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Panamá
 

¡Tod@s contra la ley 44 !

Movimiento contra el Neoliberalismo/Revista "ALERTA" (Noviembre de 2000)


La desaparición en lo formal del enclave estadounidense en el Istmo, permite la emergencia de una situación neocolonial-vigilada, descrita en el Tratado de Neutralidad.

Neocolonialismo y profundización de la vía oligárquica al capitalismo son dos caras de la misma moneda. Para el modelo transitista de acumulación, el control del Canal de 80 Kilómetros de largo; los 3 juegos de esclusas generales con cámaras de 304.80 metros de largo y 33.52 metros de ancho (1.000 pies de largo por 110 pies de ancho y 7.000 pies de profundidad); el Lago Gatún con un área de 455 Km.cuadrados; y el corte Gaillard de12,6 Km. de largo y 152 metros de ancho, juega papel ideológico estratégico, en sus aspiraciones de fortalecer las formas de dominación y explotación en el Istmo.

Por eso, una vez cancelado el proceso de reversión y transferencia del Canal, rápidamente el capital transnacional y sus aliados internos, se propusieron como tarea inmediata incrementar la velocidad de circulación de sus mercancías, mediante la ampliación y "modernización" de la ruta de tránsito. Esa "modernización" está regida, en alguna medida, por la Ley 44.

A través de ese y otros mecanismos, se garantiza que los beneficios de la "modernización" serán para el capital transnacional y sus interlocutores, mientras que el costo del faraónico proyecto, será para el pueblo panameño. Resulta paradójico: por el Canal y su recuperación, lucharon y murieron los panameños pobres del arrabal y en ningún caso, ningún representante de la Oligarquía o de los sectores burgueses, sin embargo, quien define la política del canal ahora es la Oligarquía y el capital transnacional.

El proyecto de "modernización" busca a contra corriente, contra las necesidades de los panameños, mantener un funcionamiento del Canal expedido e ininterrumpido. Por ello, hasta ahora, la "modernización" del Canal incluye, únicamente, la ampliación del Corte Gaillard y la construcción del tercer juego de esclusas. Con la ampliación del Corte Gaillard a 192 metros de ancho en las rectas y 222 metros en las curvas, con un costo de doscientos millones de dólares, garantizaría el paso de embarcaciones en ambas direcciones, durante las 24 horas del día. No obstante, la velocidad de tránsito tiene una influencia directa en la cantidad de agua necesaria para los esclusajes. Porque si el número de barcos, por día, se duplica; también se duplica la cantidad de agua necesaria para los esclusajes, sobre todo porque el Canal funciona, cíclicamente, como una escalera acuática, cuya agua dulce-fresca, es proporcionada por los embalses del lago Gatún y Alajuela. Cada esclusaje representa 55 millones de galones de agua dulce que se tiran al mar. El Canal demanda unos 2.420 millones de galones de agua dulce cada día, lo que equivale a 44 esclusajes por día. Esto ocurre mientras que los distritos de Arraiján, Chorrera y Capira aledaños al Canal y parte del Cuenca Hidrográfica, no pueden resolver ni siquiera el abastecimiento semanal de agua de sus pobladores.

La segunda estrategia implica la construcción de un tercer juego de esclusas, que servirá para maximizar la circulación de los buques Post-Panamax, con mangas de 30,5 metros y más. Si esto ocurre el tránsito de buques Panamax aumentará proporcionalmente del 27%, unas 3.600 naves, en 1995, al 33%, para el año 2010. Es decir, la construcción de un tercer juego de esclusas, implica de hecho, la ampliación de la cuenca hidrográfica del Canal. En la actualidad, la Cuenca Hidrográfica tiene una extensión de 339,639 hectáreas y está integrada por el lago artificial de Gatún y el lago Alajuela. En dichos lagos, se producen de manera natural, 190 millones de litros de agua fresca-dulce, que se distribuyen un 53.9% para los esclusajes, 30,7% para generación de energía hidroeléctrica, 5.1% para consumo humano y 10.3% que se vierte al mar, con el objetivo de no sobrepasar la capacidad de almacenamiento existente. Queda claro que si la Cuenca se amplía no será con el objetivo de abastecer de agua a la población, porque si la tendencia es privatizar todo, entonces tendremos servicio de potabilización de agua privado, abastecimiento de agua privado, producción privada de energía eléctrica, distribución privada de energía eléctrica privada. Se trata de un negocio para quien se encuentre en el poder durante la realización o finalización del proyecto de ampliación de la Cuenca, y, en especial, para quien otorgue las concesiones.

A través de la inconsulta y determinista Ley 44, se establece la ampliación de la Cuenca Hidrográfica a 213,112 hectáreas. La Cuenca Occidental, como se le denominará, abarcará los distritos de La Pintada, Penonomé, Capira, Donoso y Chagres, donde serán creados embalses artificiales y represados los ríos Indio, Caño Sucio y Coclé del Norte. Los tres embalses provocarán la inundación de más de 400 kms2 de tierra cultivada y cultivable con un impacto directo e indirecto en 100.000 panameños, ubicados en las áreas más empobrecidas del país. Como es costumbre en el Istmo, se otorgó a la Autoridad del Canal de Panamá, sin mediación de debate alguno, los terrenos, bosques y aguas para la modernización" del Canal, sin embargo, como contraparte, no se elaboró ninguna ley, decreto o documento que establezca a los campesinos, la indemnización que deberían recibir por perder sus tierras, cosechas y formas de vida, que rehicieron luego de ser expulsados de las planicies, por no someterse, ni reconocer, los pactos políticos y militares entre liberales y conservadores, que incidieron directamente, en el asesinato del General Victoriano Lorenzo.

El Tercer Juego de Esclusas tendrá un costo de 7.000 millones de dólares en 10 años, aportados por préstamos de las instituciones financieras institucionales, pero que el país deberá pagar en 40, en conjunto con la deuda externa. Con ello el Canal se convertirá en el eslabón más fuerte de la cadena de endeudamientos y apuestas económicas que no garantizan una vida digna para los panameños. El Canal, que durante décadas sirvió para fortalecer la posición geoeconómica y militar de los Estados Unidos, servirá ahora para garantizarle a la oligarquía y burguesía panameña, una articulación más real que formal, con el capital transnacional. No cabe duda, el problema no es cómo se paga la modernización del Canal, sino quién y por qué se tiene que pagar una obra que no será para el beneficio de los panameños, porque como tal, el Canal, ni por beneficios directos ni por beneficios indirectos, genera los ingresos necesarios, para que los panameños obtengan un ingreso familiar estable y decente: el 20% de la población más acomodada de los panameños tiene 30 veces más ingreso que el 20% más pobre. El problema de la "modernización" del Canal, no es tampoco un debate nacional, con organizaciones que no serán afectadas por la ampliación de la cuenca; el problema es qué debate y por qué un debate con información completa y precisa, con documentos y con datos sobre los efectos ecológicos, sobre la crisis mundial de abastecimiento de agua dulce-fresca y sobre el endeudamiento del Istmo. 

Las luchas que se avecinan auguran verdaderos e importantes combates ideológicos, en medio de una abierta lucha política, en tanto la población está convencida que el país vive, y, funciona para el Canal, y no, y por ningún motivo, que el Canal debe servir, y garantizar, una vida digna a los panameños.

¡Tod@s a la Lucha, Tod@s contra el Neoliberalismo, Tod@s contra la Ley 44!