Derechos para Tod@s 
Número 5 
julio - agosto - septiembre 2001



  

4 POEMAS DE 4 ILUSTRES POETAS URUGUAY@S


Nota de Redacción: De cuatro conocid@s poetas y cantautores uruguay@s hemos seleccionado, con mucha dificultad (debido a la calidad de su extenso material poético), estos cuatro poemas que podrás saborear a continuación.


ARCO IRIS

Mario Benedetti
(Paso de los Toros, 1920)


A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin desesperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris.


POESÍA III
Tomada de su libro "Memorias para armar- Uno"

Margarita Ferro

Ya saben nuestros nombres
y nuestras formas
nuestras señas
y nuestros santos.

Lo saben todo:
mis memorias
y tus recuerdos
mis lunares
y tus resfríos.

Han revelado nuestros gestos
y nuestros genes.

Estamos archivados,
rotulados, envasados,
(Pero nosotros sabemos lo que ellos no...)
y eso... también lo saben

LA MURGUITA

Alfredo Percovich
(1936-2001)

Todas las noches del barrio, la gente se encierra,
mira en blanco y negro y sueña en color;
nadie sabe del vecino y aunque ha nacido un niño
ahí nomás, al lado, nadie se enteró.
Sólo un pobre borracho quiso celebrarlo;
tomando una lata, canto esta canción.

La murguita va creciendo,
la murguita ya se armó;
venga toda la barriada,
hasta ser un corazón.

La murguita va creciendo
la murguita ya se armó;
la murguita es la esperanza,
la murguita es el amor.

Se fue andando para el Centro y uno tras otro,
los barrios cruzaba, repique y latón;
despabilaba la noche, rompía las modorras,
prendía las luces, formaba un clamor.
Le mandaron un agente para poner orden,
pero éste cantando, también se les unió.

Al llegar la madrugada, ya eran decenas,
se abrían las puertas, formaban legión.
Y a medida que avanzaban, tras cuadras y más cuadras,
llegaba más pueblo, redoble y canción.
Se extendió una algarabía, con una alegría.
Tan incontenible, que atrajo hasta el sol.

Cuando estalló el día entero,
millones de gentes venían cantando la celebración.
Llenaban las ciudades y los continentes,
sin saber siquiera cómo comenzó.
Todos dejaron sus miedos, mezquinos anhelos,
marchando y cantando, matando el dolor.

La murguita va creciendo,
la murguita ya se armó;
venga toda la barriada,
hasta ser un corazón.

La murguita va creciendo,
la murguita ya se armó;
la murguita es la esperanza,
la murguita es el amor.

MILONGA DE ANDAR LEJOS

Daniel Viglietti
(Montevideo, 1939)

Qué lejos está mi tierra
y, sin embargo, qué cerca
es que existe un territorio
donde la sangre se mezcla.

Tanta distancia y caminos,
tan diferentes banderas
y la pobreza es la misma,
los mismos hombres esperan.

Yo quiero romper mi mapa,
formar el mapa de todos,
mestizos, negros y blancos
trazarlo codo con codo.

Los ríos son como venas
de un cuerpo entero extendido
y es el color de la tierra
la sangre de los caídos.

No somos los extranjeros,
los extranjeros son otros
son ellos los mercaderes
y los esclavos, nosotros.

Yo quiero romper la vida
cómo cambiarla quisiera
Ayúdeme, compañero
Ayúdeme, no demore
que una gota con ser poco...
con otra se hace aguacero.