Caja de Seguro Social (CSS): Una victoria política momentanea
Revista "Buscando Canino" (Panamá, 7 de Julio de 2003)
La gran ofensiva gubernamental y de los gremios empresariales contra la Caja
de Seguro Social tenía objetivos muy precisos:
1) Recortar el presupuesto de la CSS y con ello disminuir los servicios
de salud brindados a la población, para los efectos de rebajar
el déficit fiscal generado por el despilfarro del gobierno,
cumpliendo así con las exigencias aceptadas en la carta de
intención con el F.M.I..
2) Quebrar las "leyes especiales" que garantizan los salarios
de administrativos, técnicos, médicos, enfermeras y
auxiliares, en el camino de enfrentar seguidamente las leyes especiales
que protegen a maestros, profesores de secundaria y universidad, así
como a diversos sectores de los empleados públicos, entre ellos,
por ejemplo, los de la Contraloría General de la República.
3) Proceder a elevar la edad de jubilación y aumentar la cuota
obrera y los años mínimos de cotización, materializando
así el más grave ataque realizado contra el nivel de
vida de la población, en especial el de las mujeres, en nuestros
primeros 100 años de República.
4) Iniciar el proceso de privatización de aquéllos servicios
que la CSS no podría brindar por el recorte presupuestario,
ya que de esa manera la institución tendría que contratarlos
a las empresas privadas que venden servicios de salud.
5) Lograr la destitución del Director General, Prof. Juan Jované,
quien se ha convertido en un obstáculo insalvable para las
fuerzas que intentan alcanzar los objetivos anteriormente señalados.
La lucha decidida de la Asociación Nacional de Funcionarios
Administrativos de la CSS (ANFACSS) ha logrado impedir, momentáneamente,
que el gobierno y los gremios empresariales alcanzaran de inmediato
sus antipopulares objetivos. Ello ha sido posible porque la dirigencia
de la ANFACSS comprendió desde el inicio de su lucha que los
objetivos del gobierno y los gremios empresariales iban mucho más
allá de un mero recorte presupuestario. Al asumir la defensa
de la institución, y no meramente el de sus intereses sectoriales,
generaron de inmediato la solidaridad activa de todos gremios de la
salud, de los maestros y profesores, y de la opinión pública
en general. Esa gran alianza empezó a tomar cuerpo en la Coordinadora
de Solidaridad con la Seguridad Social y Contra el Aumento de la Edad
de Jubilación, que integraron inicialmente más de veinte
organizaciones de trabajadores, funcionarios, docentes, profesionales,
pacientes, mujeres, barriales y de estudiantes.
Esa enorme fuerza potencial, que en cuestión de días
sería engrosada por todos los sectores de la salud, los sindicales
y muchos otros, hizo que el gobierno y los gremios empresariales comprendieran
que de continuar con la ofensiva arriesgaban una confrontación
social de consecuencias imprevisibles.
Súmese a lo anterior ira provocada por la sonora bofetada que
el gobierno le propinó a los trabajadores con la burla que
significó el aumento de cuatro centavos la hora al salario
mínimo, y su negativa a reconocérselo a decenas de miles
de funcionarios públicos que no lo ganan, cuando dicho aumento
no compensa siquiera el alza reciente del pasaje del transporte colectivo.
Por otra parte, la manifestación de los docentes, realizada
el mismo día en que se negociaban los acuerdos que sellaban
el triunfo momentáneo de la huelga de la CSS, resultó
un éxito, pudiendo percibirse el profundo descontento del sector
magisterial y la ciudadanía, así como su voluntad lucha,
lo que anuncia nuevas y masivas manifestaciones contra la política
gubernamental en el sector educativo y en defensa de la seguridad
social.
Hay que señalar, sin embargo, que su escasa preparación,
la incomprensión de que las reivindicaciones centrales movilizadoras
eran la defensa de sus leyes especiales y la lucha contra el aumento
de la edad de jubilación, aunado a la presencia en la misma
del maestro Roberto Valencia, deslegitimado dirigente de la Asociación
de Maestros Independientes Auténticos ( AMIA) que se prestó
en la Junta Directiva de la CSS para facilitar la ofensiva del gobierno
y los gremios empresariales, resto amplitud a la convocatoria y a
la participación.
Detenida momentáneamente la ofensiva gubernamental y patronal,
las fuerzas privatizadoras de la CSS se aprestan a intentarlo por
otro camino. Se trata ahora de un nuevo "madrugonazo" legislativo,
en el que se utilizará el argumento, ya sustentando con las
reformas tributarias, de que se aprobará lo "consensuado",
y lo no consensuado, también. Así vemos como el primer
vicepresidente de la Asamblea anuncia que se tratará con "urgencia
notoria" el tema de la CSS y el legislador Blandón repudia
la posibilidad de un referéndum sobre el tema, alegando que
existen las propuestas ya discutidas y que se trata de un tema que
no sólo concierne a los asegurados. Por su parte, el presidente
de la Asamblea declara que el tema de las leyes especiales será
tratado también por ese desprestigiado organismo.
Ya sea mediante sesiones extraordinarias sorpresivas, o en el inicio
del próximo período legislativo, en el mes de septiembre,
el gobierno y los gremios empresariales, con la complicidad de la
"oposición", intentarán reformar la Ley Orgánica
del Seguro Social, aumentando la edad de jubilación, la cuota
obrera y los años mínimos de cotización, eliminando
la obligatoriedad de atender a los beneficiarios de los asegurados,
recortando el cuadro básico de medicamentos y posibilitando
la privatización de algunos de sus servicios. De igual manera,
se aprovechará para eliminar las denominadas leyes especiales.
¡ Eso es lo que nos espera si no lo impedimos a tiempo!
Pese al triunfo de los trabajadores, que frenó la embestida
gubernamental y patronal, la amenaza no ha sido derrotada. Es por
ello que la ciudadanía no debe perder ni un solo minuto en
recorrer el camino que permita materializar una alianza entre todos
los sectores afectados, que suman casi un millón de asalariados,
para derrotar de una vez por todas a las fuerzas que pugnan por privatizar
la CSS.
Dicha alianza debe articularse en torno a los gremios del sector salud
y los gremios educativos, ya que constituyen, hoy por hoy, una fuerza
capaz de derrotar a las políticas privatizadoras, permitiéndole
entonces a la sociedad en su conjunto pasar a la ofensiva levantando
un programa que rescate a la CSS sin perder por ello su carácter
solidario.