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Administración Bush aprieta el paso para obtener "vía rápida"


Agencia EFE (Washington, 29 de Agosto de 2001)

El secretario de Comercio, Don Evans, instó al Congreso a que otorgue al presidente George Bush la autoridad para la negociación de acuerdos internacionales, porque, dijo, el comercio "nos favorece a todos".

El continente americano "tiene una alta prioridad para el presidente (George W. Bush) en lo que se refiere a la política exterior", según Evans. "El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es la mayor prioridad del presidente".

"Esa es otra razón por la cuál la Autoridad para la Promoción del Comercio (APC) es tan importante", dijo. "Más que enfocarnos al Mercosur, al Grupo Andino o a las naciones caribeñas, creo que el enfoque está en América Latina" en general.

"El comercio libre es el segundo pilar del plan de recuperación económica de Bush y la APC es un primer paso crucial", dijo Evans en conferencia de prensa, en la cuál indicó que los otros dos "pilares" son la reducción de impuestos y la responsabilidad fiscal.

"Los mercados abiertos significan más empleos mejor pagados para los trabajadores estadounidenses y más oportunidades de crecimiento para las empresas, especialmente para los negocios pequeños y medianos, que son el 97 % de todos nuestros exportadores", agregó el secretario.

"Los beneficios del comercio libre, son innegables", según Evans. "En 1970 el comercio internacional equivalía al 10 % del Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos. En el año 2000, había subido a más del 25 % de nuestro Producto Interior Bruto".

La Autoridad para la Promoción del Comercio, antes conocida como "vía rápida", otorga al Poder Ejecutivo atribuciones para la negociación de acuerdos comerciales con otros países que el Congreso puede aprobar o rechazar, pero no puede enmendar.

Esa autorización del Congreso caducó en abril de 1994, después de haber permitido a los presidentes George Bush padre y Bill Clinton la negociación y aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte, que incluye a EEUU, Canadá y México.

Evans dijo que la aprobación de la APC "enviará una señal a los inversores y empresarios de que Estados Unidos marcará el paso en la creación de un contexto para el crecimiento económico global".

"El plan de recuperación económica de Bush, con la APC como una parte esencial, abrirá la puerta a una nueva era de fuerte recuperación económica", dijo Evans.

Mientras que los republicanos, en su mayoría, favorecen los acuerdos que dan más libertad para el comercio privado entre países, una buena parte de los demócratas quiere que los nuevos pactos contengan reglas sobre la protección del ambiente y los recursos naturales, así como sobre las condiciones laborales.

Algunos críticos de los tratados de apertura de mercados sostienen que los trabajadores estadounidenses pierden fuentes de trabajo cuando deben competir con los trabajadores en países con mano de obra más barata y menos protección laboral.

Evans dijo que "los trabajadores deben apoyar la apertura comercial, si comprenden la importancia de que abramos más mercados para los trabajadores y los empresarios de Estados Unidos".