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Panamá

 

La violencia en la Frontera Panamá-Colombia


Centro de Capacitación Social de Panamá (30 de Diciembre de 2000)

Hasta ahora los hechos más relevantes que manifiestan las dimensiones del conflicto colombiano en nuestro país son los siguientes:

· Entre los meses de septiembre y octubre se destaparon varios arsenales de armas de guerra, ubicados en distintas provincias del país que tenían como destino final: Colombia. 

El contexto en que se dieron estos destapes de armamentos y municiones nos indican que nuestro país está siendo utilizado como ruta de tránsito para proveer principalmente desde Centroamérica, parte del equipo necesario para proveer a las distintas fuerzas en este conflicto bélico.

· En el mes de octubre unos 60 irregulares de Colombia atacaron la comunidad darienita de Nazaret, ubicada a 10 kilómetros de la frontera con Colombia, dejando como saldo una niña de 11 años muerta y nueve heridos, entre ellos, seis niños y tres miembros de la Policía Nacional.

De acuerdo con los reportes, los irregulares abrieron fuego con morteros, ametralladoras y granadas de fragmentación, cuyas esquirlas provocaron la muerte de la niņa María Mecha.  Los irregulares emplazaron una ametralladora M-60 en el centro de Nazaret desde donde dispararon a mansalva contra la población civil.  En esta ocasión la Presidenta Mireya Moscoso declaró en cadena nacional que defendería la soberanía nacional y advirtió a las fuerzas irregulares, que de lo que traían, respondería.

· Es creciente el fenómeno de desplazamiento de campesinos con sus familias que huyen del problema de la guerra y la persecución. Atravesando la selva inhóspita llegan al Darién buscando atención y sobre todo refugio que les garantice seguridad y un mejor futuro.  Hasta hace poco el gobierno panameño simplemente los devolvía por distintos medios a su lugar de origen sin medir las consecuencias y violando los derechos humanos de la población desplazada que buscaba refugio.

· En noviembre del 2000, debido a las denuncias que de alguna y otra manera han realizado los voceros de la Iglesia Católica, algunas organizaciones no gubernamentales tanto de Colombia como de Panamá, y sobre todo al análisis de las repercusiones que tendrá en nuestro país la implementación del Plan Colombia, el gobierno panameño en el marco de la celebración de la X Cumbre Iberoamericana decidió otorgar el status de ''desplazados transfronterizos'' a aquellos colombianos que ingresen al país tras huir de los conflictos armados que azotan la zona fronteriza de Turbo y Urabá, en Colombia.

El documento, titulado ''Declaración de los Ministros de Relaciones Exteriores de la República de Panamá y de la República de Colombia sobre Desplazamiento en Zonas Fronterizas'', deja sentada la disposición de ambos gobiernos a establecer un procedimiento para el tratamiento del fenómeno del desplazamiento entre ambas naciones.

De esta forma, Panamá y Colombia acordaron, entre otras cosas, intercambiar de manera oportuna la información necesaria para la atención de los desplazamientos en las zonas fronterizas, y garantizar la asistencia necesaria para satisfacer las necesidades vitales de las personas desplazadas, incluida la provisión de alimentos, alojamiento y servicios básicos de higiene y salud bajo condiciones de seguridad.
· La construcción de pistas de aterrizaje para aviones de gran calado en la frontera de Panamá con Colombia podría ser un índice aún no verificado de la intencionalidad del gobierno panameño de adecuarse de la infraestructura necesaria para apoyar la ejecución del Plan Colombia en sus distintos componentes militares.  Recordemos que la administración norteamericana está impulsando los llamados FOL's coincidentemente en zonas fronterizas a la hermana República de Colombia, y pudiera estarse creando las condiciones para que en el Darién se pudiera implementar otro escenario parecido.

Esto último ha sido ampliamente rechazado por la sociedad panameña, puesto que nos coloca en una posición parcial frente al conflicto, toda vez que Panamá ha declarado en reiteradas ocasiones su voluntad de mantenerse neutral frente al conflicto colombiano.

Otra de las razones que ocasiona el rechazo de la ciudadanía a esta última posibilidad es la seguridad de la vía interoceánica.  Esto último va ligado al rechazo de una pretendida renegociación de presencia de fuerzas militares extranjeras que pudieran apoyar desde Panamá al gobierno colombiano en la ejecución de este plan.

En este sentido consideramos oportuna, la posición diplomática del gobierno panameņo de declarar su no participación en la ejecución del Plan Colombia y demandamos en esa dirección la ejecución de la Política Panameña de Seguridad elaborada por distintos sectores de la población civil y partidos políticos en ánimos de estructurar una política nacional para la defensa de nuestro territorio, luego de cumplir la lucha generacional que culminó con la salida de las tropas  norteamericanas de nuestro país el 31 de diciembre de 1999.