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Gran Bretaña



Masiva marcha anti-guerra en Londres

Isaac Bigio, analista internacional (28 de Septiembre de 2002)

El 28 de septiembre, al cumplirse el segundo aniversario de la 'intifada' (rebelión palestina) se realizó en la capital inglesa la que puede haber sido la mayor marcha anti-guerra en la historia de ese país.

Esta se dió a pocos días de haberse presentado el Informe Blair sobre las Armas de Destrucción Masiva de Irak. La movilización fue convocada bajo los lemas 'Parar la guerra contra Irak' y 'Libertad para Palestina'. Los principales organizadores fueron la Asociación Musulmana Británica y los socialistas.

Según el alcalde Ken Livingstone ésta congregó a 400,000 personas. También usaron la palabra diversos disidentes laboristas. Mas de 50 parlamentarios del partido oficialista votaron en contra de Blair en la sesión congresal donde se discutió ese reporte. Un 70% de la opinión pública británica se muestra contraria a lanzar una nueva guerra.

La marcha fue muy activa y vociferante. Las principales consignas acusaban a Bush de ser un asesino y terrorista. Esta va a tener un impacto sobre Europa y podrá incrementar las distensiones internas del laborismo.


Conferencia laborista: el premier Blair bajo fuego


Isaac Bigio (30 de Septiembre de 2002)


El premier Blair puede ser derrotado en la conferencia de su partido. El laborismo es un partido fundado por y sustentado en los sindicatos.

Uno de los puntos en debate es el llamado PFI que implica que el estado pide a empresas privadas que inviertan en servicios públicos y les da a cambio la administración de escuelas y hospitales. Para el gobierno esto es algo fundamental para generar más recursos para los servicios sociales. Sin embargo, para los sindicatos esas políticas están levando a despidos y cierres de hospitales y escuelas y a que lo que rija los servicios sociales sea la sed de lucro y no los intereses de los usuarios.

Otro punto candente es el de una eventual guerra sobre Irak. Màs de 50 parlamentarios laboristas votaron contra el Informe Blair sobre Irak.Un 75% de la opinión pùblica se muestra hostil a dicha intervención.

El laborismo ha sido históricamente un partido asociado al pacifismo y en los setentas solía plantear el desarme unilateral. Sin embargo, desde que ellos han llegado al gobierno en el último quinquenio, Gran Bretaña ha librado 4 guerras. Dentro del partido se cuestiona a Blair de ser un 'puddle' de Bush. Algunos parlamentarios oficialistas sostienen que podrían apoyar una guerra contra Irak siempre y cuando lo resolviese la ONU y se diese multi-lateralmente. Otros sectores se oponen a cualquier guerra pues afirman que el interés de por medio es el petróleo.

Los resultados de las elecciones alemanas, donde la socialdemocracia retuvo el poder en base a un discurso anti-militarista, y de la marcha anti-guerra masiva del 28 de septiembre, donde 400,000 personas coreaban consignas para parar cualquier ataque a Irak, han mostrado impacto sobre el laborismo.

El gobierno considera esencial derrotar militarmente a un gobiuerno que est'a fabricando armas de destrucción masiva. Para algunos congresistas laboristas el informe Blair ha mostrado que Irak apena sposee 20 misiles (ninguno de ellos puede tocar Europa), ninguna planta nuclear y menos armas químico-bacteriológicas que las que tenía cuando era aliado occidental. Una guerra contra Irak, sostienen, desestabilizaría el medio oriente, podría generar ataques terroristas contra el Reino Unido, crearía problemas con los musulmanes dentro y fuera del país, dividiría a la Unión Europea y haría que el país pierda autonomía ante la presión de unos EEUU interesados en intervenir en otros países.

En el primer día de la conferencia un programa de Canal 4 mostraba los argumentos en pro de atacar a Irak. El presentador era un periodista musulmán que sostenía que Occidente cometió el error de dar armas (incluyendo las de destrucción masiva) a Hussein cuando éste asesinaba con gases a su población kurda o era responsable de la muerte de dos millones de iraníes e irakíes. Después de haber apoyado a Hussein, occidente dejó que Saddam masacrase al levantamiento de kurdos y chiítas que s eprodujo cuando Irak perdió la guerra de 1991. El argumento pro-guerra es que occidente debe redimirse de su error derrocando a quien apuntaló en el poder y de esta manera haciendo que Irak vuelva a ser una democracia.

Los oponentes a un ataque contra Irak sostienen que las potencias que antes ayudaron a Hussein nunca van a anteponer los intereses del pueblo irakí. Tras los intereses guerreristas, afirman, esta el poderoso 'lobby' militarista de los EEUU así como de las petroleras que quieren tener acceso al segundo yacimiento de oro negro más grande del medio oriente.

Blair está decidido a seguir con su agenda. Para él es clave mantener la alianza privilegiada con los EEUU y estructurar un eje que pudiese controlar a los estados paria que desestabilizan al mundo.

Lo interesante es que en la cuestión de la guerra contra la Irak o en la de plantear el apoyo privado a los servicios sociales, Blair puede tener a la oposición conservadora de su lado. En cambio, en esos dos temas claves hay mucha gente de su lado que està en oposición.