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África Oriental, Meridional e Islas



Eritrea se muere


Menghesteab Tesfamariam, obispo de Asmara (Agencia Misna, traducción de María del Pino. 31 de Enero de 2003)

“Un millón cuatrocientas mil personas eritreas necesitan ayuda inmediata antes de que sea demasiado tarde. Los más afectados son los ancianos, los niños y las mujeres, que son la mayoría absoluta. ¡Estamos angustiados por nuestros hermanos!... les pedimos que se hagan voz de ellos y nuestra. Bastaría una pequeña parte de los gastos de occidente para salvar la vida de millones de personas”. Esta es la dramática llamada que lanza a través de la agencia misionera Misna Mon. Menghesteab Tesfamariam, comboniano, obispo de Asmara.

“Esta joven y pequeña nación del Cuerno de África -es el grito de alarma del obispo- busca con todas sus fuerzas paz y estabilidad, pero una vez más viene sofocada por los desastres naturales y no naturales, que la postran”. La irregularidad y la escasez de la lluvia está llevando al abismo de la carestía a las poblaciones de Keren, Assab y Barentú. Las misiones católicas vienen invadidas por las peticiones de ayuda, pero no consiguen hacer frente a la emergencia. Incluso los centros sanitarios gubernativos piden ayuda porque en esta zona, y cerca de la frontera con Etiopía -que desde hace años sufrían por la escasez de las cosechas- se registran ya casos graves de falta de alimentación.

"Para hacer frente a esta situación -continua monseñor- para el 2003 son necesarias 601.200 toneladas de cereales; las personas que están en peligro son cerca de dos millones quinientas mil".

El espectro del hambre, añade el comboniano, se debe a las particulares condiciones meteorológicas del año pasado. En el 2000 fallaron las lluvias pequeñas (en el período marzo-junio), particularmente importantes para la agricultura. Sucesivamente las grandes lluvias de junio-septiembre llegaron con retraso de cuatro semanas, con lo cual los cultivos no tuvieron tiempo suficiente para madurar. La cosecha del 2002 ha sido la más pobre desde 1993, mientras el ganado ha disminuido del 20% respecto al 2001.

Desde hace diez años Eritrea es un estado independiente, donde viven cerca de tres millones y medio de personas. La mayor parte de la población se basa principalmente en la agricultura y la pastoricia. En las condiciones normales Eritrea está en grado de producir el 40% de sus necesidades, el resto viene importado y una parte procede de ayudas internacionales.