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Argentina


El origen de la crisis argentina (O de la forma en que se estaba preparando la nueva incursión de los piratas a las tierras de sur del planeta)


Oscar Arriaga, de Derechos para Tod@s (1 de Febrero de 2002)


Estamos asistiendo en Argentina al estallido del modelo neoliberal de capitalismo corrupto, clientelar y salvaje impulsado por el "nuevo orden global" en América Latina. Por tanto, Argentina no es más que un espejo anticipado en donde mirar el futuro de todo el continente y si los dejamos, también el de amplias capas excluidas de la sociedad primermundista.

Un modelo cuyo despliegue masivo se pone en marcha a partir de 1976 con la Dictadura Militar del General Videla, que articuló en lo político, la represión del movimiento social y democrático hasta consumar uno de los mayores genocidios de la historia moderna, sumado al endeudamiento externo y la desindustrialización interna en lo económico.

Desde sus orígenes, la Deuda Externa es ilegal por la falta de legitimidad política de la Dictadura para comprometer el esfuerzo y el futuro del pueblo argentino, porque lejos de aplicarse al desarrollo de la economía, se usó para reforzar el aparato represivo y porque mayoritariamente, los "créditos" fueron expropiados por los grupos privados sostenedores de la dictadura y que reenviaron los capitales a los paraísos financieros opacos, en muchos casos sin siquiera entrar al país. De todo esto fueron cómplices los organismos internacionales y los gobiernos "democráticos" del norte.

Pero además, la Deuda Externa inauguró un circulo perverso de expoliación sistemática y sujeción de los gobiernos de la democracia débil que sucede a los militares a los designios del FMI, el Banco Mundial y las corporaciones del norte que operan detrás: como la deuda y los intereses leoninos son impagables, se requerían nuevos créditos. Pero para otorgarlos, el capital financiera exige "ajustes estructurales" que garanticen sus intereses estratégicos.. De esta forma se rompe cualquier discresión y pasan a controlar en forma pública y descaradas todas las políticas económicas llegando al extremo de que los presupuestos nacionales no los aprueba el Congreso sino el FMI.

De esta época siniestra retengamos un nombre: el del Ministro Económica de la Dictadura, el señor Domingo Cavallo, representante directo del capital financiero internacional, que entre otros inventos económicos, aportó una novedosa "nacionaliza-ción": estatalizó la deuda privada de los grandes grupos, es decir: que el Estado se hizo cargo de la deuda contraída por el sector concentrado del capital.

Alfonsín (aquel de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final que exculpó de sus cargos a los genocidas), después de un tibio intento económico de socialdemocracia a la "criolla", desembocó en un país signado por la hiperinflación (5000% anual), en parte como consecuencia de su de un nuevo estilo de golpes de Estado: aquellos que se consuman a través de los "mercados". Y viene el "salvador" Menem...

Corrupción política y neoliberalismo (O de cómo el barco pirata llega a destino y se dedica a rapiñar todo lo que encuentra a mano)

El menemismo inaugura una década de fundamentalismo neoliberal, complementado con un clientelismo político y una corrupción desbocada, que desquició no sólo los restos del escuálido Estado Social sino que rompió todos los mecanismos sociales de control y participación popular a la vez que disparó la exclusión social a niveles insostenibles.

Se apalanca inicialmente en un plan de contención de la inflación basado en la ley de convertibilidad que garantiza el valor de un peso por dólar, un programa de privatizaciones salvajes y en completar la apertura de la economía, es decir, eliminación del cualquier control a la libre circulación de capitales y precarización extrema del mundo laboral.

A través de la ley de convertibilidad y la desregulación total de los flujos financieros, se le aseguró al capital especulativo la remisión de rendimientos financieros usurarios (tasas un 15-20% por encima de las tasas internacionales), de modo que el país siempre envió más dólares de los que recibía por todo concepto (préstamos, inversiones extranjeras...).

A través de las privatizaciones, no sólo se traspasaron a precios irrisorios todos los servicios, activos y actividades rentables del Estado a las multinacionales (casi sin excepción, europeas y españolas) sino que se abrió un proceso de rapiñas, robos, corrupción y clientelismo sin precedentes. Hasta tal punto, que el propio Senado de EE.UU (por el costo que representaba a sus empresas) se vió "obligado" a investigar el flujo de coimas-sobornos (decenas de miles de millones de dólares).

El conjunto de estas políticas de expoliación y corrupción hicieron que a pesar de haberse privatizado todo los privatizable, la deuda externa adquirida en esta década menemista, duplicase a la heredada de los militares y la gestión alfonsinista, trepando hasta los 140 mil millones de dólares.

El piloto de la nueva cruzada, un viejo conocido: el Ministro de Economía, Sr. Domingo Cavallo.

A todo esto, el establishment mundial de la Globalización, el FMI, la banca internacional, las corporaciones transnacionales, los gobiernos del llamado primer mundo, saludaban la "modernidad" alcanzada por Argentina. No hace mucho, podíamos leer que ..."La Argentina economiza gracias a sus reformas económicas, pero la liberalización multilateral le permitirá realizar aun más... La liberalización del comercio, la privatización y muchas iniciativas de integración regional han contribuido igualmente a acrecentar las posibilidades de acceso para los socios comerciales de la Argentina.... La competencia debería intensificarse en 1999 después de la eliminación de la protección tarifaria acordada a las importaciones de productos sensibles procedentes de otros países del MERCOSUR" (Comunicado de prensa de la O.M.C del 13-1-1999). Esto era así, aunque hoy, el cortejo internacional liderado por el FMI declaren cínicamente "que ellos no tienen nada que ver con la crisis argentina".

Pero este pequeño relato es para que no nos escamoteen otra vez las lecciones de la historia. En primer lugar, que la corrupción no fue ni ha sido un accidente. Fue necesaria al modelo neoliberal, que completaba de esta forma, un esquema de decisiones agresivamente antipopulares, con el pueblo excluido de cualquier control, la contestación laboral reprimida por los matones sindicales, vaciando así de contenido democrático las ficciones de elecciones periódicas.

En segundo lugar que la corrupción en un negocio de a dos: el que soborna y el sobornado. ¿Hay que aclarar el rol que tuvieron las empresas que "ganaron" las privatizaciones en Argentina?. Y en esta línea, más paradigmático aún, es el caso de Aerolíneas Argentinas, comprada a precio de saldo por el Estado Español a través de Iberia-SEPI, y revendida después de un escandaloso vaciamiento empresarial. ¡¡¡De este festín participaron no sólo las empresas sino el propio Estado Español!!!

Finalmente, durante ésta verdadera década infame de la historia argentina, digamos que los beneficios obenidos por las multinacionales españolas en Argentina, fueron más que significativas: a título de ejemplo, en el 2000, dos tercios de los beneficios de Repsol provenía de aquel país (O de cómo el barco pirata volvía puntualmente a repartir el botin capturado entre sus verdaderos dueños).

La sociedad civil se abre paso a cacerolazos (O de cómo la masa de prisioneros económico de las corporaciones transnacionales, los gobiernos, los corruptos se rebela y rompe el cerco o corralito político y económico en que está encerrada).

Aún antes de la crisis final de diciembre, se había llegado a un empobrecimiento extremo de un país potencialmente rico, que había llevado a una desocupación "oficial" de más del 25%, a que el 43% de la población viviese bajo la línea de pobreza, con más de cinco millones de extrema pobreza y 3 millones de jefes de familias en condición de desempleo de larga duración. Los ahorros de las capas medias de la población expropiados por el sistema bancario a través del famosos "corralito".. La exclusión social y cultural se comía por día nuevas poblaciones, barrios y zonas enteras. Mientras tanto, la policía "maldita" (como se la conoce allí), la que nunca se depuró después de las dictaduras, seguía reprimiendo, asesinando, robando (2 de cada 3 delitos cometidos en la provincia de Buenos Aires son atribuidos a la policía), organizando escuadrones de la muerte (denuncia de un fiscal -separado de su cargo por su alegato- del asesinato de decenas de adolescentes de la calle que se animaron a denunciar torturas en procesos de detenciones ilegales en Buenos Aires).

El piloto del tramo final de este nuevo experimento, el viejo conocido: el señor Domingo Cavallo.

Con este telón de fondo, no vamos a explicar lo el mundo ve, y si no intuye, de las imágenes que recorren el mundo: la sociedad civil argentina, l@s ciudadan@s, vecin@s armados de cacerolas y dignidad han decidido cambiar la historia, echando al tandem De la Rua-Cavallo, al corrupto Rodríguez Saa y poniendo en jaque al mafioso Duhalde.

Sin embargo es necesario alertar sobre la distorsión mediática, en varios sentidos: por un lado, ocultando la magnitud de las luchas que recorren barrios y calles de las ciudades argentinas, ocultando las asambleas auntenticamente democráticas y de base que están creciendo en las barriadas y ocultando la represión salvaje a que se ven sometidas las expresiones pacíficas de los vecin@s., gaseados, apaleados y baleados por la policía y los asesinos a sueldo de los servicios.

Se ha propagandizado al extremo la corrupción feroz de la clase política argentina (lo cual es cierto) como responsable de TODA la crisis, sacando así del escenario al FMI, a las multinacionales que se beneficiaron de las privatizaciones, a la banca que se ha enriquecido en medio de la crisis, etc.

Por otro lado, de cara a la opinión de la ciudadanía española, se está criminalizando a estas heroicas expresiones populares: se nos dice que por culpa de l@s empobrecid@s luchadores de las cacerolas que defienden cosas tan básicas como la dignidad, el derecho de echar a los corruptos, el pan de nuestros hijos y el trabajo, las empresas y los bancos españoles pierden y que por ello pierde la economía española y que al fin, pierden l@s ciudadan@s españoles. Esta es una mentira a desmontar. Las empresas multinacionales españolas a lo sumo, están dejando de obtener los demesurados beneficios a los que estaban acostumbradas y si por la tremenda crisis en que se ha sumido el país, un año, no ganan, pues que vaya a cuenta de lo acumulado.Y los ciudadanos españoles pierden de igual manera que sus conciudadanos argentinos frente a estas empresas que representan el poder concentrado en la globalización neoliberal. Los Botin, los Villalonga, los Alierta, los Martin Villa, todos estos oligarcas premiados por el PP con empresas privatizadas globales no son los amigos del pueblo español.