Derechos para Tod@s 
Número 14
abril - mayo 2003



BRASIL: CONTINUIDAD NEOLIBERAL O CAMBIO

Eric Toussaint, presidente del CADTM (Comité para la Anulacion de la Deuda del Tercer Mundo)


La aplastante victoria de Lula en las elecciones (más del 60% en la segunda vuelta, con cerca de 20 millones de votos de diferencia sobre su rival) fué el resultado de una política de alianzas y de un programa altamente contradictorio. En efecto, el candidato del Partido de los trabajadores obtuvo que su partido concienta la alianza con un partido de derecha: el Partido Liberal, el cual en caso de victoria recibiría a cambio nada más y nada menos que la Vice Presidencia de la República.

El programa también era contradictorio. El mismo preconizaba la continuación de la política económica aplicada por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Es una política preconizada por el FMI, que aseguraba ante todo el reembolso de la deuda externa y la prosecusión del ajuste estructural. Es justamente ésta política la que reduce de manera considerable las fuentes para obtener los ingresos públicos necesarios para concretizar la parte progresista del programa. Nos referimos aquí a la parte que previó un importante aumento de los ingresos más bajos (el salario mínimo es de aproximadamente 70 euros, debiendo ser el objeto de un aumento de 20%), la erradicación del hambre ( 40 millones de brasileros están en situación de hambre crónica o permanente de hambre), la reforma agraria y la ampliación de la capa de la población a ser cubierta por la seguridad social.

En el transcurso de los cuatro primeros meses del mandato presidenciao, Lula y Palocci, Ministro de Economía y de Finanzas anunciaron la aplicación de una política éconónomica y social de corte neoliberal, en total contradiccion tanto con un proyecto de transforamcion estructural que con la realización de un mejoramiento substancial de las condiciones de vida de la mayoría de los brasileros.

En qué consiste ésta política ?

- A Meireilles, representante del gran capital financiero, le fué confiado la presidencia del Banco Central, quien hizo campaña en la primera y segunda vueltas en favor de Jose Serra, quien fuera candidato de Fernando Henrique Cardoso. El día de su designación al puesto de Presidente se podía leer todavía en su sitio internet su llamado a votar por Jose Serra !

- Siguiendo la desiderata del FMI y de los mercados financieros, fueron anunciadas las medidas legales para garantizar la autonomía del Banco Central frente al gobierno. Esta decisiión fué el objeto de acervas críticas por parte de diferentes componentes del ala izquierda perteneciente al bloque presidencial, en particular las de Heloisa Helena, senadora del PT. Al dar la autonomía al Banco Central, y para colmo nombrando a un representante del gran capital como su responsable, el gobierno, en tanto que Poder ejecutivo, abdicó a ejercer un control directo sobre la política monetaria (tasas de cambio y emisión de la moneda) y sobre las tasas de interés ( tradicionalmente fijadas por el Banco Central). Eso es ponerse el puñal en el pecho !

Durante su campaña lectoral Lula declaró, al igual que los otros candidatos presidenciales, a la excepción del de PSTU, que iba a respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el le FMI en agosto del 2002. Según los términos del acuerdo, Brasil estaba obligado a alcanzar un superavit presupuestario primario de 3,75%, meta que conlleva una fuerte limitación de los gastos sociales. Palocci decidió, en el transcurso de los primeros meses de la presidencia, ir más lejos todavía en la ortodoxia preconizada por FMI y por los mercados, comprometiéndose a alcanzar un superavit de 4,25% !

En la misma lógica, Palocci aumentó las tasas de interés, elevándolas a 25,5%. Esta medida, que aumenta los ingresos del gran capital bajo forma rentaria, agudizando así la desigualdad social, tiene como consecuencia efectos contrarios a la parte progresista del programa. Esta medida premia a todos los que viven en forma parasitaria de sus rentas. Esto no es es más que la continuación de la política del doble rasero: ajustar los cinturones de los que tienen bajo ingreso mientras se aumenta la opulencia de los ricos.

Por otro lado, el aumento de la tasa de interés produce al mismo tiempo otros dos efectos negativos. En primer lugar, aumenta en forma mecánica las sumas destinadas al reembolso de la ya colosal deuda interna. En segundo lugar, aumenta las dificultades para que los pequeños y medianos productores accedan a los créditos ( campesinos, artesanos y pequeños empresarios), lo que constituye un freno al ya debilitado crecimiento.

Dede 1.995, las tasas de interés estuvieron entre las más altas del planeta siendo justificadas por los partidarios de la politica del du FMI, por la necesidad de atraer a los capitales extranjeros y de fijarlos en el país. Esto sin embargo no ha impedido que seis crisis monetarias hayan explotado. Desde éste punto de vista, Brasil batió todos los records. El plan de ayuda decidido en agosto 2002 por el FMI fué, más que un apoyo a Brasil, un apoyo a los dos grandes bancos norteamericanos (Fleet Boston et CityCorp), concurrentes hasta dos tercios de la suma prestada. No es una pura casualidad que el actual Presidente del Banco Central, Meireilles, antes de ser nombrado al cargo fuera el respresentante del Banco de Boston.

Igualmente no dejan de preocupar otros proyectos gubernamentales, tales la reforma de la seguridad social y la reforma del Código del Trabajo. En lo que respecta la primera, en Brasil se lanzó una campaña ya muy conocida en todas partes, por la que justifica la generalizacion de los fondos privados de pension así que la arremetida contra las conquistas de los salariados en el campo de las pensiones. Con el pretexto de terminar con los privilegios de los que gozan unas categorias marginales de funcionarios públicos ( altos graduados del ejército, el personal dirigente de los ministerios...) se procedera a reducir fuertement el plafón de las pensiones de todos los que pertenecen a esta categoría. Ciertas fuentes gubernamentales hablan de reducir este plafón alrededor de 2.300 reales ( es decir, el equivalente a 10 veces el salario mínimo), lo que significa una pension inferior a 800 euros, mientras que el principal sindicato de izquierda, la CUT, quiere reducirlo al doble de la suma citada (es decir, 20 veces el salario mínimo).

Por qué existe un antagonismo entre el mantenimiento de los acuerdos con el FMI y la parte progresista del programa sobre el cual Lula fué elegido?

Porque los acuerdos con el FMI implican un aumento de la deuda pública externa e interna. Aumento de la deuda externa porque los 30 mil millones de dólares prometidos por el FMI se suman al stock de la deuda, elevando así el monto del reembolso. Siendo así, el monto del reembolso aumenta proporcionalmente al de la tasa de interés, dicho monto debiendo ser substraído al Tesoro Público.

Dicho de otra manera: si una reforma impositiva permitiría hacer pagar a los ricos aumentando con ello los ingresos públicos, las sumas aportadas por dicha reforma volverán a salir inmediatamente como reembolso de la deuda, lo que impide automáticamente todo aumento en los gastos públicos. De todas formas, el FMI nunca aceptó una reforma impositiva que permita una aumentación significativa de deducción sobre los ingresos y el patrimonio de los ricos. Aquí también existe una contradicción entre la voluntad eventual de llevar a cabo una reforma impositiva progresista y los acuerdos firmados con el FMI.

Lula, puede verse confrontado a los efectos perversos que produce su compromiso de respetar los acuerdos firmados por su antecesor con el FMI y sumido a la presión de los movimientos sociales, del ala izquierda del PT y otros sectores de la sociedad civil como la progresista Conferencia Nacional de Obispos. En estas condiciones, podríamos escucharlo anunciar en los meses venideros, con motivo de las próximas negociaciones con el FMI que, bajo riesgo de no poder llevar a cabo el objetivo de erradicar el hambre y tomar otras medidas prioritarias, él no puede satisfacer las condiciones que le son impuestas. Tendría todo el derecho a hacerlo. Si no asume tal orientación, corre el riesgo de ver su credibilidad derrumbarse ante los sectores populares. Y para peor de todo, las concesiones hechas al gran capital no protegerán al Brasil ni de un aumento de la fuga de capitales ni de los ataques especulativos contra el Real.