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Alemania
 

Fronteras invisibles: racismo en Alemania y  la lucha de los refugiados

Oficina de derechos humanos en Goettingen, Alemania, AK Asyl
THE_VOICE_Goettingen@gmx.de 

Han pasado casi diez años desde la caída del Muro de Berlin y la re-unificación alemana. En este tiempo, la Unión Europea ha avanzado en una política de fronteras abiertas entre los países unificados. Más discretamente, fronteras mucho más ominosas y aterrorizantes están siendo construidas en el perifera, lo cual ha llevado a activistas de derechos humanos a denunciar el nuevo Muro Electrónico y la Fortaleza Europea.

El 3 de octubre, los alemanes celebrarán el décimo aniversario de la reunificación nacional en medio de un enfoque intenso a nivel nacional y internacional sobre las actividades de organizaciones de extrema derecha, las que cada vez más se encuentran en el centro de atención despues de varios ataques, sobre todo el asesinato del mozambiqueño Alberto Adriano y recientemente la bomba que estalló en la ciudad de Dusseldorf, dejando a casi una docena de víctimas, provenientes del este de Europa.

Organizaciones de refugiados, migrantes y derechos humanos tambien conmemorarán este evento histórico. Excluidos del programa oficial, activistas de todo el país llegarán el 3 de octubre a Hannover, para denunciar el carácter racista de la política alemana, y sobre todo el tratamiento que reciben refugiados en Alemania.

Un enfoque principal de las protestas será la "Ley de Residencia Obligatoria", la cual existe desde 1982 y sirve para limitar el movimiento de refugiados al Distrito en que han sido puestos por las autoridades alemanes. La no obediencia de dicha ley, que requiere pedir permiso a las autoridades locales de extrajanería para poder salir, puede resultar en una multa de hasta 5.000 marcos, prisión y posiblemente la deportación.

La situación para los refugiados en este país se ha deteriorado de manera constante durante los últimos años. Despues de la reunificación de las dos Alemanias en 1989, los ataques racistas empezaron a expandirse, adelantados por campañas racistas llevados a cabo por políticos y medios de comunicaión. En 1993, el gobierno de Helmut Kohl, con el apoyo del segundo partido más grande en Alemania, los Socialdemocrátas (SPD por sus siglas en aleman), redujo radicalmente los derechos de los refugiados en este país con la destrución de facto del derecho a asilo. Esto, combinado con medidas implementadas a nivel europeo, profundizó drásticamente al ya significante vacío entre el estatus de ciudadanos europeos y no-europeos, efectivamente creó seres humanos de primera y segunda clase.

Los últimos debates en Alemania en torno al racismo, los cuales en gran parte se debe a la atención internacional dada a la última ronda de ataques racistas, han resultado en la explosión de nuevas comisiones y coaliciones dirigidas a combatir la amenaza del extremismo derechista. Políticos y otros actores públicos han sido expresivos en mostrar sus caras anti-racistas, de manera tal que se muestran a si mismos como amigos de los extranjeros y  muy integracionistas. Curiosamente, nadie ha pensado en preguntar a los "extranjeros" mismos como ellos ven la situación.

Las condiciones de vida para los refugiados en Alemania sólo se puede calificar como inhumanas. Al llegar a Alemania, toman de inmediatamente las huellas digitales de los refugiados, así desde el principio son criminalizados.  Despues están divididos por un sistema nacional de quotas, que distribuye los refugiados por todo el país, negándoles el derecho de auto-determinación y tratándoles como si fueran ovejas a ser transportadas de un lugar al otro.

En muchos casos los campamentos de los refugiados se encuentran en las afueras de ciudades y pueblos. Muchas veces les meten facilmente en instalaciones de viejos campamentos militares que han sido abandonados, en regiones aisladas en medio de bosques. Empiezan a recibir la "ayuda social" del Estado, que casi exclusivamente constituye 80 marcos en efectivo y aproximadamente 240 marcos en bonos, los cuales solamente se puede utilizar en un número limitado de tiendas y no pueden ser usados para la compra de bienes tan lujosos como el transporte público, libros escolares, periódicos o cuentas telefónicas. Como refugiados confrontados con el Estado, están forzados a buscar la asistencia legal, que significa el pago automático mensual de 50 marcos, de los 80 que reciben al mes. Un refugiado sin abogado tiene casi ninguna chance a lograr el derecho al asilo.

Los refugiados tienen que quedarse en sus Distritos asignados y no se les permite moverse fuera de los límites establecidos por la ley sin solicitar permiso. En general, las autoridades niegan el permiso, pero de hecho mucho depende de las actitudes discriminatorias de los burócratas encargados de los refugiados. En muchos Distritos los refugiados tienen que pagar por trámite de solicitud 15 marcos.

Si no se obedece la "Ley de Residencia Obligatoria", que en muchos casos es casi imposible si uno tiene familia o amistades en otras partes del país o si están comprometidos en actividades políticas, entonces al ser interceptado por la polícia, quien tiene la política de controlar a gente con piel oscura en las calles y estaciones, tendrá que pagar una multa, ir a la cárcel o ser deportado.

En los últimos años se ha visto un incremento en el activismo político de refugiados comprometidos en la lucha por sus derechos. Encabezando esta lucha están dos organizaciones, la Asociación International de Derechos Humanos de Bremen, y The Voice Africa Forum (La Voz Foro Africano) con sede en Jena. Ambos grupos actúan como el motor detrás de la coalición nacional establecida en 1998 bajo el nombre de "La Caravana por los Derechos de los Refugiados y Migrantes".

Durante la campaña electoral para el Canciller, Primer Ministro, de Alemania que llevó a los Socialdemocrátas y el Partido Verde al poder, la Caravana por los Derechos de Refugiados y Migrantes organizó una gira de protesta de cinco semanas por más que 40 ciudades. Con el lema, "No tenemos voto, pero tenemos voz", la Caravana intentó  contraponerse a la propoganda política dirigida hacia "extranjeros" en Alemania, estableciendo a la vez las bases para la unificación de los refugiados, migrantes y sus organizaciones. Desde entonces, la Caravana se ha dedicado a reforzar sus contactos con los muchas veces dispersados refugiados, mientras resistían a los ataques incrementados de los medios y políticos, quienes de manera constante acusan a los refugiados de no ser queridos y parasitos sociales.

En abril de éste año, la Caravana logró la movilización más grande de refugiados y migrantes hasta la fecha. En el pueblo oriental de Alemania de Jena, The Voice Africa Forum conjuntamente con la Caravana y la initiaciva anti-racista alemana "Kein Mensch ist Ilegal" (No Ser Humano es Ilegal), organizó un Congreso de diez días bajo el nombre "!Unámanos en contra de la Deportación  y Exclusión Social!" Para este evento histórico y sin precedente en la lucha por los derechos de los refugiados en Europa, más de 600 personas fueron movilizados de más de 40 países.

Los participantes del Congreso discutieron sobre una gama amplia de temas, entre ellos el rol de los gobiernos occidentales en la destrucción de los países de los refugiados, la situación de los presos políticos en el mundo, las razones específicas de la huída de mujeres y estrategias en contra de la deportación, que todos consideran como violación fundamental de los derechos humanos. Una de las campañas principales que salió del congreso fue de combatir la "Ley de Residencia Obligatoria".

Durante el congreso, los refugiados decidieron iniciar una campaña de desobediencia civil con la intención de derrocar esa represiva ley. Se han decidido a nunca más pagar una multa para la "Residencia Obligatoria". Cornelius Yufanyi, miembro de The Voice y Coordinador de la "Campaña por la Libertad de los Presos Políticos en Camerún„, será el primero en enfrentar las posibilidades de desobedencia civil asi como la sinceridad de los políticos alemanes, quienes supuestamente denuncian el racismo y apoyan la intergración de "extranjeros" en la sociedad.

El señor Yufanyi, quien pasó dos años y medio en una cárcel de Camerún antes de lograr escapar, ahora enfrenta la alta probabilidad de ser encarcelado ó, peor aún, una posible deportación por su convición de luchar por los derechos de los refugiados.

Su tiempo en una cárcel de Camerún en 1996 resultó despues que los estudiantes desarrollaron protestas en contra de la corrupción de las autoridades universitales y la imposición de un aumento de cuotas estudiantiles. Por su participación áctiva en las protestas, y el hecho de que la policía encontró su tarjeta de  miembro del Consejo Nacional de los Cameruneses del Sur (SCNC por sus siglas en íngles), un movimiento independista de los anglófonos del país, Cornelius fue detenido y puesto bajo condiciones inhumanas sin el conocimiento de su familia, donde le mantuvieron hasta que pudo escapar gracias a la corrupción de las autoridades carcelarias.

Desde su llegada al país en enero de 1999, Cornelius ha sido uno de los miembros más actívos de The Voice y consiguientemente de la Caravana por los Derechos de los Refugiados y Migrantes. Su solicitud de asilo político fue negado ese mismo año. Según la corte, su solicitud fue "obviamente sin razón", ya que las autoridades del Ministerio de Exteriores dicen que no hubo huelgas estudiantiles en el tiempo en que Cornelius fue detenido.

Su proceso, que empieza el 12 de octubre, considerará la decisión de Cornelius de no pagar dos multas que suman a 709 marcos por su no obediencia a la "Ley de Residencia Obligatoria".

La primera multa resultó después de una ocupación de la oficina del Partido Verde en Colonia, donde refugiados de Camerún, Perú, Sri Lanka, Nigeria, Kurdistan y Togo tomaron la oficina y empezaron una huelga de hambre durante las Cumbres de la UE y G-7. Después de once días de huelga, el Partido Verde ordenó la desocupación con fuerzas policiacas. Después de pasar siete horas en la cárcel, todos menos uno fueron puesto en libertad y al poco tiempo Cornelius recibió una ordén de la Corte, exigiendole pagar casi 100 marcos de multa.

La segunda multa fue en relación con el Congreso organizado en Jena. Después que un periódico regional publicó un artículo del Congreso donde citaron a Cornelius, la Oficina de Extranjería encargada de Cornelius recibió el artículo, el cual mandaron a la policía local para que iniciase un proceso. Ironicamente, Cornelius fue responsable de organizar varias de las delegaciones internacionales que participaron en el Congreso y solicitar permiso a las autoridades de las distintas regiones de Alemania para que los refugiados pudiesen participar en el Congreso. El mismo, el último que solicitara,  permiso para salir de su distrito, fue negado.

Despues de la huelga de hambre en mayo de 1999, Cornelius fue trasladado de Jena, donde había vivido desde su llegada a Alemania, a otro campamento de refugiados, ubicado en medio de un bosque en las afueras de un pueblito. El Distrito, llamado Eichsfeld, se considera orgullosamente la "región sin fronteras" despues de la caída del Muro de Berlin, que en esa entonces dividió éste pequeño Distrito rural de la Alemania Occidental. Es aquí, donde los límites de la "región sin fronteras" será desafíado el 12 de octubre.

Mientras se abre una nueva era de aperturas y países sin fronteras en la Europa unificada, refugiados, migrantes y sus derechos enfrentan ataques frontales que tienden a incrementarse. Algunos muros sí caen de verdad, como aquél que será conmemorado este 3 de octubre, pero otros muros se construyen de manera alarmante, no sólo llevando a la muerte a miles de compañeros en las regiones fronterizas y en el mar, sino también la degradación de la dignidad y el derecho a gozar de derechos iguales a aquellos de los ciudadanos europeos, quienes al final son los autores intelectuales de los crímenes en contra de la humanidad que han forzado el desplazamiento de millones de la planeta. Por ello, que muchos refugiados en Alemania dicen, mientras en sus países de orígen les tratan de eliminar físicamente, aquí en Europa, las autoridades intentan eliminarles psicológicamente. Algunos se rebelan.