Derechos para Tod@s 
Número 7
enero - febrero - marzo 2002


  

INSUMISOS


Manuel Vázquez Montalbán



Más de 4.000 insumisos serán indultados, y no se sabe si como resultado del comienzo de la mili profesional o del cambio de las pesetas por euros. Es posible que asistamos a una conjunción copulativa que une el lamentable pasado de las represiones, vejaciones, torturas, encarcelamientos sufridos por los insumisos con un futuro espléndido en el que volverán a ser ciudadanos sin sospecha. También sería posible una lógica más indirecta y yo creo que éticamente más aceptable: si ni siquiera la peseta es eterna y una vez al año ya es Primavera en El Corte Inglés ¿por qué hemos de conservar insumisos?

Los primeros objetores de conciencia tuvieron el valor de desafiar al franquismo, que era un régimen militar y de las JONS, y padecieron un trato inhumano, con muchos años de cárcel incluidos y un casi silencio mediático que fue reduciéndose a medida que el franquismo iba perdiendo el frenillo de su fundador. Luego la insumisión militar formó parte de una vanguardia
de ruptura que desde 1978, año de nacimiento del patriotismo constitucional, hasta 2002 -es decir, durante más de 20 años- no ha sido afrontada democráticamente, si entendemos por democracia algo más que la subjetiva aplicación de las leyes según el sentido marcial de la vida de cada señor juez. Durante los últimos años se ha combinado cínicamente la preparación de un inevitable ejército profesional con el mantenimiento de la persecución de los insumisos, con todos los rituales policiales y judiciales incluidos.

Dentro de algunas décadas, cuando se historie el periodo que vivimos, reconocible como el patriotismo constitucional, se dirá que bajo un gobierno del PP, los insumisos fueron indultados y no quedará espacio ni siquiera para resumir qué significaron 30 años de insumisión para los rebeldes que los asumieron y el cuerpo social de familiares y amigos que les respaldaron. Todos ellos lucharon en primera línea del frente de la razón democrática contra una desvencijada y por ello histérica cultura militarista que estaba en la raíz de la lógica de los golpistas que habían ganado una guerra civil y practicaron impunemente el terrorismo de Estado durante 40 años... y un día.