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Reflexiones Nacionales y Geoestratégicas sobre el Plan Colombia
Las ideas que les voy a presentar sintetizan los planteamientos
que hemos hecho en anteriores conferencias en la Universidad a Distancia,
a los presos políticos y prisioneros de guerra de la Cárcel
Nacional Modelo y en la Escuela de Corresponsales de VOZ, así
como algunas reflexiones que tienen que ver con los medios de comunicación
y el Plan Colombia. Medios de comunicación, aplanadoras de la desculturizaciónLos medios masivos de comunicación son aplanadoras de la desculturización, pero aún más, de la alienación, para que el ser humano pierda la identidad y la perspectiva histórica y no juegue su papel protagónico en el mar picado de los conflictos económicos, sociales, políticos y culturales, propios de una sociedad que avanza de manera dialéctica en medio de "estallidos" y "tormentas" sociales, como también de contradicciones, entre estas la fundamental de la época: la de la forma social de la producción y la forma privada de la apropiación, en las condiciones de la cada vez mayor concentración de la riqueza y el poder y de la supremacía de los monopolios incluyendo el capital financiero. El ser humano es un sujeto social activo, que tiene un "doble significado" en la sociedad: por un lado tiene múltiples actividades y participa de los procesos productivos y de sus resultados; y por el otro asume conductas y normas de comportamiento, al tiempo que actúa bajo la influencia de la ideología. Aún en las condiciones de hoy, después de la caída del Muro de Berlín y del fracaso del "socialismo real" en Europa oriental, que tanto frenesí causó en el mundo occidental y capitalista y en especial en los ideólogos de la derecha. El ciudadano norteamericano de origen japonés, Francis Fukuyama, decretó el "fin de las ideologías", el "fin de la historia" y el "fin del comunismo", como si semejante decisión se pudiera tomar "desde las alturas de la subjetividad", y sin razón, porque tras la debacle del "modelo soviético" devino un mundo unipolar globalizado en las leyes absolutas de la economía de mercado capitalista y el sistema se tornó más duro y envilecido en el marco del "capitalismo salvaje" del modelo neoliberal. En lugar de desaparecer, la ideología capitalista afiló más sus garras, y apoyada en los monopolios y la concentración de la riqueza, se lanzó para apropiarse de la gran tajada de los medios masivos de comunicación convertidos en lucrativos negocios. Se ha ido estableciendo una "cultura de la banalización" tras bambalinas del periodismo ligth, que no sólo se manifiesta en los chismecitos y las bonitas piernas de las presentadoras en el caso de la televisión, sino también en la proliferación de emisiones radiales y de revistas superficiales y mediocres dedicados a temas banales, para cubrir con un manto el entorno real de un mundo en descomposición, de injusticia social y de atropellos a nombre de la democracia y de la civilización cristiana y occidental. Como si la historia fuera en reversa o en contravía, el capital regresó a las formas originarias de la acumulación capitalista con la onda arrolladora de las privatizaciones y la monopolización creciente, de la cual no han estado exentos los medios masivos de comunicación. Como nunca éstos pasan al servicio del gran capital, porque son adquiridos como cualquier medio de producción por los grupos económicos y los pulpos de la comunicación que especializan su actividad en el mercado. Carlos Marx decía hace más de 150 años, cuando todavía los medios masivos de comunicación no tenían las características que tienen en el siglo XXI por el desarrollo tecnológico y científico del ciberespacio, la robótica, la velocidad y la extensión, que estos eran en el capitalismo aparatos reproductores de la ideología dominante. Es más, señalaban Marx, Engels y Lenin, que los medios de comunicación, rudimentarios para nuestra época, eran parte de la superestructura de la clase dominante para justificar el modo de producción predominante. En el capitalismo, decían, la superestructura está al servicio de la "explotación del hombre por el hombre". A pesar de las supuestas bondades de la "democracia burguesa" y de la "sujeción" del Estado burgués a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, los medios masivos de comunicación como parte de la superestructura del sistema están condicionados al capital y a los intereses particulares que este representa. En Colombia, por ejemplo, el artículo 20 de la Constitución Política "garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura". No es necesario abundar en hechos a manera de argumentación, para asegurar que en los rigores de la "democracia restringida", muy distante de ser siquiera una "democracia burguesa" como en los países de Europa, la orden constitucional es nugatoria porque bajo la presión del gran capital cualquier intento de fundar un medio de comunicación sucumbe o ve limitado sus alcances y proyecciones por la imposibilidad de competir en el "libre mercado" con los monopolios al fin y al cabo los verdaderos dueños del país. Para no hablar de la libertad de prensa que definitivamente es inexistente. Es evidente la contradicción entre libertad de prensa y libertad de empresa en los medios de comunicación, entendida esta última como el ejercicio de un lucrativo negocio para amasar más utilidades. En el prefacio de su libro El cuarto poder, Emilio Juan Ruiz, dice: "No resulta novedoso afirmar que, Colombia, como en el mundo entero, los medios de comunicación son controlados en su mayor parte por conglomerados económicos, nacionales o transnacionales y multimedia". Los medios masivos de comunicación con bastante trivialidad quieren atrapar al gran público "domesticado y manipulado por la sociedad de consumo. El estilo de vida de las clases sociales más ricas se vende a través de estas informaciones, como un producto sofisticado del mercado que es la expresión ideal del llamado 'sueño americano' que se convierte en la meta final y única de la sociedad de consumo", dijo alguna vez el periodista, escritor y economista, Jorge Child, hace unos años desaparecido. Con mayor razón ahora, cuando en el caso colombiano, mediante el Plan Colombia, de corte guerrerista e intervencionista, los Estados Unidos influyen de forma abierta y descarada en los destinos de nuestro Estado-Nación. En el libro "Cultura, medios y sociedad", el profesor Jesús
Martín Barbero, dice lo siguiente: "Poner en discurso la experiencia
cultural de este fin del siglo y de milenio nos exige comenzar por una
aproximación a lo que M. Hopenhayn ha llamado las atmósferas
culturales. Denominaré a la primera tecnofascinación,
pues ella alía la fascinación tecnológica al realismo
de lo invitable. Se traduce, de un lado, en una 'cultura del software'
que permite conectar la razón instrumental a la pasión
personal' y, de otro, a una multiplicidad de paradojas densas y desconcertantes:
la convivencia de la opulencia comunicacional con el debilitamiento
de lo público, la más grande disponibilidad de información
con el palpable deterioro de la educación formal, la continua
explosión de imágenes con el empobrecimiento de
la experiencia, la multiplicación infinita de los signos en una
sociedad que padece el más grande déficit simbólico.
Los medios electrónicos como la radio y la televisión y el internet, cada vez llegando a nuevos sectores de la sociedad, transforman el periodismo y la calidad de los medios masivos de comunicación. Ahora existe más rapidez, imagen y extensión, pero la necesidad del análisis y de la noticia fresca continúa vigente. Apoyado en los tradicionales géneros y sobre todo en la historia. Eso le da validez al oficio y crea retos en los comunicadores en la sociedad y en los procesos históricos que son inexorables. En el capitalismo los medios masivos de comunicación pretenden
convertir a los periodistas en desculturizadores, en máquinas
de su entramado ideológico, que repiten sin imaginación
falsas verdades, verdades a medias y mentiras convertidas en verdades.
El objetivo es mediatizar al periodista para que no cumpla su papel
en la sociedad, que aún lo tiene en el capitalismo y es eminentemente
social: "El periodista es testigo de la historia", como dijo el escritor
cubano Alejo Carpentier, "y puede ser la historia misma", agregó
el investigador también cubano, Luis Suárez. En la peligrosa zona de lo que se puede decir, el derecho de información y de opinión deja de ser privilegio de pocos y mezquino impuesto que el vicio paga a la virtud en la letra muerta de las constituciones. En nuestras tierras, ese derecho no se realiza por gentileza de los grandes medios de comunicación que nos incomunican y enmascaran la realidad, sino gracias a la tozudez y al talento de los maltratados periodistas que desarrollan la conciencia crítica y rescatan la memoria colectiva: la conciencia, enemiga de la impunidad, y la memoria, enemiga de la amnesia". Hasta aquí la cita de Eduardo Galeano". Es un homenaje a los periodistas, no a los que están empotrados en las lujosas oficinas y pagados con las chequeras de los grandes "cacaos", sino a los de overol que van en busca de la noticia, de la identidad cultural, del oficio de contar la historia pero "patas abajo", desafiando a los dueños y usufructuarios del cuarto poder. Así las cosas, se equivocaron los predicadores de la fatalidad
y del fin del la historia. Las ideologías continúan vigentes,
aún las que son real alternativa del capitalismo, porque este no
ganó la batalla, al contrario perdió la perspectiva histórica
con el fracaso del socialismo real. Pero el socialismo humanista tiene
vigencia con mayor razón cuando las masas populares afrontan más
miseria y mayores injusticias.
Medios de comunicación y proceso de pazEn la Colombia de hoy, en trance de buscarle la solución política
al conflicto social y armado de casi medio siglo, el papel de los medios
masivos de comunicación es definitivo para abrirle camino a una
cultura de la paz y de la tolerancia. Contraria a la que se practica
en la "gran prensa" que tiende a mostrar como único camino el
de la paz romana o la paz de los sepulcros, que no es otra que defender
la guerra para vencer a la insurgencia y llevarla en condiciones de
derrotada a la claudicación en la En la vía de lograr la paz democrática con justicia
social es inexorable erradicar las causas que originaron el conflicto para
allanar el camino hacia una Nueva Colombia. En las necesarias reformas
avanzadas debe modificarse el statu quo de los medios masivos de
comunicación. A la
El tema de los medios de comunicación de masas, afectados
en Colombia, en los últimos años, por un irracional y veloz
proceso de concentración en manos de los dos principales grupos
económicos del país, aunque también mediatizado por
el fortalecimiento de un grupo específico como lo es la Casa
Quizás por esta razón específica, de temor a los cambios
democráticos y por ende a ser afectados en sus intereses económicos
y de influencia en la "opinión pública", es que los dueños
de los medios de comunicación han definido una línea adversa
a las negociaciones de paz y hostil a toda iniciativa y propuesta de
la guerrilla. Para ellos no hay sino una sola alternativa: la entrega
incondicional de los alzados en armas. La solución política
no pasa, desde su óptica limitada, por los cambios estructurales
que erradiquen las causas que originaron el conflicto social y armado.
Medios de comunicación y "opinión pública"Algunos dicen que la "opinión pública" no existe, porque es una entelequia inventada por las clases dominantes para fabricar aparentes consensos; otros consideran que la opinión pública está formada por una amplia franja de la sociedad, bastante activa, y es la que indica -o al menos insinúa- las tendencias predominantes en el terreno social y político y los grados de aceptación de determinados aspectos inherentes al interés social y nacional. Más allá de la discusión académica, importante
claro está, de si existe o no la "opinión pública",
lo que sí es pertinente determinar, es que ésta es fabricada
e inducida en sus supuestos o aparentes conceptos por los medios de comunicación
del sistema, a través no sólo de la formación de ideas
y
Por lo general, las encuestas realizadas por empresas "profesionales"
en "sondeos de opinión", muchas de ellas transnacionales o ligadas
a los grupos económicos, siempre favorecen al interesado que las
contrata. Algo así como cliente satisfecho trae más clientela,
un principio del comercio competitivo del capitalismo. Es bueno recordar,
como experiencia y constatación de esta aseveración, que
hace unos diez años, la Unión Patriótica en Bogotá
contrató una encuesta con una de esas firmas. El resultado sorprendente
de la medición le arrojó una expectativa de voto a la UP
de más del diez por
En la formación de "opinión pública" adversa al proceso
de paz, a la insurgencia y a los sectores democráticos, sociales
y de izquierda, viene influyendo el Departamento E-5 del Ejército,
una sección de reciente creación, asesorada por expertos
comunicadores y en conexión con la "gran prensa". El E-5 con
cuantiosos recursos técnicos y financieros, inclusive realiza
cursos y adiestramiento para periodistas "corresponsales de guerra".
Pero además, emite comunicados, informes especiales y reportajes,
que son emitidos sin siquiera editar por los medios del sistema. Es
la degradación total del oficio del periodista y la anulación
total de la libertad de prensa y de cualquier resquicio de independencia
en la labor de informar a los ciudadanos del acontecer nacional. Hasta
series televisivas se presentan, en que "heroicos soldados" derrotan
siempre a "crueles guerrilleros", así en la realidad ocurra lo
contrario. Es bueno recordar un anécdota personal y familiar,
cuando mi hijo, entonces de 14 años, me preguntó: "Papá
¿por qué en las películas de la guerra de Vietnam
siempre los norteamericanos le ganan a los vietnamitas si en la historia
real fue al contrario? Es el poder de la desinformación de masas,
de las aplanadoras de la cultura, que en Colombia juegan el mismo papel.
Medios de comunicación y Plan ColombiaEn este sentido, los medios de comunicación han jugado un papel determinante como publicistas del Plan Colombia, incluyendo las amañadas encuestas que revelan un aparente apoyo de la sociedad al engendro gringo para la guerra y la intervención. La idea difundida es que el Plan Colombia es contra el narcotráfico y para la inversión social. Ninguno registra, por ejemplo, que de la "ayuda" norteamericana de US$1.300 millones el 84 por ciento es para la guerra; y que siendo dirigido en lo fundamental para sustituir los "cultivos ilícitos" para este fin apenas destine el 9 por ciento de la cuantiosa inversión. Hasta octubre del año pasado la versión del Plan Colombia
que se difundía en los medios era el texto "asistencialista" del
Departamento Nacional de Planeación, mientras la versión
en inglés del Plan Colombia difundido en Washington para promover
la aprobación de la "ayuda" en el Congreso de los
Algunos ejemplosComo contera de estas elucubraciones en el Seminario Nacional sobre Reflexiones nacionales y geoestratégicas sobre el Plan Colombia, convocado por el CEIS, quisiera citar unos ejemplos tomados al azar de las vicisitudes del proceso de paz con las FARC-EP.
Triste papel el de unos medios que en Colombia traspasaron todos los límites
de su función ideológica y de superestructura de la clase
dominante. Es una prensa que realiza una labor degradante, de mentir,
mentir y mentir, porque de la mentira algo queda. Tema: "Periodismo, opinión pública
y Plan Colombia" |