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Número 1
agosto-septiembre-octubre 2000


 

La "catástrofe" del Sida en el mundo del trabajo  


"El Corresponsal de Medio Oriente y África" y "Noticias de la OIT"
 

Un informe de la OIT prevé una drástica disminución de la mano de obra en diversos países en los próximos 20 años; en la zona más afectada, el Africa al sur del Sahara, para entonces habrá 24 millones de trabajadores menos, lo cual generará fenómenos sociales tales como el aumento del trabajo infantil y la extensión de la edad jubilatoria y echará por tierra algunos avances logrados por la mujer.

En un estudio reciente la Organización Internacional el Trabajo (OIT) advirtió de las repercusiones catastróficas que el HIV/Sida puede tener en los trabajadores y empleadores de todo el mundo, y prevé una disminución drástica de la magnitud y calidad de la mano de obra en diversos países durante los próximos 20 años.

"La información sobre la vigilancia indica que el África subsahariana es la zona más afectada y que necesita ser el centro de una acción urgente -indica el informe-. Sin embargo, los datos y tendencias de otras regiones indican que se necesitan intervenciones preventivas a gran escala para evitar catástrofes similares en otros lugares."

A partir de un análisis de datos de población de Botswana, Camerún, Etiopía, Costa de Marfil, Haití, Kenya, Malawi, Mozambique, Namibia, Nigeria, Sudáfrica, República Unida de Tanzanía, Tailandia, Uganda y Zimbabwe, la OIT manifestó que en el año 2020 sólo en estos países habría 24 millones de trabajadores menos como consecuencia de la epidemia del Sida.

Según el estudio de la OIT, en ocho países africanos en los que los índices de HIV superan el 10% de la población adulta -Botswana, Kenya, Malawi, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Uganda y Zimbabwe- se estima que en el 2020 la fuerza de trabajo será entre un 10 y un 22% inferior a la que habría sido si el HIV/Sida no hubiera existido, es decir, cerca de 11,5 millones de personas menos. En cada país, el porcentaje de disminución era el siguiente: Botswana, 21%; Kenya, 15; Malawi, 13; Mozambique, 19; Namibia, 22; Sudáfrica, 17; Uganda, 12, y Zimbabwe, 21%.

En el caso de países en los que los índices de infecciones son inferiores al 10% de la población adulta -Camerún, Coste de Marfil, Etiopía, Nigeria y Tanzanía- se prevé que la mano de obra sea entre el 3 y el 9% inferior a lo que habría sido de no existir el mal, es decir, cerca de 12,5 millones de personas menos. Los descensos en porcentaje en cada país fueron: Camerún, 4; Etiopía, 5; Costa e Marfil, 7; Nigeria, 3, y Tanzania, 8.

Enormes cambios sociales

En el informe también se afirma que la enfermedad tendrá una incidencia significativa en la composición y calidad de la fuerza de trabajo en dichos países en lo que se refiere a la edad, las capacidades y la experiencia, además de dar lugar a aumento del trabajo infantil y echar por tierra los objetivos logrados en la ardua lucha por el avance de la mujer.

"Cambiará la distribución de la fuerza de trabajo, en vista del creciente número de viudas y huérfanos que luchan por su sustento y el elevado porcentaje de personas entre 20 y 49 años afectadas por el Sida, lo que conduce a que los niños formen parte de la población activa antes de tiempo, a la jubilación anticipada de los enfermos y a la retención de las personas mayores en la fuerza de trabajo por necesidad económica", explica el informe.

En el documento se afirma que las perspectivas de la mano de obra facilitan cierto indicio de la disminución de la edad media de la mano de obra como consecuencia del efecto del HIV/Sida. Incluso tomando los mismos índices de participación de mano de obra, en el 2020 la edad media de la fuerza de trabajo de los países fuertemente afectados se vería reducida hasta dos años, lo que lleva aparejada la presencia de una proporción creciente de grupos de edad jóvenes en la fuerza de trabajo, así como una reducción en la calidad de la fuerza de trabajo en lo que concierne a la educación, formación y experiencia.

Efectos en los empleadores

En el informe se afirma que las enfermedades y defunciones de los trabajadores relacionadas con el Sida afectan a los empleadores, aumentando sus gastos y reduciendo sus ingresos. Los efectos de la enfermedad exigirán a los empleadores mayores gastos de atención sanitaria, funerarios y de capacitación y contratación de sustitutos. Además, se prevé que la epidemia dé lugar a una disminución de los ingresos a causa del ausentismo por enfermedad o asistencia a los funerales, así como por el tiempo dedicado a cuidar a las personas afectadas por el mal o a la capacitación de aquellos que sustituyen a los trabajadores enfermos o fallecidos.

"En vista de estos factores, algunas empresas ya han empezado a contratar o a impartir capacitación a dos o tres empleados para el mismo puesto, si temen perder a los empleados en puestos clave a causa del Sida", según el informe. "También puede sustituirse a los empleados mediante la importación de la mano de obra de países vecinos, lo que conlleva el riesgo de crear una subpoblación de inmigrantes aún mayor, que a menudo es más vulnerable a la infección del virus."

La respuesta de la OIT

En el informe se explica que "en los albores del nuevo milenio, el nuevo factor es la comprensión cada vez mayor, aunque tardía, de que el Sida es un problema muy importante para el mundo del trabajo. Los numerosos trabajadores que viven con el Sida se han convertido o se convertirán, según el país, en un motivo importante de preocupación para todos los empleadores, en las empresas y organizaciones de todos los tamaños".

El trabajo también expone una serie de medidas que pueden adoptar sus interlocutores sociales tripartitos para incrementar sus esfuerzos contra una nueva propagación del Sida en el mundo del trabajo, entre las que figuran potenciar la sensibilización y las campañas para evitar la propagación del virus y facilitar protección y apoyo a aquellos que viven con la enfermedad; la creación de programas de prevención y protección para trabajadores y empleadores; el acopio y análisis de datos complementarios sobre el mal, y la formulación de nuevas leyes y políticas sobre el Sida.

La OIT afirmó que cooperaría estrechamente con el Onusida y sus copatrocinadores en las actividades complementarias y preventivas, y que podría hacer uso de su condición especial de organización tripartita que abarca a organizaciones de trabajadores y empleadores así como a gobiernos en las campañas contra la enfermedad.