Info DpT
Puerto Rico


La desobediencia civil interrumpe las maniobras de agosto

Edgardo Román, desobediente civil (1 de Septiembre de 2001. BREL de Puerto Rico)

Las maniobras de agosto de la Marina en Vieques y la intervención de los desobedientes civiles demuestran que mientras existan personas en la zona restringida se interrumpen los planes bélicos de la armada y se aporta significativamente a la lucha por sacar a los marinos de Vieques. El 2 de agosto comenzó lo que la Marina había denominado como el ejercicio más complejo en años. Se supone que a partir de ese día y por otros nueve adicionales la Marina dispararía con bala inerte desde varios buques, miles de marinos practicarían un desembarco y aviones dispararían en el polígono de tiro. La desobediencia civil alteró sus planes.

Durante el primer día de maniobras, la Brigada Carlos Muñíz Varela organizada por el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), con el respaldo del Colectivo Cayo La Yayí y de la familia Zenón, logró colocar pancartas en la zona inmediata a donde se supone se recibiría el impacto de las bombas. La Marina comenzó a disparar poniendo en riesgo la vida de los desobedientes a pesar de que tenían conocimiento de su presencia.

El segundo día de maniobras la Brigada colocó nuevamente pancartas y utilizando luces de bengala hizo saber a la Marina que habían personas en el polígono. En ese segundo día se redujo el tiro a la mitad, puesto que no pudieron disparar más de 40 o 50 cañonazos. Mientras otros grupos de desobedientes intentaban llegar a la zona de tiro, en los predios del Campamento de Justicia y Paz se hacía sentir el repudio a la Marina. En la noche del viernes 3 de agosto se pudo divisar en el Campamento de Justicia y Paz las bengalas lanzadas por la Brigada muy cerca del punto de observación de la Marina. Para que no quedara duda de la presencia de la Brigada en la zona de tiro se participó en un programa radial mediante teléfono celular. En el Campamento de Justicia y Paz se transmitió el mensaje del compañero viequense miembro de la Brigada, Eric Hernández, quien advertía de la presencia de los compañeros en la zona de tiro. La desobediencia civil había vuelto a demostrar que las prácticas de la Marina se pueden interrumpir.

Para el sábado 4 de agosto la Marina había anunciado un gran operativo consistente en el desembarco de más de 2 mil marinos, el bombardeo de aviones y de barcos y el uso de morteros y de armas livianas. La desobediencia le impidió a la Marina imponer sus planes. Un grupo de lanchas de pescadores logró acceso a la zona restringida y enfrentó a la Marina, mientras que varios otros compañeros desembarcaron en el área de tiro, los que no pudieron ser arrestados sino luego de que pasaran más de 4 horas. La Brigada Carlos Muñíz Varela hizo su aportación al colocar pancartas y lanzar luces de bengala en tres ocasiones a lo largo del día. El resultado de las actuaciones de los desobedientes civiles fue que la Marina no pudo lanzar más de 25 bombas, ni lograron el desembarco de marinos, ni utilizar los aviones para disparar desde el aire. Por tercer día seguido se interrumpía el tiro.

Durante los seis días en que la Brigada Carlos Muñíz Varela estuvo en la zona restringida en Vieques, se pudo apreciar el uso ocasional de bala viva, así como la pobre labor de fiscalización del Procurador de Vieques. El Procurador de Vieques no confirmó la presencia de desobedientes civiles en la zona de tiro, esto a pesar de la múltiples señales que hacían evidente nuestra presencia, al extremo de que los arrestos de al menos 11 desobedientes fueron en la zona inmediata al punto de observación. Los miembros de la Brigada Carlos Muñíz Varela fueron arrestados en la madrugada del 5 de agosto. La segunda brigada de desobedientes civiles organizada por el MST, Luisa Capetillo, fue arrestada en la noche del 4 de agosto en su camino al polígono de tiro.

Durante los últimos días de la maniobra, la Marina logró arrestar a la mayoría de los desobedientes, aunque no a todos. Una vez tuvieron el área del polígono libre de desobedientes dispararon sin misericordia con tanta intensidad que los ruidos fueron percibidos hasta en Fajardo. En la Isla Nena los bombazos afectaron nuevamente a los niños en la escuela, a los enfermos y hasta hubo quejas de daños estructurales a residencias. La presencia de los desobedientes civiles en la zona de impacto sí hace una importante diferencia.

La desobediencia civil: el instrumento de la democracia

Daniel Ramírez (1 de Septiembre de 2001. BREL de Puerto Rico)

La Marina y el Juez Laffite han demostrado una vez más que son los enemigos de la democracia. A pesar del referéndum del domingo 29 de julio, la Marina bombardeó a Vieques durante 7 días. Frente a tales atropellos, unos 70 desobedientes civiles entraron al Área de Tiro y llevaron a cabo diversas actividades para ejercer la voluntad democrática de los viequenses y de todo el pueblo puertorriqueño. En venganza Laffite encarceló por cuatro meses al alcalde Dámaso Serrano.

Del 1 al 8 de agosto la Marina llevó a cabo los bombardeos más brutales desde la muerte de David Sanes en abril de 1999, burlandose del voto aplastante de un 70% de los viequenses. El desobediente viequense Eric Hernández denunció el uso de bombas vivas por la Marina. Pudo observarlo en la misma área restringida, donde permaneció junto a la Brigada Carlos Muñíz Varela organizada por el Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), del martes 31 de julio al domingo 5 de agosto. Hernández ha vivido toda su vida en Vieques y reside justo al lado de la Base por lo que conoce bien los bombardeos. El ruido se escuchó en Fajardo y causó serios daños a residencias en Vieques.

En represalia por los resultados del referéndum, Laffite envió el martes 14 de agosto a su lugarteniente, el magistrado Jesús Castellanos, a sentenciar a cuatro meses de cárcel a Serrano. Castellanos dijo directamente que estaba castigandolo por participar de la desobediencia civil. Castellanos también sentenció a dos meses a Héctor (Iti) Olivieri, el Director de la Defensa Civil en Vieques, a Manuel Otero y Jorge Hernández a 45 días, y a Hermenegildo Marcano, Natalia Pratts y Jesús J. Matos a 30 días.

Olivieri es un destacado líder viequense, dirigente del Colectivo del Cayo La Yayí, que lleva años en la lucha por la salida de la Marina. Manuel Otero es el editor de La Voz de Vieques, una publicación fundamental en la educación sobre la lucha de la Isla Nena. Encarcelar a Otero, Olivieri y a Serrano de 45 a 120 días también tiene el propósito de debilitar a la oposición a la Marina de cara al referéndum de noviembre.

En las maniobras de abril, el grupo de Serrano, Olivieri y Otero (junto a otros grupos, como el de la senadora Norma Burgos) volvieron a tomar el método de llevar a cabo desobediencia civil dentro del Área de Tiro para obstaculizar la realización de las maniobras. Así implementaron la voluntad democrática del pueblo viequense y de todo el pueblo puertorriqueño. Esta forma de lucha fue retomada en las maniobras de junio y agosto por las brigadas del MST. La organización socialista añadió el objetivo de entrar y salir por tierra, logrando salir la mayor parte de su brigada en junio. En agosto también entraron otras brigadas, incluyendo una con la participación del Reverendo Wilfredo Estrada, con el propósito de obstaculizar las maniobras. Los desobedientes Aurea Broida, Diego de la Cruz y otros jóvenes de las brigadas Milivy Adams y Tito Kayak lograron entrar y salir del Área Restringida luego de permanecer allí tres días.

La desobediencia civil por mar o por tierra con el objetivo de interrumpir las maniobras de la Marina es decisiva para obtener que paren el bombardeo y abandonen la isla de Vieques. Este método se une a la desobediencia cerca de la verja con el objetivo de lograr captar la atención de la opinión pública y perjudicar políticamente al gobierno federal.

El liderato viequense está organizando una entrada masiva del pueblo de Vieques y todos los que les apoyen. Todas estas formas de desobediencia civil son la expresión democrática frente a la dictadura militar de la Marina de Guerra de los Estados Unidos.