Derechos para Tod@s 
Número 12
enero - febrero 2003





Editorial

REPENSAR EL MUNDO

Somos un colectivo humano o un/a human@ colectivo y por tanto, sirve la metáfora de caminar a dos pies.

Y cuando lo hacemos, cuando caminamos, buscamos encontrar el paso adecuado, ese que permite tener una parte de nuestro andar en las cosas y casas de nuestro entorno inmediato, mientras que la otra parte de nuestro cuerpo grupal anda atisbando los espacios del mundo, no cualquier espacio, sino aquellos en los que la lucha, los sueños, las resistencias van inaugurando ventanitas o senderos hacia esos otros mundos posibles (también lo hemos dicho ya en algún lugar, creemos que el mundo que haremos será un mundo de muchos mundos).

Hasta aquí, nada nuevo nos dirán, nada más que aquello del "piensa en global actúa en local", lo "glocal", etc., que ya empieza a estar bastante rodado. Es cierto. Pero convengamos que los conceptos a veces son como esas ánforas que son lindos continentes pero para que nos sirvan, también hay llenarlas de buenos contenidos.

Por eso caminamos buscando esos pasos de pies global-locales, que incluyan la forma de conectar la complejidad del mundo con las vivencias cotidianas de los ciudadanos y las ciudadanas reales, de recrear discursos que abarquen al mismo tiempo la simplicidad y la complejidad. ¿Cómo le hablamos de los desmanes de "nuestras" multinacionales españolas a la gente de barrio? ¿Cómo le contamos a un jubilado de Londres que su pensión bajó por que un joven financiero en Hong Kong no tuvo en cuenta el terremoto de Kioto en sus fórmulas de ingeniería financiera y devaluó los fondos (especulativos) de pensiones?. Bueno, cosas de este tipo, sólo para poner ejemplos.

Pero algo más. Recorriendo las páginas de esta revista, podemos conectar sitios aparentemente tan en las "Antípodas" como Chile y Bagdad, mujer y bosque, fiesta de la mama negra y genocidas...aunque... ¿en verdad son tan antipódicos?. Sobre todo si al final nuestras mentes terminan haciendo esas extrañas sinapsis cerebrales que terminan fabricando la misma pregunta de siempre...¿quién gobierna el mundo? (de paso, pregunta que también anda entre los artículos).

Pues, por ahí van "los tiros" en esta editorial.

En el fondo es el capitalismo salvaje de siempre o al menos de estas últimas décadas, muerto y sepultado ya aquel intento de capitalismo de rostro humano de los sesenta con el Estado de Bienestar y socialdemocracia incluida. Eso solemos escuchar, esos nos suelen decir.

Es cierto, pero no es cierto. La naturaleza del conflicto social, de las luchas y de las resistencias se han ido transformando en el último siglo y particularmente en las últimas décadas. Se han transformado los escenarios del conflicto, los agentes y los modelos de confrontación.

Particularmente, con el acelerón tecnológico, el redespliegue productivo y comercial a escala planetaria del capital concentrado, con la redefinición de poder entre los Estados del primer mundo, con el nuevo rol asignados a los Estados periféricos, que no es su desaparición sino su reafirmación, pero para garantizar el nuevo orden internacional represivo, con la fragmentación de trabajo en una factoría global que divide y enfrenta en su interior al proletariado (mano de obra sobre explotada en la periferia contra derechos sociales-laborales del centro), etc., todo eso es nuevo aunque no venga a suplantar a lo viejo sino a profundizar la regresión.

Estamos asistiendo a un fenomenal realineamiento de poder global, estamos asistiendo a la reconfiguración de las relaciones de poder a escala global, y por tanto, también local.

Por eso, y aunque manteniéndonos fieles a nuestros principios, prefiramos aportar más preguntas que respuestas acabadas, nos parece que de eso se trata en estos días: de repensar el mundo, un repensar que tiene que ser acción/pensamiento, para poder construir nuevas formas de intervención político-social, la forma de ir creando nuevos mundos en nuestra esfera cotidiana para ir socavando este paquidérmico planeta neoliberal que -como una maldición- llevamos sobre los hombros.