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África Meridional


Botswana mata de sed a los Bosquimanos del Kalahari

Survival (26 de Febrero de 2002)

'Sabemos que esta tierra perteneció a los abuelos de nuestros abuelos. Pero ahora, sólo porque somos bosquimanos, quieren robarnos nuestra tierra.'
Mujer bosquimana, Gope

Los bosquimanos son un pueblo de cazadores-recolectores que desde hace más de 20.000 años vive en las tierras del Desierto del Kalahari. La reserva en la que viven fue creada en los años sesenta para proteger su derecho a mantener su modo de vida, pero desde hace más de una década, el gobierno les está presionando para que abandonen sus tierras. Se han denunciado coacciones, abusos y casos de tortura.

El gobierno de Botswana ha cortado la pasada semana todo suministro de agua a las comunidades bosquimanas gana y gwi que viven en el Desierto del Kalahari. Se trata de un último intento de forzar a estas familias a salir de sus tierras ancestrales. Muchos de los 700 bosquimanos que aún permanecían en la reserva a principios de este mes se han visto ahora obligados a abandonarla.

Los gana y gwi han vivido en sus tierras, que incluyen el área en que se ubica la Reserva, durante 20.000 años. En virtud del derecho internacional, son propietarios de esta tierra. Pero desde hace 16 años, el gobierno de Botswana está llevando a cabo una campaña de acoso con el fin de expulsarlos de sus tierras y trasladarlos a 'campos de reasentamiento' donde no pueden conservar su modo de vida, y se vuelven dependientes de las asignaciones gubernamentales. La desidia, el alcoholismo y la desesperación son comunes en estos campamentos, que han sido descritos por algunos bosquimanos como 'el lugar de la muerte'.

Funcionarios del gobierno han trasladado a cientos de bosquimanos a estos campamentos en camiones a lo largo de las últimas semanas. Otros están decididos a quedarse a pesar de las coacciones del gobierno. Un portavoz bosquimano afirmó el jueves pasado que 'la gente está desesperada, no sabe qué hacer ni adónde ir'.

El gobierno afirma que no puede permitirse la continuidad del suministro de agua y otros servicios a las comunidades bosquimanas de la reserva, aunque su coste es de sólo 3 euros por persona y semana, y la Unión Europea se ha ofrecido a financiarlo. El gobierno ha ignorado esta oferta. Tras esta actitud del gobierno se esconde un profundo racismo; el propio presidente ha calificado a los bosquimanos de 'criaturas de la edad de piedra'. Su gobierno pretende abrir la reserva al turismo, y considera a los bosquimanos un obstáculo para ello. Muchos creen también que los depósitos de diamantes hallados en la reserva han influido de forma determinante en la decisión del gobierno de expulsar a los bosquimanos.

Para Survival, el gobierno de Botswana está intentando acabar por completo con las comunidades gwi y gana. Dejarlas sin agua es sólo una forma de forzarlas a trasladarse a los campamentos gubernamentales donde han de abandonar su vida tribal, convirtiéndose en mendigos y borrachos. Todo esto constituye el mayor crimen perpetrado contra los bosquimanos desde hace décadas. Pero puede y debe evitarse.


Survival está manteniendo concentraciones silenciosas semanales ante el Consulado Británico en Madrid (Marqués de la Ensenada, 14), que se desarrollan simultáneamente también en Londres, París y Milán.

Notas: los nombres gana y gwi contienen sonidos que no quedan recogidos en esta grafía, y que pueden transcribirse como g//ana y g/wi. Survival omite los símbolos '//' y '/' ya que no son comprendidos por la mayor parte del público a nivel internacional.