Derechos para Tod@s
Número 17
noviembre - diciembre 2003




Editorial

BOLIVIA: LA DIGNIDAD DE L@S POBRES, LA MISERIA DE LAS TRANSNACIONALES

En el sur de Latinoamérica, en una tierra de cóndores y collullos, en algún lugar cerquita del cielo (El Alto), en una país pobre con gobernantes ricos, se produjo entre septiembre y octubre, una rebelión popular, reprimida a sangre y fuego, con el ejercito en la calle usando armas pesadas. El saldo oficial es de un centenar de muertos. Pero también, un presidente cobarde (Sánchez de Lozada) huyendo a casa de sus amos norteamericanos. El pueblo supo pasar entre las balas y las mentiras para imponer sus reivindicaciones, para defender lo suyo, ese gas que como es fruto de la pachamama (la "tierra" en aymará), debe ser del pueblo y no de los amos del norte. Esto leíamos, esto escuchábamos.

Sin embargo, vale la pena, repasar algunos datos y circunstancias, de esos que no siempre se dicen, para entender y valorar la gesta del pueblo boliviano.

Bolivia es uno de los países más pobres de la castigada América Latina Un ingreso per cápita que no llega a los 900 dólares (para entendernos, unos 2 euros por día para vivir), lo cual siendo malo, tampoco dice toda la verdad, porque estos datos son "promedios". En realidad, el 57% de sus habitantes están por debajo de la línea de pobreza y el 30% deben considerarse en estado de indigencia por sus ingresos. Por cada hora que pasa, 20 bolivian@s se hunden la pobreza y 7 de ell@s, en la indigencia.

En esta situación no extraña que casi un tercio de la población sea víctima de las típicas enfermedades de "la pobreza", como la diarrea o que casi la mitad sufra afecciones respiratorias. Tampoco que el 41% de los partos sean "no asistidos".

Los datos anteriores, sirven además para entender hasta donde puede llegar la voracidad de este capitalismo salvaje y de sus principales ejecutores: las transnacionales, esta vez desplegadas como cuervos en torno al gas boliviano.

No es una historia nueva, claro. Ya en 1955 el gobierno del MNR adoptó un Decreto, (conocido como el Código Davenport, por el estudio norteamericano que lo redactó) a través del cual se concedieron en forma vergonzosa las riquezas petroleras a los capitales internacionales. Luego el petróleo fue nacionalizado por el gobierno del General Ovando, pero en 1997, a través de un decreto reservado y secreto (denunciado por anticonstitucional) el gobierno de turno, volvió a ceder la explotación comercial del gas -la hasta entonces insospechada riqueza del subsuelo- a las multinacionales. Detrás de este decreto, un siniestro personaje: Sánchez de Lozada, el Goni.

En el último año saltó a la luz otro proyecto "de desarrollo": la exportación de gas a USA a través de un gasoducto que uniría Tajira con un puerto chileno, y de allí se transportaría licuado por mar hacia el norte.

Algunos datos para comprender el proyecto.

El proyecto tenía calculado un rendimiento anual cercano a los 1400 millones de dólares. Esta cifra viene a representar aproximadamente una quinta parte del PIB boliviano. Para entendernos, algo así como si mañana, viniese una multinacional al y se apropiara de un negocio equivalente a dos veces el sector turístico de España... ¿qué diríamos?. Pero es que además, el Estado boliviano, en definitiva, el verdadero dueño del gas, recibiría sólo entre 40 y 70 millones de dólares. Es decir, 24 veces menos de lo que se embolsan los realizadores del proyecto.

¿Quiénes son estos "listos" capaz de imaginar este tipo de "negocios", esta esquilmación a países así de hundidos en la pobreza?. Pues, un consorcio denominado Pacific LNG y como distribuidora en USA, una subsidiaria de la ya tristemente conocida Enron. Pero aquí no acaba la historia. El consorcio Pacific LNG, está conformado por tres grandes multinacionales del petróleo y el gas, a saber: British Gas (BG), British Petroleum (BP) y ... Repsol/YPF, una de los buques insignias del capitalismo español y más precisamente, de los amigos del Sr. Aznar.

Por eso decimos que esta rebelión, no puede ser otra cosa que una nueva confrontación entre la dignidad de los pobres más pobres de planeta frente a la miseria moral y democrática de las multinacionales y los gobiernos que la apoyan. También, una denuncia ante la sociedad civil del Estado Español, del triste y macabro papel que están cumpliendo las empresas paridas aquí.