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U.S.A. Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura de Cuba
Durante su larga vida fue
uno de los actores mas reverenciados de Estados Unidos. Recibió
la Medalla Congresional y varios premios Oscar honoríficos. Numerosos
barcos, aviones, calles, plazas y escuelas fueron bautizadas con su nombre.
Fue designado Caballero de la monarquía británica y con
igual distinción lo singularizó el Papa. Influyó
en los más importantes Su nombre verdadero era Leslie Townes y nació en Londres. Fue hijo de un albañil alcohólico y sobrino de un canicero. Su madre era una cantante de operetas. Lo trajeron a Estados Unidos, donde su padre decidió probar fortuna, a los cuatro años de edad. Vendió periódicos y limpió zapatos. Durante un período fue boxeador y más tarde confesó que en ese tiempo conoció más la lona que Picasso. En su juventud apreció
los filmes de Charles Chaplin y comenzó a imitarlo. En los años
20 recorrió los escenarios de vodevil y protagonizó numerosas
comedias musicales en Broadway al lado de actores como George Burns, Jimmy
Durante y Ethel Merman, quienes también comenzaban. Llegó
a integrar el cuadro escénico de las "Follies de Ziegfield".
En los años 30, al aparecer el medio radiofónico, fue contratado
con la NBC, vínculo que mantuvo durante sesenta años. En
la década de los 40, Políticamente se convirtió en un rancio conservador, un partidario acérrimo de cuanto hay de tradicionalismo, reaccionario y retrógrado de la oligarquía norteamericana. Sus simpatías por el partido republicano lo llevaron a ser amigo de Richard Nixon y de Ronald Reagan; también frecuentó a otros presidentes, su notoriedad se lo permitía, pero sus preferencias iban siempre hacia la ultraderecha. No es de extrañar que el presidente Bush ordenara poner a media asta la bandera nacional en todo el país, y en las instalaciones de ultramar, el día de su entierro. A partir de la Segunda Guerra Mundial comenzó a hacer apariciones en los frentes de guerra para entretener a los soldados norteamericanos. Desde entonces acompañó a las fuerzas del imperio en expansión durante el asedio de Berlín y las guerras de Corea, Vietnam y del Golfo Pérsico. Lo mismo actuaba en un hospital que en un portaaviones. Organizaba él mismo los espectáculos que le acompañaban, siempre rodeado de lindas coristas. A veces, actuando junto a las trincheras, se desataban los rugientes estampidos de la artillería enemiga a lo cual él replicaba: "Me pregunto cuál de mis películas habrán visto". Por todo ello llegó a ser admirado por el pequeño burgués satisfecho de las periferias urbanas, por la clase media que le agradecía su alegría, pero también su adhesión al militarismo rampante alentado por la plutocracia. Al morir muchos le compararon con Leni Riefenstahl, la cineasta de Hitler, por su adhesión política al perifascismo estadounidense. Dejó una gran estela de contento pero también un rastro de penosa sumisión al imperialismo belicista de nuestro tiempo. |