantrópica que entre otras le mereció que se impusiera su nombre a una calle de la porción de la colonia del Valle que honra a benefactores como Romero de Terreros, Luz Saviñón, Torres Adalid, Concepción Béistegui, Félix Cuevas, etcétera.

En 1998, luego de muchos avatares empresariales de la llantera mexicana, el consorcio alemán Continental Tire adquirió el control de Euzkadi, que mantenía una fábrica en El Salto, Jalisco. Al mismo tiempo, el grupo alemán compró en San Luis Potosí la empresa General Tire, SA de CV. Desde que comenzó la administración alemana se hizo notoria una política antisindical en Euzkadi, que se hizo patente con el despido de 18 activistas sindicales. No obstante la tirantez de las relaciones laborales, la fábrica de El Salto era muy productiva: sus mil 164 trabajadores producían casi diez neumáticos al día por cabeza, es decir 11 mil llantas diarias.

Sin aviso ni advertencias, el 16 de diciembre del año pasado la empresa en El Salto paralizó sus labores. La mañana de ese día, víspera ya de las fiestas navideñas, los trabajadores de Euzkadi encontraron cerrada la planta. Tan inexplicable era la decisión patronal, que la gerencia llegó a decir que el cierre obedecía a la pérdida de confianza en el dirigente sindical, Jesús Torres Nuño. Una explicación más plausible consiste en que el sindicato había logrado, en noviembre anterior, la reinstalación de los 18 despedidos. De modo formal, la dirección de la empresa dijo a sus accionistas que la planta cerró "después de dos años de esfuerzos por implementar estándares de producción internacionales, que fracasaron por diferencias con el sindicato. La producción será trasladada con facilidad a otra localidad en la región del TLC".

En efecto, fue fácil trasladar la producción a la fábrica potosina de la otra filial de Continental, General Tire. A pesar de que allí se implantó nueva tecnología y se adquirió equipo para aplicarla, la productividad era menor que en El Salto: los mil trabajadores de San Luis fabricaban 8 mil llantas al día, una porción de las cuales llevaban ya desde el año pasado la marca Euzkadi. Ahora la producción ha crecido hasta 12 mil neumáticos diarios.

El cierre unilateral de la planta jalisciense, a fin de año, dejó estupefactos a los trabajadores, que apenas reaccionaron el 10 de enero. Para exigir el pago de salarios, interrumpido desde el 16 de diciembre, y el resto de las prestaciones adeudadas, recurrieron a su principal herramienta jurídica, la huelga. Ciertamente era surrealista que se blandiera esa arma, que implica la suspensión de actividades, para combatir la suspensión de actividades. En esa paradoja se basó la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para decretar la improcedencia de la huelga, y enviar al archivo el expediente.

El Sindicato Nacional Revolucionario de Trabajadores de la Cia. Hulera Euzkadi inició entonces una lucha en doble vía, la jurídica y la de la movilización sindical y política, tanto en Jalisco y la ciudad de México, como en el extranjero. En este último terreno, el líder Torres Nuño y una breve comitiva viajaron a la sede de Continental Tire, en Hannover. Consiguieron hacerse oír por el presidente de la compañía, Manfred Wennemer, quien ofreció corregir el cierre de la planta jalisciense, cuyos pormenores dijo desconocer. Y también, de modo insólito, el dirigente sindical pudo hablar ante la asamblea de accionistas de la empresa.

Para ese inesperado lance la comitiva mexicana contó con la eficaz colaboración de un organismo singular, la Federación de Accionistas Críticos de Alemania, que se presenta como "un grupo de personas a favor de la protección medioambiental y la justicia social". Con sede en Colonia, esta asociación de inversionistas que combina la ética con el lucro ha descrito sus fines y sus medios en el siguiente texto, que importa reproducir íntegro por la novedad de sus planteamientos en nuestro ambiente empresarial. Pido disculpar los tropiezos de traducción:

"A fin de maximizar las ganancias, Bayer ha comercializado conservas de sangre infectadas con el sida. Siemens tiene el propósito de activar la ruina nuclear de Mochovce en Eslovaquia. Thyssen pretende convertir el Transrapid en parte de nuestros paisajes, mientras que Daimler Benz quiere clavar el Eurofighter al cielo. Las compañías Hoechst y Schering se dedican a cultivar a nivel mundial nuevas clases de colza, tabaco y pastas manipuladas genéticamente. Y mientras tanto, el Deutsche Bank organiza la explotación sistemática de los países en vías de desarrollo, en vez de dar una solución socialmente aceptable a la crisis de la deuda externa de tales países.

"Desde mediados de los años ochenta, un grupo de pequeños accionistas ha estado protestando contra tales prácticas comerciales irresponsables, oponiéndose a que las restricciones sociales sobre la propiedad se vean reducidas a una mera anécdota de la Constitución alemana. Los Accionistas Críticos no preguntan primero si el dividendo es alto, sino de dónde proviene. En las asambleas generales de actualmente alrededor de 30 sociedades anónimas alemanas, exigen rotundamente una mayor protección del medio ambiente, más justicia social y el cumplimiento de los derechos humanos.

"En las compañías Bayer, Merck, RWE y Deutsche Bank, los Accionistas Críticos solicitaron por primera vez en 1996 que la protección medioambiental y la responsabilidad del producto se fijaran en los estatutos como objetivos fundamentales de la empresa, obteniendo un éxito de estima con un número de votos de entre tres y cinco por ciento del total. Además, cada día se unen más pequeños accionistas a los Accionistas Críticos, transfiriéndoles los derechos a voto de las acciones.

"Respetamos a todos los que quieren mantener sus acciones de Daimler o Siemens como una inversión de capital. Si un accionista, en cambio, ya no está de acuerdo con que parte de sus dividendos se haya obtenido con la venta de armas o de tecnología nuclear, puede hacerlo saber a la dirección del consorcio a través de nosotros.

"Accionistas que desean ser representados por la Federación y sus 33 organizaciones miembros. Sólo tienen que concedernos un poder una vez por año. Este cubre todos los derechos de voto en todas aquellas compañías en cuyas asambleas generales están activos los Accionistas Críticos. Aunque no hay que pagar ninguna tasa por ello, nuestra labor depende de que los accionistas nos otorguen una pequeña parte de su dividendo. Por norma general se trata de un marco por cada acción de 50 marcos, pero muchos nos donan más."

(Digamos entre paréntesis que si una filial norteamericana de los Accionistas Críticos alemanes hubiera estado presente en las asambleas de Enron o de Worldcom, por ejemplo, quizá hubieran protestado contra los ataques al medio ambiente financiero en que incurrió la dirección de esas empresas, acabado ejemplo de atentado de capitalistas al capitalismo, porque minan la confianza de quienes colocan sus ahorros en los grandes consorcios.)

En la vía jurídica, el sindicato de Euzkadi acudió al amparo, para enfrentar la infundada decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. De los varios conceptos de violación argumentados por el sindicato, la jueza convino en que era verdadero el siguiente, en que se expresa que la Junta violó en perjuicio del sindicato la garantía de audiencia, pues sin oírlo emitió "una resolución claramente ilegal". La posición sindical, compartida por la juzgadora, afirma que la autoridad "estaba obligada a correr traslado de la solicitud presentada por la emplazada Cia. Hulera Euzkadi... y a oír a las partes en una audiencia donde se ofrecieran y recibieran las pruebas correspondientes, audiencia que debió celebrarse dentro de un término no mayor de cinco días de formulada la solicitud... para después de ello emitir, dentro de las veinticuatro horas siguientes, una resolución sobre el particular... Contra toda lógica jurídica..., se omitió señalar audiencia incidental para el trámite de la supuesta improcedencia de la huelga, toda vez que el movimiento de huelga se llevó a cabo... desde el día 22 de enero del 2002 a las 16 horas" y eso no obstante la Junta "hasta el día 22 de marzo, es decir dos meses después, sin audiencia previa emite la resolución que se combate".

La jueza reconoció que la Junta dio vista al sindicato de un escrito de la empresa en que se expusieron sus pretensiones, pero se abstuvo "de cumplir con otra de las formalidades esenciales del procedimiento, esto es, el dar a las partes la oportunidad de acreditar sus pretensiones y defensas". Con esa omisión, dice la sentencia, la Junta "infringe las garantías de seguridad jurídica y de audiencia, establecidas por el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por lo que se impone conceder el amparo y protección de la justicia federal para el efecto de que (la Junta) revoque su resolución de fecha 22 de marzo... restituyendo (al sindicato) en el respeto a la garantía de seguridad jurídica y de audiencia... proveyendo al señalamiento de una audiencia en que se cite a las partes para ofrecer y rendir pruebas...".

En la víspera de que se conociera esta sentencia, y acaso impuesta de su contenido, la empresa adoptó otra estrategia jurídica. Simultáneamente con su emplazamiento a huelga en enero, el sindicato se percató de que se pretendía sacar el equipo de la planta cerrada. Es muy el derecho de los propietarios disponer de sus bienes, pero también lo es el de los trabajadores contribuir a preservar un patrimonio fabril que garantice el cumplimiento de sus demandas. Por lo tanto han impedido desde entonces el acceso al establecimiento industrial. El 11 de julio la empresa hizo saber a los trabajadores que había presentado denuncias por despojo, a fin de intimidarlos con la posibilidad de ser aprehendidos. E insistió en que el sindicato acepte las condiciones que al margen del emplazamiento a huelga finalmente ofreció, una indemnización muy por debajo de la prevista por la ley.

Más de cien trabajadores han aceptado la liquidación ofrecida por la empresa. No se les puede acusar de debilidad, pues son imperativas las exigencias de la vida cotidiana. Pero han padecido en cierto modo una sanción moral, pues al pretender emplearse en otras fábricas del corredor industrial de El Salto, han sido rechazados por provenir de una empresa en conflicto.

Se ha planteado de esta manera una carrera, que hoy está en curso, entre el derecho penal y el del trabajo. Si se convoca morosamente a la audiencia ordenada por la jueza de amparo se genera el riesgo de que no puedan asistir a ella los 12 demandados por despojo, si se les aprehende y se les traslada a Jalisco. Se habría minado así la eficacia del juicio de garantías y se prolongaría un conflicto del que abominarían los Accionistas Críticos de Continental Tire.