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Sáhara


Huelga de hambre indefinida en la cárcel de el Aioún

ARSO (6 de Enero de 2002)

Desde el día 25 de diciembre, 131 prisioneros saharauis han comenzado una huelga de hambre ilimitada en protesta por sus condiciones de encarcelación. Se trata de 23 prisioneros políticos, detenidos por haber participado en manifestaciones en El Aioún y Smara en el mes de Noviembre passado. Seis de ellos fueron condenados el día 20 de diciembre último, el resto están a la espera del juicio.

Denuncian la represión, los secuestros y los juicios sumarios a los que son sometidos y exigen su liberación inmediata.

A los detenidos políticos se han unido prisioneros comunes que protestan contra sus condiciones de encarcelación y la discriminación de la que son objeto por el hecho de ser saharauis. En efecto, las penas dictadas contra ellos son más severas y no se benefician de circunstancias atenuantes que sí son reconocidas a los marroquíes.

Son de todos conocidas las precarias condiciones de la prisión civil de El Aioún: con una capacidada de 200 - 250 personas, el establecimiento alberga en la actualidad a más de 700 detenidos. Las celdas están abarrotadas y, en consecuencia, con condiciones higiénicas deplorables; rápida propagación de enfermedades contagiosas como la tuberculosis; hostigamiento sexual, particularmente a los menores que no cuentan con un departamento separado y tráfico de drogas.

La administración penitenciaria y el procurador del rey ante el Tribunal de primera instancia de El Aioún que se desplazó al lugar, han tratado de convencer a los huelguistas para que abandonen su actitud sin que haber obtenido resultado alguno. Ahora los amenazan de traslado en otros carceles en Marruecos. Desde hoy no reciben más las bebidas azucaradas que son su única alimentacion. Siete presos fueron traslados en el hospital y 25 están en muy mala condición de salud.

Simultaneamente al movimiento de protesta en la prisión, las madres de los detenidos se manifestaron el día 26 ante la Corte de Apelación, al día siguiente y hoy ante la prisión civil. En cada ocasión fueron dispersadas por la policía que confiscó su material.