Domingo
sangriento: caen siete indígenas más mientras nos reunimos
para buscar la Paz
Inauguración del Congreso de
los Pueblos Indígenas de Colombia
Organización Nacional Indígena
de Colombia-ONIC (Cota-Colombia;
27 de Noviembre de 2001. "El Espectador")
Unos 2.000 indígenas
colombianos, delegados de las 84 etnias que hay en el país, iniciaron
el domingo el Congreso del Pueblo Indígena de Colombia en el
resguardo indígena de Cota, en el que denuncian el exterminio
que han sufrido en el actual conflicto armado interno y definen la forma
de participación en el proceso de paz.
En el congreso, los aborígenes
colombianos están acompañados por hermanos indígenas
del Canadá, México, Guatemala y Perú.
Un llamamiento de saludo
de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC)
señaló que "lo que está en juego en este momento
de Colombia, para los pueblos indígenas y para todos los colombianos,
es la supervivencia como pueblos y como nación. O cambiamos este
país, o desaparecemos".
Según el primer
documento, "son tiempos difíciles para todos los indígenas
colombianos. Nos llueve veneno del cielo, como una maldición,
desde aviones manejados por gente que cobra por cada niño muerto
y por cada metro de maíz quemado. En fin, para todos los pueblos
que habitamos en las costas, serranías, en la zona Andina, en
la Amazonia y en las fronteras... para los pueblos que estamos luchando
por sobrevivir".
El texto subraya que "estamos
obligados a resistir. Ante el etnocidio que existe en Colombia nos hemos
declarado como Pueblos en Resistencia para mostrar que no estamos dispuestos
a ser aniquilados, y por eso vamos a definir igualmente acciones unificadas
al interior de nuestros territorios para preservar nuestras comunidades,
nuestras culturas, nuestros líderes y la vida de todos".
La ONIC acusa al Estado
colombiano por cuanto "desconoce las leyes, los gobiernos y autoridades
indígenas, quitando a los pueblos el referente fundamental de
autoidentificación y condenándolos a la dispersión
y la integración cultural. El Estado es responsable por omisión
del asesinato de más de 400 gobernantes y líderes indígenas
embera, zenú, nasa y arhuaco, en tan sólo 10 años".
A estas cifras se tienen
que añadir las de los siete indígenas pertenecientes al
pueblo Embera Chamí que fueron asesinados por las Auc el domingo
pasado. Entre ellos estaban Luis Ángel Chaurra, fundador de la
ONIC, Leonardo Díaz, Álvaro Motato, Napoleón Uchima,
Carlos Augusto Uchima y Víctor Asprilla.
Este hecho revive el asesinato
de otros tres compañeros en Gualanday, Cauca, el domingo 18 de
noviembre y recalca que los indígenas "somos claros objetivos
de guerra de los grupos armados".
La ONIC señaló
que "lloramos los ríos de sangre que derraman nuestros hermanos
y exigimos a los actores del conflicto que no le borren la sonrisa a
nuestros niños y le permitan una muerte tranquila a nuestros
ancianos".
La ONIC, ante esa situación,
"ha solicitado al secretario general y a la alta comisionada para
los Derechos Humanos de las Naciones Unidas su intervención personal
ante el Gobierno de Colombia para que cesen el etnocidio y el desplazamiento".
A los actores del conflicto
armado pedirán el "cese de fuego para negociar, para demandar
acuerdos humanitarios y para decir que no vamos a seguir como observadores
del proceso de paz, sino que vamos a ser protagonistas".
Los indígenas proponen
también constituir una "Comisión Nacional de Paz
de los Pueblos Indígenas" (Conappi),
integrada por dirigentes, autoridades y personalidades de todas las
etnias, y que promoverá un "encuentro de todos los sectores
sociales y políticos del país" y la convocatoria
a una Asamblea Nacional Constituyente.
Exigen, además,
la suspensión inmediata de los planes del Plan Colombia, como
el gasto militar, las fumigaciones en zonas de cocales y la firma de
una tregua y cese de hostilidades "con las fuerzas insurgentes,
para que éstas participen en asambleas sectoriales y mesas de
trabajo previas a la Asamblea Nacional Constituyente".
|