Derechos para Tod@s 
Número 12
enero - febrero 2003




VENEZUELA
TODOS LOS SECTORES EN UNA ENCRUCIJADA

S. Pérez Borges


Pasados los cuarenta días de la huelga insurreccional patronal, los sectores en pugna están confluyendo en el punto en donde tienen que tomar sus decisiones finales. Aun pudiendo quedar otros pocos recursos y tiempo a usar, quien luce más acorralado es el sector patronal-burocrático, quienes convocaron a esta huelga pro imperialista y han tenido que utilizar, desde el tercer día de iniciarse la “huelga”, distintos actos de saboteos y terroristas para tratar de derrotar al gobierno que preside Hugo Chávez.

Estos últimos días para los representantes de las organizaciones políticas, gremiales y ONGs que se aglutinan en la Coordinadora “Democrática”, han sido horas de angustia y desespero. En medio de ingeniosas y repetitivos anuncios televisivos convocan a diferentes actividades de desesperación, que son repelidas, esfumadas y derrotadas por la presencia de centenares y miles de hombres y mujeres que rechazan sus acciones. En muchas de ellas, ya se hace frecuente declaraciones como de: “yo no soy chavista, pero a esos desgraciados (canallas), no se puede seguir dejando pasar”.

Ese sentimiento de rechazo a las medidas y actos de los opositores golpistas, en muchos casos también, provienen a parte de las distintas redes de organizaciones y círculos bolivarianos, de nuevos tipos de organizaciones que están surgiendo, por que hay situaciones, en donde las organizaciones existentes que apoyan al gobierno no dan la respuesta necesaria.

A las marchas y concentraciones que convoca la oposición, los partidos que apoyan al gobierno y círculos bolivarianos, le organizan concentraciones paralelas para evitar, que la oposición vaya más allá de las rutas y objetivos previsto, o para que no copen los espacios que tienen ganado los sectores chavistas. Por este motivo se dieron los hechos del 3 de enero, cuando un pequeño grupo chavista le impidió a la oposición que esta traspasara los límites del permiso acordado para la marcha y, estos llegaran hasta las instalaciones militares en donde permanece detenido, el único golpista preso, detenido desde el 30 de diciembre, porque este en las puertas de la Comandancia de la Guardia Nacional, dio un discurso llamando a este cuerpo a la sublevación militar.

Sin embargo, son las nuevas formas de organizaciones sociales y las asambleas populares, como las de usuarios del gas y gasolina, las de ahorristas bancarios, las de padres, representantes y maestros y la de los bloques populares, las que están organizando: las justa distribución y control del despacho de gasolina y gas licuado, en defensa de las consumidores, emergencias y de las libertades democráticas en los barrios populares, las que están garantizando el reinicio de clase en educación, los que realizan las acciones de demanda en contra de la desobediencia tributaria en los tribunales de justicia.

Se destaca entre todas esas formas de organizaciones la de en defensa de PDVSA [Petróleos de Venezuela S.A. – es la empresa estatal], la de los trabajadores petroleros y las de Asambleas populares. A diario en distintas partes del país se están realizando foros llamados “PDVSA por dentro”. En estos asisten miles de personas en donde se informa de cómo venía funcionando este empresa y se denuncia los planes privatizadores y pro imperialista de esta.

Las nuevas organizaciones de los trabajadores petroleros practican cogestión en PDVSA. Se controla desde los ingresos y egresos del personal de la empresa estatal petrolera, se controla la producción y distribución, se sustituyen a los sindicatos o dirigentes sindicales contras o se refuerzan los existentes que están con el proceso bolivariano.

Las asambleas populares son multitudinarias y en ellas se programan el funcionamiento de las escuelas, liceos, universidades, mercados populares y hasta las nuevas actividades a realizar para derrotar a la huelga insurreccional patronal. En los últimos días, se impulsa para que estas asambleas se conviertan en Constituyentes Originarias por sectores.

Las asambleas populares universitarias han sido llamadas por el Presidente Chávez a que éstas se transformen en Constituyentes para elegir las nuevas autoridades universitarias, estudiantiles y gremiales, elaborándose a partir de ese hecho, los nuevos programas de estudios. Hasta el momento estas Constituyentes no se han hecho, pero Chávez en sus tres últimas alocuciones por cadena nacional ha insistido a que se realicen.

Mientras esos hechos ocurre entre los trabajadores y las masas populares, los sectores responsables de la huelga insurreccional, que ahora están identificadas como el sector fascista y golpista, por sus claras evidencias de realizar hechos de esa naturaleza, resisten presiones internas propias.

Importantes empresas han empezado a trabajar. [En Valencia, Estado Carabobo, ya están trabajando significativos empresas de alimentos y metalmecánicas como Kraft, Mavesa, Inlaca (alimenticias), Rualca, Gabriel, Danaven, S.H. Fundiciones, Covendisa, Rudeveca (metalmecánicas) y Good Yeard (caucho).]

Para la semana que se inicia el lunes 13, muchas empresas han manifestado que también lo harán, haciendo que Fedecámaras (Federación de cámaras empresariales) y la Coordinadora “Democrática”, estén abatidas en la angustia, recreando una ofensiva que de inmediato se transforma en defensiva, por la fuerza contraria que éstas generan.

La pérdida multimillonaria que han tenido los empresarios y comerciantes por no producir y vender sus productos, durante estos largos días de su conspiración, más la impotencia porque en la Mesa de Negociación y Acuerdo no se concreta una salida, y ante el hecho de que los sectores que se reclaman bolivarianos se mantienen firmes en el enfrentamiento, los está llevando a la desesperación, no obstante que sigan llamando a marchas y quieran mostrarse como si tuvieran mucha fuerzas.

Concentrando su impertinente propaganda para que se efectúe el próximo 2 de febrero el referéndum Consultivo, que ellos en medio de la trampa, lo quieren convertir en Revocatorio.

En el transcurso de esta semana, sectores de la oposición han promovido hechos de violencia, actos terroristas y fascistas como lanzar una granada fragmentaria en la embajada de Argelia, pitas a delegaciones extranjeras (en la noche del sábado 11, vejaron y pitaron a una delegación de iraníes e iraquíes, quienes llegaron en un vuelo comercial) y ya días antes, habían hecho acto de protesta en la embajada de Brasil.

El gobierno para esta segunda semana de enero ha apretado el acelerador; realiza distintos actos, en los que ha contado con masiva asistencia, encadena con mucha frecuencia los medios televisivos y radioeléctricos privados y Chávez ha endurecido el discurso.

Eso viene ocurriendo porque se siente con suficiente fuerza y porque las masas han arreciado las criticas al gobierno, hartadas porque impera demasiada impunidad. Gruesos sectores de la población exigen que se castigue a los responsables de los actos de saboteos en PDVSA, que son los culpables de que haya escasez de combustibles, gas y alimentos. Se exige también que se tomen medidas contra los bancos, quienes acaban de parar por 48 horas (cumplido a medias) y mantienen horarios restringido de 9 a.m. hasta las 12 p.m.; se exige que se controlen los mensaje de los medios televisivos; se solicita que se detenga a Carlos Ortegas, Presidente de la CTV, a Carlos Fernández, Presidente de Fedecámaras y a Juan Fernández, uno de los principales gerentes de PDVSA y ahora se reclama también, garantías del reinicio de clases escolares.

Algunas de esas exigencias que se expresan dentro de mucho cuestionamiento al gobierno, es evadido por parte de sus funcionarios, cuando responsabilizan a los otros poderes del estado (poder Judicial y Fiscal), de ser los que no cumplen sus funciones.

El gobierno no sólo evade su responsabilidad de que no se castigue a los golpistas, sino que teme que para cumplir las exigencias de las masas tendría que ir a más allá de detenciones de algunos opositores. Tendría que nacionalizar la banca, cerrar algunos medios de comunicación y poner bajo control a muchas empresas, enfrentando así abiertamente al imperialismo, a la OEA y al FMI.

El mismo Chávez, de alguna manera expresó ese temor, cuando en su discurso del sábado 11/01/03, en el Poliedro de Caracas, en la Asamblea Nacional en defensa de la educación y de los derechos de los niños y adolescentes, les recordaba a los oligarcas (burguesía), de que no “sabían en qué problema se habían metido, porque sus acciones lo que había hecho era despertar a un pueblo”.

El cuestionamiento en todo caso no es contra de un gobierno que se reclama capitalista, aunque se ponga el adorno de “humanista” o el de una revolución cuyo programa se plasma en la Constitución bolivariana, sino el cuestionamiento en un sentido la reflexivo, en estas horas cruciales de un enfrentamiento entre sectores nacionalistas y democráticos en contra de sectores pro imperialistas y fascistas, debe ser para los factores verdaderamente revolucionarios y socialistas, los que en medio de este enfrentamiento, estando junto a los sectores democráticos y nacionalistas, no podemos esconder nuestros objetivos, programas y banderas ni hipotecar nuestra independencia política. En esta encrucijada, estamos los revolucionarios venezolanos a prueba para ver a qué nivel de conciencia y a qué acciones podemos conducir a los trabajadores, a la clase media y a los sectores populares que hoy avanza en rebeldía y en heroísmo en contra de los sectores golpistas, fascistas y pro imperialistas.

Para los próximos días son muchas más las reivindicaciones y exigencias que se deberían de sumar a las que ya se hacen, en donde los dirigentes y organizaciones clasistas y revolucionarias debemos jugar el papel motor de plantearlas.

Producto de las dificultades económicas que enfrentará el gobierno, debido a las pérdidas multimillonarias a causa del saboteo hecho en PDVSA, la exigencia fundamental que hay que hacer, será el no pago o el diferimiento del pago de la deuda externa.

Impulsar esta campaña será clave para hacer avanzar este proceso y tal vez, puede ayudar hasta para reagrupar a los factores revolucionarios y socialistas que todavía seguimos dispersos en Venezuela.