Derechos para Tod@s 
Número 8
abril - mayo - junio 2002



  

TE RECUERDO, VÍCTOR...


Carlo S. Olmo Bau

El pasado 10 de octubre, la Cafetería - librería ITACA organizó, y ya era el tercero, un homenaje a la figura de VICTOR JARA. En esta ocasión se dieron cita cantantes y grupos murcianos que, en un ambiente festivo, enriquecedor y comprometido; realizaron un recorrido plural por el repertorio del cantautor chileno.

Parte de ese concierto se recoge en un disco que, cinco meses después, se ha presentado en el mismo lugar donde se grabó. Un disco en el que, quienes conozcan la obra de JARA sin duda reconocerán, no las letras sin más, sino la fortaleza de estas. Y si bien podrán tararear alguna de las melodías, en otras se encontrarán con formas bien distintas de entonar realidades pasadas y no tan pasadas; vindicaciones de ayer y hoy; dudas, dolores y miedos; rebeldías y resistencias,...

En la presentación del disco "Víctor Jara: 20 años después", V. Ladrero se refería a este folclorista, empeñado tanto en revitalizar la vida cultural de su país como en recuperar la música indígena y campesina, como "un recuerdo hermoso siempre presente, una mirada amiga, cómplice de los viejos tiempos, de aquellos que nos siguen viniendo a la memoria; memoria inalterable de un país, de aquellos primeros versos que aprendimos, del primer disco que nos regalaron, de aquella manifestación que nos hizo mayores, del último amor en aquella buhardilla destartalada".

No hace tanto de ese disco, editado dos décadas después de su asesinato en Santiago de Chile, tras ser torturado por los militares durante el golpe de estado iniciado días antes de aquel 15 de septiembre de 1973. No hace tanto. Y sin embargo, aunque la intensidad de su cantar; la ternura, el amor o el combatir que traslada,... rezuma cuando una canción suya se oye, si quiera casualmente;... ese recuerdo parece diluirse, perderse entre lo mítico o el silencio, entre la desmemoria y el desconocimiento. Hasta tal punto que editar hoy, y aquí, un disco como este, puede parecer un despropósito, un sinsentido, una aventurilla románticamente bochornosa,... Y nada más lejos de lo que en realidad es, aunque algo de aventura tenga.

Lo que hace el disco es empaparse de la intensidad de un legado, quizá dormido, para conocerlo y mostrarlo. Un conocimiento que se enriquece con la invención y re-invención de una obra que, de una u otra manera, se empeña en volver, como vieja amiga. Mirar al pasado, este disco lo demuestra, no es incompatible con mirar al futuro. Y más importante, no es incompatible con mirar de muchas y variadas maneras. Humilde, quizá, en su formato, este disco es ambicioso en pretensiones. Quisiera, ahí es nada, servir de fondo a nuevas manifestaciones, a otros amores. Es un disco que invita, pues, a saber, a recordar, a reaprender, a cantar y también, aunque esa canción no se recoge en él, A DESALAMBRAR.