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DESDE
ARGENTINA: CONTRA LA PIRATERÍA DE LAS MULTINACIONALES Y LOS GOBIERNOS
CÓMPLICES
Oscar
Arriaga, de Derechos para Tod@s Estamos asistiendo en Argentina al estallido del modelo neoliberal de capitalismo corrupto, clientelar y salvaje impulsado por el "nuevo orden global" en América Latina. Por tanto, Argentina no es más que un espejo anticipado en donde mirar el futuro de todo el continente y si los dejamos,también el de amplias capas excluidas de nuestra sociedad primermundista. Un modelo cuyo despliegue
masivo se pone en marcha a partir de 1976 con la Dictadura Militar del
General Videla, que combinó uno de los mayores genocidios de
la historia moderna con un endeudamiento externo ilegal e ilegítimo,
provocando además que el pago de los desmesurados intereses sirviese
para que el FMI controlase públicamente y sin ningún recato,
todaslas políticas de los gobiernos de democracias débiles
que siguieron. En la realidad, el menemismo fue una lacra que combinó el fundamentalismo neoliberal con una intenso proceso de corrupción y clientelismo político y mediático, y que llevó a liquidar los restos del escuálido Estado Social, a través del recorte del gasto social y un programa de privatizaciones salvajes, hechas a golpe de sobornos y corrupción. Y contrario a lo que busca hacer creer, la corrupción no fue ajena al proyecto neoliberal, sino absolutamente funcional y necesaria para desarrollar un proceso de desarticulación de la sociedad (precarización laboral, exclusión social y cultural, destrucción y fragmentación de las capas medias de la sociedad) sin tener que acudir a las viejas formas de represión a través del ejercito. Del festín de privatizaciones y coimas, participaron, claro está, las empresas multinacionales europeas y principalmente, las españolas, que se hicieron con todos los servicios públicos (telefónos, agua, electricidad, ferrocarriles, metros, autovías, gas ...) además de pasar a controlar prácticamente las finanzas y el sector de distribución comercial. Y estuvieron hechas tan a la medida de las transnacionales, que en algunas empresas como Repsol, ya en el 2000, Argentina aportaba bastante más de la mitad de sus beneficios totales. Incluso el Estado Español participó escandalosamente de la rapiña, compranda y vaciando luego a Aerolíneas Argentinas. Y en general, obteniendo tasas de beneficios varias veces superiores a las que obtienen en sus propios mercados del norte (O de cómo el barco pirata volvía puntualmente a repartir el botin capturado entre sus verdaderos dueños). Tal ha sido el expolio
y la rapiña, que a pesar de las salvajes privatizaciones realizadas,
se han requerido de nuevos créditos cuyo fin no era otro, que
poder seguir pagando los usureros intereses de la deuda externa, en
una espiral que ha situado el endeudamiento en cerca de 140.000 millones de dólares. Pero no es todo. Durante la década
anterior, el país envió al exterior por todo conceptos
(pago de intereses y deuda, beneficios de empresa extranjeras, patentes,
etc.) mucho más dólares de los que recibió, lo
que viene a decirnos que el endeudamiento nunca fue dinero real ingresó sino asientos contables pagados con hambre y miseria de pueblo. El resultado de tanta
modernidad es un empobrecimiento extremo de un país potencialmente
rico, con una desocupación "oficial" de más
del 25%, el 43% de la población por debajo de la línea
de de pobreza extrema, con más de cinco millones de gente en
pobreza extrema y 3 millones de jefes de familias en condición
de desempleo de larga duración. Los ahorros de las capas medias
de la población expropiados por el sistema bancario a través
del famosos "corralito".. La exclusión social y cultural
comiendose por día poblaciones, barrios y zonas enteras. Mientras
tanto, la policía "maldita" (como se la conoce allí),
la que nunca se depuró después de las dictaduras, seguía reprimiendo, asesinando, robando (2 de cada 3 delitos cometidos en la provincia de Buenos Aires son atribuidos a la policía), organizando
escuadrones de la muerte. La sociedad civil se abre paso a cacerolazos (O de cómo la masa de pres@s económic@s de las corporaciones transnacionales, de los gobiernos, de los corruptos, se rebela y rompe el cerco o corralito político-económico en que está encerrada). Con este telón de fondo, no vamos a explicar lo el mundo ve, y si no intuye, de las imágenes que recorren el mundo: la sociedad civil argentina ha decidido cambiar la historia, echando al basurero de las peores lacras sociales a los corruptos y mafiosos servidores del modelo neoliberal en la Argentina y Latinoamérica. Sin embargo, desde esta tribuna callejera, alertamos sobre la distorsión mediática, en varios sentidos: por un lado, ocultando la magnitud de las luchas que recorren barrios y calles de las ciudades argentinas, ocultando las asambleas auntenticamente democráticas que están creciendo en las barriadas y ocultando la represión salvaje a que se ven sometidas las expresiones pacíficas de l@s ciudadan@s. Se ha propagandizado al extremo la corrupción feroz de la clase política argentina (lo cual es cierto), pero al ponerla como UNICA responsable de la crisis, desaparecen del escenario la responsabilidad del FMI, las multinacionales que se beneficiaron de las privatizaciones, la banca que se ha enriquecido en medio de la crisis, los gobiernos del primer mundo que apoyaron esta "modernización" contra el pueblo argentino. Por otro lado, de cara
a la opinión del/la ciudadan@ español/a, se está
criminalizando a estas heroicas expresiones populares: se nos dice que
por culpa de los empobrecidos luchadores de las cacerolas que defienden
cosas tan básicas como la dignidad, el derecho de echar para siempre a los corruptos, por el pan y el trabajo, las empresas españolas pierden y que con ello pierde la economía española y que
al fin, pierden l@s ciudadan@s español@s. Esta es una inmensa
mentira a desmontar. Las empresas multinacionales españolas a
lo sumo, están dejando de ganar los demesurados beneficios a
los que estaban acostumbradas y si por la tremenda crisis en que se
ha sumido el país, un año no ganan, pues que vaya a cuenta
de lo acumulado.Y l@s ciudadan@s español@s no pierden por sus
conciudadanos argentinos, sino que pierde de igual manera que en Argentina
frente a estas empresas que representan el poder concentrado a nivel
europeo y del Estado Español en la globalización neoliberal
(y que curiosamente, muchas de ellas son las "privatizadas"
del PP a favor de sus amigos). |