Derechos para Tod@s 
Número 16
septiembre - octubre 2003



EL RÉGIMEN DE AZNAR DESIGNA HEREDERO


Pascual Serrano

Don Vito, durante el almuerzo del viernes con sus hijos Rato, Mayor Oreja, Arena y Rajoy, les informó de la designación de éste último como el primogénito que heredará la dirección de la "organización".

Mariano ya había demostrado fidelidad y lealtad a la familia. Dio la cara cuando hubo que explicar que los petroleros se hunden solos sin que nadie tenga la culpa y defendió el buen nombre de los Corleone frente a las otras familias que les querían arrebatar el lucrativo mercado del antiterrorismo, anticastrismo y el anticomunismo.

El resto de los vástagos de Don Vito aceptaron la decisión, ellos siempre tendrán su correspondiente parte de los negocios de la familia. Además, siempre quedarán las tierras del norte para Jaime, el sur para Javier o los negocios de la radio para Rodrigo.

Por fin se desvela quien llevará el timón de la familia de Génova. Rodrigo no creará problemas con los amigos de la familia. Don Vito los ha consultado a todos: el amigo de Texas, los contables del BBVA y del BSCH, los encargados de los carburantes Repsol, Endesa e Ibredrola, los responsables de las transmisiones Telefónica, Vodafone, etc...

Los jueces tampoco pondrán inconvenientes. Han ilegalizado partidos, cerrado medios de comunicación sin hacer demasiadas preguntas a los Corleone.

El resto de las familias cuyos negocios dependen de la cobertura de Don Vito también estarán de acuerdo mientras se les permita llevar sus negocios sin problemas. Visitarán al padrone en su finca de La Moncloa para pedirle los oportunos favores. Un plan hidrológico, echar una mano con los padrones de Bruselas, un pellizquito para untar a pescadores y marisqueros con algo que no sea chapapote. Lo que haga falta.

Los Corleone atraviesan un buen momento con el padre padrone mayor. Hay que mandarle carne fresca para sus aventuras militares pero, al fin y al cabo, para eso se les paga. A cambio, comparten mesa y mantel con él en sus respectivas fincas, la Blanca o la Moncloa. Incluso les deja poner los pies en la mesa en las reuniones.

En cuanto a los vecinos de Sicilia no hay problema. La sangre que provocan las bombas de sus impuestos no salpica sus tresillos, les han garantizado que esos seres oscuros que mueren en el Estrecho nunca podrán llegar a sus calles y, fundamentalmente, los Corleone les garantizan protección frente al terrorismo. Algo muy valioso en los tiempos que corren.

Lo que no se imaginan es que los cadáveres que van dejando en el camino tienen hijos, hermanos que claman venganza. Que los aviones tropiezan con edificios, que las armas que fabrican y venden pasan por muchas manos, no todas amigas. Y que el odio y la desesperación no se detecta en los controles policiales ni en los detectores de metales.