Intervención
en la Cámara de Representantes del Diputado de la Unión
Frenteamplista, Dr. Enrique Pérez Morad, sobre Derechos Humanos
en Uruguay
10 de Agosto de 2001
Sr. Presidente:
Queremos referirnos sobre un tema, que si bien ha merecido un intenso
tratamiento periodístico e inclusive motivó la presencia
del Canciller en la Comisión de Asuntos Internacionales de esta
cámara, el mismo no esta agotado. No esta agotado, porque aun no
se ha concretado en toda su magnitud una conducta del Poder Ejecutivo,
que hoy, pensamos, nos pone en el ridículo ante el concierto internacional.
Además el mismo admite analizarlo desde otras ópticas que
no se han desarrollado. Y es desde allí, que hacemos esta intervención.
La Justicia argentina ha solicitado a nuestro país, la colaboración
necesaria para que aquella, pueda indagar y eventualmente - de acuerdo
a lo que resulte de esa indagación -, castigar determinados delitos
cometidos en
su territorio contra ciudadanos uruguayos y argentinos, por parte de ciudadanos
uruguayos.
Es bueno recordar que la solicitud del Juez argentino Rodolfo Canicoba
Corral, solicitando la captura de 4 conocidos represores de las fuerzas
de seguridad de la pasada dictadura uruguaya, es el resultado de una querella
presentada ante los tribunales argentinos, entre otros, por una ciudadana
uruguaya que desde hace 25 años busca saber el destino de su hijo.
Hablamos de la Sra. Sara Méndez.
Esta acción de la justicia argentina, pretende hacer lo que lamentablemente
hasta hoy, no ha hecho el Estado uruguayo por parte de ninguna de las
instituciones que estan obligadas a hacerlo.
La primera de estas reflexiones que nos sugiere este problema es que la
Sra. Sara Méndez, no ha inventado, ni se le ha ocurrido ninguna
forma extravagante de reclamar un derecho elemental. Acudió a lo
que la Constitución y las leyes han establecido como los instrumentos
idóneos y adecuados para resolver los problemas que puede atravesar
un ciudadano en una sociedad asentada en principios democráticos.
La humanidad ha creído -y por ello lo ha plasmado en sus instrumentos
internacionales-, que la impunidad es un estado de situación que
afecta profundamente la vida democrática de las naciones. Esta
solicitud de un Juez argentino, que repito, apunta a restablecer un derecho
de acuerdo a sus leyes internas y las relaciones que ellas tienen con
otras normas de carácter internacional, es la consecuencia de una
empecinada lucha de una simple ciudadana, frente a la omnipotencia del
Estado.
Sara Méndez, sabe muy bien pues lo vivió y lo vive, lo que
puede hacer el Estado a partir de transformarse el mismo, en ejecutor
del terrorismo. Todos sabemos, que, para que ese terrorismo fuera posible,
el Estado debió
ponerse de espaldas a la Constitución y la Ley.
Hoy, en este momento en que nosotros estamos articulando estas palabras,
sé estan cometiendo graves delitos, entre ellos la privación
de libertad de Simon Riquelo; sabemos quienes lo estan ejecutando, conocemos
donde viven y no hacemos nada. Y digo que no hacemos nada, hablando en
nombre del Estado y sus instituciones. Lo digo integrando una de sus instituciones
fundacionales, como lo es este Poder Legislativo. No es disculpable, la
omisión, menos lo es la colaboración para que la continuidad
de esos delitos se perpetúe.
Como parlamentario, siento y así lo vivo, que cuando expreso mi
voluntad de aprobar una Ley o me opongo a ella, lo hago desde una conducta
que ética y políticamente se relaciona con el país,
con la sociedad, con la humanidad
que estamos construyendo. Quiero creer, que cuando este cuerpo legislativo,
que seguramente estuvo integrado por muchos de los que hoy lo integran,
el 1º de noviembre de 1995, votó la Ley Nº 16.724 que
aprobó la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas, y entonces lo hizo, para que como lo dice su artículo
VI, los autores de esos delitos sean extraditados o sean juzgados aquí.
Esa Convención que aprobó este Parlamento y que rige con
toda su fuerza hoy, no es una de esas leyes kilométricas en cuyo
contenido pueda haberse escapado algún aspecto de ella. Paso por
Comisiones y por la cámara de Senadores. Por su contenido fue analizada
por expertos en derecho. A esto debemos sumar los debates y análisis
que estuvieron en su consideración por parte de los Estados que
la aprobaron en Belén - República Federativa del Brasil
-, el 9 de junio de 1994.
Por lo expuesto, no puede ninguna institución, ningún Poder
del Estado uruguayo, ignorar que la mencionada Convención empieza
expresando su preocupación por el hecho "de que subsiste la
desaparicion forzada de
personas". Y es la preocupación de la subsistencia de ese
delito, la que construye esa Convención. Por ello establece en
su articulo I, el compromiso de los Estados de "sancionar en el ámbito
de su jurisdicción a los autores, cómplices y encubridores
del delito de desaparicion forzada". Por otra parte, el articulo
V, establece que "La desaparicion forzada se considerara incluida
entre los delitos que dan lugar a extradición en todo tratado de
extradición celebrado entre los Estados Partes", por lo que
una actitud omisa del Poder Ejecutivo uruguayo, nos pondrá al margen
de la legalidad vigente.
No somos expertos en Derecho, sin embargo podemos afirmar que la acción
emprendida por la Sra. Sara Méndez en la República Argentina,
inicia un camino que afectara la impunidad que hasta hoy gozan indebidamente
estos 4
ciudadanos uruguayos. Si el Estado uruguayo, tambien esta hoy preocupado
por " que subsiste la desaparicion forzada de personas", debera
hacer lugar a la solicitud de detenerlos y cuando llegue la solicitud
de extradición,
extraditarlos o juzgarlos. No hacerlo, constituirá un grosero abuso
de poder. Abuso de poder que extiende doblemente los alcances de la denominada
ley de caducidad. Por un lado la extiende a conductas cometidas fuera
del territorio nacional y por otro a delitos, que por que se continúan
cometiendo en estos momentos, escapan al periodo amparado por la mencionada
ley. Además esa ley establece expresamente la obligación
de investigar el
destino de los niños desaparecidos.
Antes de terminar, Señor Presidente, no quiero omitir referirnos
a un hecho que tambien esta vinculado muy estrechamente con el tema que
tratamos hoy. Hemos leído con atención, algunas intervenciones
realizadas en recientes Seminarios en las que, por ejemplo, se relataba
la peculiar situación que se había creado en el Uruguay,
a partir de la aparición en nuestro país de la hija de una
ciudadana argentina secuestrada en aquel país, que, traída
ilegalmente al Uruguay donde dio a luz, le fue arrebatada su hija y posteriormente
ella fue ejecutada. Sobre esto hace pocas horas el Semanario Brecha ha
contribuido con importantes informaciones.
Decía en un Seminario realizado por Amnistía Internacional,
el Sr. Raul Olivera, integrante de la Secretaría de DD.HH del PIT/CNT:
"En los primeros meses de 2000, en el Uruguay, nadie pudo ignorar
la ocurrencia de varios hechos delictivos muy graves: el traslado ilegal
desde argentina a nuestro país, de una ciudadana argentina, su
prisión en cárceles clandestinas de Uruguay, la culminación
de su embarazo, la apropiación de la hija a la que dio a luz, y
su desaparición posterior y más precisamente su casi segura
ejecución posterior y desaparición de su cuerpo".
No existió radio, canal de TV, periódico, semanario, o revista
de Uruguay y del mundo que no informara de este hecho ocurrido en plena
democracia. Es más fue anunciado por el Presidente de la República,
ante una cantidad de medios de prensa, que constituyeron una cadena nacional.
Preguntamos. ¿Algún poder del Estado, intervino para registrar
ese hecho? ¿ Algún Juez, ante delitos persegibles de oficio,
actúo sobre esos hechos? ¿Algún celoso fiscal, que
sí, se preocupó de perseguir a un conocido cantautor por
hacer declaraciones en un programa televisivo, intervino solicitando una
investigación?. ¿La mayoría de este parlamento, levantó
su voz, para
preguntar que pasó? PUES, NO.
Por lo tanto Sr. Presidente, sobre este tema es hora de que preguntemos
como parlamento, además de los pedidos de informes que como legislador
haremos.
Una reflexión final. En 1985, esta cámara creaba la "
COMISION INVESTIGADORA SOBRE SITUACION DE PERSONAS DESAPARECIDAS Y HECHOS
QUE LA MOTIVARON", la que durante casi todo el año 1985, recibió
testimonios y denuncias culminando con la emisión de un "Informe
final" dando cuenta del resultado de un trabajo, que es bueno recordarlo,
estuvo acotado por la falta de atribuciones que la citada Comisión
tenia. Las conclusiones, avaladas por todos los partidos políticos,
apostaban a que "un Poder Judicial, dotado idónea, técnica
y constitucionalmente" pudiera "avanzar rápida y efectivamente
en el esclarecimiento total de los hechos,
enjuiciamiento y condena de los culpables".
Señor Presidente, ¿ ha cambiado la visión de este
Poder del Estado, sobre la idoneidad de la Justicia para avanzar rápida
y efectivamente en el esclarecimiento total de los hechos, o existe un
Poder del Estado, que no está interesado en ello realmente?.
Ayer en esta Cámara, homenajeando a un sobreviviente del terrorismo
de estado, se condenó el genocidio y desaparición forzada
de personas hace 50 años en otro lugar del mundo. Esto demuestra
que no hay ni habrá para la historia lugares ni personas impunes
y los pueblos más tarde o más temprano se dan maña
para hacer justicia.
El General José Artigas le escribía a Francisco Planes el
25 de Diciembre de 1811, "He dado las mayores pruebas de mi odio
al crimen y jamás me perdonaría dejar impunes esas atrocidades
si fuesen cometidas por los que se hallan a mis órdenes".
Solicito que estas palabras se envíen al Sr. Presidente de la República,
a los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Defensa Nacional, del Interior
y de Educación y Cultura, a la Fiscalía de Corte, a la Suprema
Corte de Justicia, al Sr. Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela y a la representación diplomática en nuestro
país de esa nación hermana agraviada hace muchos años,
al Sr. Embajador de la República Argentina acreditado en nuestro
país, al Sr. Juez Rodolfo Canicoba Corral, a la Cancillería
de todos los países que votaron aprobando la "Convención
Interamericana sobre la Desaparición Forzada de Personas",
a la Secretaría de DD.HH. del PIT-CNT, a la Asociación de
Familiares de Detenidos Desaparecidos en nuestro país, a SERPAJ,
a IELSUR, a la Sra. Sara Méndez, a la Comisión para la Paz,
a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo en la República Argentina,
a las Juntas Departamentales y Locales de todo el País, y a todos
los medios de prensa acreditados en esta Cámara.
Muchas gracias.
Dr.
Enrique Pérez Morad, diputado de la Unión Frenteamplista
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