DOCUMENTO 8

 

EL JUBILEO

Planteamiento teológico-cristiano.

Postura personal y de la Iglesia

por François Houtart (Lovaina)

 

                                                                          

La conferencia que me han pedido los amigos de CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO en sus Jornadas anuales, tratará sobre el tema del Jubileo y la Deuda Externa desde una visión teológico-bíblica.

Dividiré esta intervención en varios puntos: 1º. Acerca del sentido del Jubileo en la sociedad judía. 2º. Sobre la función de la Deuda Externa en el sistema capitalista mundial. 3º. Sobre el Jubileo desde la perspectiva de la Doctrina social de la Iglesia. 4º. Sobre la ética social de la Teología de la Liberación, tratando de mostrar las diferencias con la de la doctrina social. 5º. Sobre la actitud de Jesús en el seno de la sociedad palestina, lo que nos puede ayudar a fijar la actitud cristiana. Concluiré con unas observaciones acerca de la deuda y la ética cristiana actual y la ética cristiana para el próximo siglo o lucha contra el capitalismo.

 

1º. Sentido del Jubileo en la sociedad judía.

¿Cual era el sentido del Jubileo en la sociedad judía? Es importante conocerlo para entender su significado real. Porque, en primer lugar, tenía relación con el Dios de la justicia. Es decir, se trataba de restablecer una ética social entre los hombres que tuviera como referencia al Dios del Reino.

En segundo lugar, tenía un carácter fundamentalmente económico. Se trataba de un mecanismo social regulador con el fin de evitar la concentración de la tierra y promover el intercambio de mercancías. Se quería evitar que se produjera una situación de desigualdad intolerable y fomentar la capacidad adquisitiva de la población. Si una parte de ésta no dispone de dinero suficiente la actividad mercantil, no puede tener lugar. Todo ello en consonancia con un tipo de sociedad muy particular que bien podemos llamar tributaria de segundo grado. Es decir, una sociedad en la que la relación fundamental entre el estado y las entidades locales es de tipo tributario. En otras palabras, se paga un tributo a la entidad central cuya finalidad es servir el bien común. En las sociedades tributarias de primer grado, existe una gran reciprocidad entre los individuos y las entidades locales de gobierno. Son las sociedades que Marx denominó como de modo de producción asiático. ¿Qué sucede en la realidad? Que al cabo de un tiempo la igualdad inicial deja de ser real y surgen enormes desigualdades entre el poder central y individuos. En el caso de Israel, el poder político o religioso se centraba en el templo. Este acapara cada vez mas el producto del conjunto y las entidades locales. Igualmente, era también el caso de la sociedad palestina en la que no existía ya el equilibrio entre la entidad central de los reinos y el pueblo. La obtención del sobreproducto producía desigualdad entre las partes. Esta situación sobrevino con el desarrollo de los reinos en Israel.

Este hecho, este desequilibrio, explica también la aparición de los profetas que pronunciaban un juicio sobre tal situación de desigualdad y de explotación. Este tipo de sociedad tributaria era, además, una sociedad más o menos teocrática con una legitimación de tipo religioso del poder y una ética también religiosa. De esta forma, en este tipo de sociedad el hecho de la proclamación del Jubileo era un mecanismo de regulación social. Cuando cada cincuenta años se redistribuía la tierra y se cancelaban las deudas, y se reconocía de forma implícita que existía una estructura de relaciones sociales de desigualdad. Era, al mismo tiempo, una manera de reconocer que se necesitaba un mecanismo automático a tiempo fijo para solventar este tipo de problemas.

 

2º. La función de la Deuda Externa en el sistema capitalista mundial.

Para comprender lo que significa el Jubileo bíblico en nuestro tiempo y para poder construir una ética social desde la perspectiva cristiana, necesitamos, lógicamente, hacer un análisis de la realidad de nuestro tiempo. Y un tema central en las actuales relaciones mundiales entre países pobres y ricos es el tema de la Deuda externa. Tenemos por lo tanto que estudiar la función de la deuda dentro del sistema capitalista actual. Y lisa y llanamente debemos decir que la Deuda es simplemente un mecanismo de transferencia de riqueza desde el Sur hacia el Norte.

El Obispo del Brasil, Helder Cámara, fallecido hace poco, decía que la ayuda que presta el Norte al Sur queda de hecho anulada con las transferencias de la deuda del Sur hacia el Norte. La Universidad de México acaba de publicar un estudio sobre ese flujo de riqueza y capitales que ha ido desde América Latina hacia el Norte durante los diez últimos años. Este flujo ha alcanzado la cifra de tres mil millones de dólares. Y el flujo, en sentido contrario, del Norte hacia América Latina en concepto de ayuda al desarrollo, ha sido diez veces menor. Este flujo del Sur al Norte responde a la lógica misma del sistema de acumulación del capital.

Hacia el año 65, más o menos, se formaliza un acuerdo entre los organismos financieros internacionales de las grandes potencias en orden a establecer el neoliberalismo y a cambiar este orden de cosas a favor del capital. Se trata de hacer realidad una nueva situación financiera. Como la acumulación capitalista se había visto frenada desde el siglo pasado por los sucesivos acuerdos entre empresarios, clase obrera y Estado (prácticamente desde el fordismo), había que recomponerlo. Este acuerdo es el origen de esta nueva ola de economía liberal y de sus consecuencias. Se trata de una ofensiva mundial en contra del trabajo dejando en la cuneta del paro y de la marginación social a centenares de millones de personas. A partir de entonces Washington orienta toda la realidad social hacia el sistema neoliberal que no es otra cosa que una reconstrucción de la acumulación capitalista.

La Deuda externa sólo cabe situarla en la perspectiva global del sistema neoliberal, es decir, dentro del sistema capitalista. Sólo ahí es donde se puede entender el problema de la deuda. Y se puede calificar de un hecho inmoral. Ya sea por su origen, por su cuantía, o porque sirve para pagar armamento. Y también porque es un buen soporte para mantener la hegemonía de los grupos de intereses del Norte y de la oligarquía del Sur. La Deuda está de hecho satisfecha cuatro veces. Este flujo del Sur hacia el Norte resulta insoportable cuando se sabe que muchos países deben pagar sumas enormes que sobrepasan los gastos de inversión de muchos países en educación o sanidad etc.

Pero avancemos un poco mas. Dentro de la sociedad contemporánea ¿que significa la deuda? Un análisis más profundo nos lleva a afirmar que esa deuda está en función de la lógica del sistema capitalista según la cual todo es reducido a mercancía. Quiero subrayar ahora precisamente eso: que en el mundo del libre mercado todo queda reducido a mercancía y todo intercambio debe implicar una garantía. Y además en la lógica de este mercado, en la lógica de esta relación social triunfa el mas fuerte. Ese triunfo se traduce para todos los países empobrecidos, en el aumento constante y perpetuación de la deuda.

 

3º. El Jubileo desde la perspectiva de la Doctrina social de la Iglesia.

Para apoyar el Jubileo la Iglesia Católica ha tomado como punto de partida doctrinal su Doctrina Social. Las otras Iglesias cristianas se han apoyado directamente en la Biblia. La conciencia ética, en lo que a lo social se refiere, es mayor en la Iglesia Católica en razón de su cultivo desde hace tanto tiempo de la Doctrina Social. Pero ambas, tanto la Iglesia católica como las otras Iglesias cristianas, nunca han entrado en un análisis a fondo de su auténtica función socioeconómica. Se preocupan de la deuda a partir de la conciencia del sufrimiento de los pobres, nunca a partir del análisis de las estructuras sociales injustas. Y estas consideraciones han influido enormemente en el modo cómo se ha afrontado el problema de la deuda.

La Iglesia, al afrontar el problema de los pueblos empobrecidos y de la Deuda, parte de un planteamiento individual, no estructural de la pobreza. Según los documentos sociales de la Iglesia, la sociedad queda configurada como una suma de individuos. Por tanto, lo primero que hay que hacer es llamar a la conciencia moral de los ciudadanos en orden a cambiar la sociedad. El error está en considerar la sociedad como simple suma de individuos. Nosotros mantenemos que la sociedad queda ante todo definida por las relaciones sociales entre ellos.

Existe la tendencia en dicha doctrina a definir la sociedad como la suma de dos estratos o categorías sociales superpuestas. Esto es muy importante porque ello significa que aunque se hable de clases sociales no se consideran como tales porque no se las ve en relación estructural dialéctica, antagónica, sino, simplemente, como categorías sociales como estratos superpuestos. De ahí que se concluya, que la realización del bien común consiste en la colaboración de las clases y así construir una sociedad mas justa en la que cada ciudadano se mantenga dentro de las categorías sociales existentes.

Es esto lo que esta en el fondo de la Doctrina Social de la Iglesia. Es una visión de la sociedad en términos de estratos, no de auténticas clases en la que el bien común reside en la aportación de cada uno, pero dentro de su rango social sin caer en la cuenta de que existen relaciones sociales antagónicas. Estas son las que impiden la consecución del bien común y en consecuencia no basta con el hacer llamamientos a la conciencia moral. El juicio ético derivado de ese tipo de visión condena solo los efectos negativos e injustos del sistema que ha degenerado en capitalismo salvaje, pero no condena al sistema como tal generador de desigualdad.

 

4º. La ética social de la Teología de la Liberación,

Por estas razones, la Iglesia, en la propuesta social de cancelar la deuda de los países mas pobres, no va incluida la critica de la misma lógica del sistema que la genera. Es muy distinto el planteamiento que hace la ética social de la Teología de la Liberación al afrontar este problema. La Teología de la Liberación deja claro que las relaciones sociales antagónicas propias del sistema capitalista son en realidad el problema de fondo. Es preciso hacer lo que se llama un análisis de clase tal como lo hizo Marx, pero aplicado ahora a los países del Sur. Es fundamental observar varias cosas. Primero, analizar la globalización de la economía de tal manera que veamos que está hecha para servicio del capital. Segundo, que las relaciones sociales que implanta el sistema son el problema de fondo de la Deuda. Tercero, que ahora, estas relaciones y esta Deuda, están siendo universalizadas y tienen efectos muy diversos. Por varias razones, porque la mayoría de la población mundial vive en el Sur, y porque no hay una relación directa entre capital y trabajo sino indirecta. El capital organiza ahora el conjunto de la dinámica económica mundial con un carácter unipolar: es decir, sólo existe un polo sobre el que gira la economía, el del capital. La relación capital-trabajo como dominio indirecto del capital se realiza con nuevos mecanismos más sofisticados: la fijación de precios, las primas, etc.

Hay muchísimos pueblos que siguen viviendo todavía en una economía prácticamente de subsistencia. Y esto se debe a las exigencias del pago del servicio de la deuda y de las condiciones durísimas que han impuesto el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a esos pueblos, para poder pagar la Deuda. A estas condiciones les han llamado Planes de ajuste estructurales. Este sistema no necesita integrar en el mercado laboral a esos millones de personas, de los que prescinde. La relación capital-trabajo ha de continuar en el mercado laboral y se sigue reproduciendo en una cultura y en unas relaciones sociales de tipo precapitalista. Por eso, la ética social de la Teología de la Liberación tiene presente y utiliza el análisis de clase, de unas clases opresoras y de otras clases víctimas por los mecanismos de funcionamiento inherentes al capital. Las nuevas víctimas son el enorme ejército de los excluidos.

Nosotros afirmamos que no existe una ética social de principios absolutos, como pretende la Doctrina Social de la Iglesia, de la que puedan deducirse conclusiones, sino que toda ética social exige la mediación de un análisis de la circunstancia social e histórica por la que atraviesa. Este análisis mediador lo podemos llevar a cabo también con personas pertenecientes a otras religiones. Y viene ahora la pregunta de cuál tiene que ser el papel de la fe al elegir un análisis concreto social y del consiguiente compromiso. Está claro que la fe nos impulsa a leer la realidad desde el punto de vista de los pobres.

Depende de la perspectiva a partir de la cual uno lea la realidad la lectura puede ser una u otra según se tome el punto de vista del rico o del pobre. La mirada neoliberal, propia de los vencedores, es muy distinta de la mirada de las víctimas. La mirada de la Iglesia, una mirada de fe, siempre debe leer la realidad desde la plataforma de los pobres. Recuerdo que hace algunos años en una zona de Bruselas cercana a la estación del Norte se estaba construyendo un nuevo barrio de negocios llamado Managua precisamente. Y se intentaba por todos los medios forzar a los habitantes que eran inmigrantes a desalojar el barrio sin recibir ninguna indemnización. Se había formado ya un comité en apoyo de esta gente. Un día yo estaba en una sesión del comité y vi como una persona trajo una carta de invitación de un grupo de antiguos alumnos de la Universidad católica de Lovaina para la reunión anual que iba a tener lugar precisamente en el primer edificio grande de los ya construidos y en el que había un restaurante. La reunión iba a comenzar con una Eucaristía celebrada por el mismo rector de la Universidad. Hablé con el y con algunos antiguos alumnos y me dijeron que habían elegido este edificio porque constituía un símbolo del dinamismo económico de la ciudad de Bruselas. Una celebración cristiana pues en el templo del capitalismo era para ellos algo totalmente positivo sin darse cuenta que este edificio había desalojado a centenares de personas dejándolos sin vivienda. Es sólo un ejemplo de como la misma realidad puede ser analizada y vista de muy diversa forma según se la vea desde arriba o desde abajo. Todo análisis es un análisis situado. Sólo debemos saber bien cómo tiene que ser el análisis elegido por una óptica auténticamente cristiana.

 

5º. La actitud de Jesús en el seno de la sociedad palestina

Una palabra también sobre la actitud de Jesús de Nazaret en la sociedad palestina de su tiempo. Está claro que en aquél tiempo no había ningún desarrollo de las ciencias sociales. Debemos decir, con todo, que la sociedad en tiempos de Jesús era una sociedad de relaciones mucho más evidentes. Existían los terratenientes que ostentaban el dominio social y los sumo-sacerdotes que tenían la administración del Templo. Era relativamente sencillo detectar cuáles eran las diferencias y dónde residía el poder, en contraste con nuestro mundo actual de bolsas de valores, de fondos de inversión etc. más difícil de comprender.

Lo importante es que Jesús denunció la existencia de un poder como poder opresor. No sólo fue crítico frente a los símbolos fuera la pureza legal o el sábat -y la verdad es que eso en el ambiente de Jesús resultaba una critica efectiva y dura- sino que además Jesús llevó a cabo un juicio sobre los acontecimientos colectivos de esa crisis, por ejemplo cuando dijo que el podía reconstruir en tres días el Templo destruido. Es evidente que esto era un lenguaje subversivo pues el Templo era el centro del poder político y el Sumo Sacerdote ostentaba la potestad suma. Los romanos con mucha inteligencia habían utilizado esta estructura para llevar a cabo la colonización del país pues se habían reservado el nombramiento del Sumo Sacerdote eligiéndolo de entre las cuatro familias de siempre. Por eso la critica de Jesús al Templo no sólo era de índole religiosa sino también social, es decir, critica de las relaciones sociales que imponía y simbolizaba el Templo. Nosotros debemos hacer también algo parecido. No solo frente a sociedades mucho mas complejas llevar a cabo un análisis de lo que es aparencial sino ir al fondo de la realidad.

 

6º. La deuda y la ética cristiana actual.

¿Cuál debe ser la actitud de la ética cristiana frente al asunto de la deuda? La actitud que ha adoptado la Iglesia de España frente a la deuda ha sido bastante radical pues ha exigido la abolición de la deuda. Sin embargo, como en la mayoría de los casos, se echa de menos un análisis que vaya mas al fondo. Pero al final, la actitud resulta ingenua porque la cantidad a cancelar legalmente esta muy por debajo de la realidad. Si los obispos españoles optaron por la que Max Weber llama ética de convicción, los alemanes eligieron mas bien una ética de responsabilidad. Es decir, propusieron que la deuda sea algo que se vaya cancelando de modo progresivo. El hacerlo de modo drástico, decían, traería inconvenientes para los mismos países del Sur.

También se ha dicho que tanto los gobiernos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) han demostrado su buena voluntad pues han puesto el problema de la deuda en el orden del día como asimismo la lucha contra la pobreza. Hace algunos días visité la sede del BM en Washington y vi la inscripción de la entrada: "tenemos un sueño: un mundo libre de pobreza". ¿Pero el BM va a llevar a cabo este sueño? Fijémonos en las decisiones del G-7 en Colonia. Bajo la presión de las fuerzas sociales decide suprimir 20 billones de la deuda externa de los países más pobres pero con condiciones aún más duras que las habituales vinculadas a los ajustes estructurales y después de mucho ruido se comprueba que la reducción implica tan sólo el 1% del total de la deuda, que asciende a 2 billones de dólares. El FMI, por su parte, anuncia como una gran noticia que se va a proponer rebajar la deuda de los países del Sur en 70 billones. Ello significa el 0'7 tan sólo del total de la deuda. El BM cuenta ahora con una sección para la abolición de la deuda externa de los países mas pobres. Sin embargo es el que va a dictar las condiciones de su realización. Sabemos muy bien lo que significa esto: un mecanismo que favorezca la intercomunicación de las empresas para introducirlas en la economía mundial.

Quiero decir que frente a todo esto si nuestra campaña en favor de la cancelación de la deuda queremos que tenga éxito, debe de propugnar una nueva estructuración de la economía mundial. La deuda de los países pobres no es otra cosa que un resultado del sistema económico imperante. La campaña del Jubileo puede ayudar a que el mundo cristiano tome conciencia de ello.

 

7º. Ética cristiana para el próximo siglo: la lucha contra el capitalismo.

¿Cuál debe ser la ética social cristiana para el nuevo siglo? Claramente: no basta ya con criticar los abusos del sistema capitalista, deslegitimarlos y apelar a un capitalismo civilizado. No hay más que un sistema capitalista que actúa de modo salvaje. Después de la caída del muro de Berlín, no tiene enfrente una resistencia política y social, como era la de la Unión Soviética, y ahora se mueve de modo salvaje. Y cuando encuentra ante sí una oposición de clase, fuertemente organizada, y solidaria, le obliga a actuar de modo más civilizado. Pero, sigue siendo el mismo sistema. Tenemos obligación de desenmascarar la entraña inhumana del sistema capitalista como tal y su lógica y estrategia fatales. En una reunión del FMI hablaba Campdessus, su director general, con tono mesiánico de la ley del mercado como ley natural y de la intención del FMI de hacer realidad el Reino de Dios. Recientemente en una cena él respondía a mis objeciones tachándolas de populismo, irracionalismo y escaso espíritu cristiano. El FMI -decía- es un organismo internacional que trabaja para el bien común de todos los países. Tenemos obligación de desenmascarar esta mentira.

¿Cuál podría ser nuestra actitud? Hay dos cosas fundamentales. En primer lugar, la ética social del nuevo siglo debería desmitificar el mercado como ley natural y eterna. Es al mismo tiempo una exigencia de fe. El mercado no se rige por leyes de tipo natural ni eterno. Al contrario, hay que establecer la tesis de que se trata tan sólo de un hecho cultural. En segundo lugar, esta nueva ética ha de estar construida sobre un análisis de la realidad. Esto implica que hay que estar trabajando constantemente en su estructuración y nunca darla por concluida. La ética es siempre algo situacional pues los hechos y sus relaciones varían constantemente. Debemos construir análisis desde la perspectiva de los pobres en orden a construir un mundo más humano. A una ética social le incumbe, finalmente, indicar puntos de partida, proporcionar orientaciones y elaborar fórmulas de trabajo. Será una labor difícil y un proceso largo. Lo hemos aprendido tras el fracaso del socialismo real.

Tenemos que comenzar por pequeños pasos como, por ejemplo, el de la tasa Tobin como mecanismo de regulación del capital financiero. Se trata de luchar para implantar este mecanismo de regulación del sistema, no con la intención de salvarlo como pretende George Soros que propugna la regulación del capital financiero con la intención de mantenerlo. Se trataría de dar un paso para transformar el sistema de manera fundamental.

La ética social del nuevo siglo debe, pues, proponer regulaciones pero siempre acompañadas de iniciativas de cambio de las estructuras sociales fundamentales con objeto de llegar a otra organización de la economía diferenciada de la del capitalismo. Debemos rechazar constantemente que toda relación social no es una relación mercantil, puesto que el sistema todo lo que toca lo convierte en mercancía, sino en otro tipo de relaciones más humanas. Tenemos que comenzar por los intercambios económicos para pasar después a la transformación de la cultura, de la música, el arte, la religión, todo lo cual constituye una labor a largo plazo. Concluyo pensando que todo esto que he dicho puede servirles a ustedes y a otros muchos. Hay pues mucho que hacer. Pero es un trabajo que tiene un gran sentido con vistas al futuro.

 

                                                                - Coloquio -

 

Primera intervención.

- Muchas gracias por su análisis y por las propuestas de acción al final de su ponencia. Lo primero que se me ocurre en referencia a la necesidad de hacer la critica del sistema y estructurar una nueva ética fundada desde la perspectiva de los pobres etc. es decir que nosotros no seriamos las personas adecuadas en orden a asumir estos planteamientos sin que llevemos a cabo una revisión profunda de las concepciones tradicionales cristianas y marxistas que hemos recibido. En segundo lugar que eso de cambiar el sistema para muchos puede ser un aventurismo ya que occidente, el Norte, nos creemos estar en posesión de la verdad, y la verdad para nuestro mundo es es el mercado, el consumo, la propiedad etc. Desde esa nueva ética social ¿qué ética individual, qué transformaciones deberíamos experimentar y qué organización debería tener la Iglesia en orden a pensar de esa forma?

- François Houtart. Efectivamente, eso significa una revolución y cambiar el camino por el que andamos, pero es que es imposible continuar por el camino que llevamos. Lo que he dicho pone en total peligro la organización eclesiástica y además plantea el problema de aceptar el análisis marxista aunque no dogmático. Una de las razones de la debilidad del socialismo real fué que una vez que se implantó políticamente, cesó todo análisis marxista del mismo sistema socialista. Y la verdad es que la reflexión y la crítica debe afectar también a las personas individuales. Por ejemplo, la forma de proceder con nuestros bienes, el problema de colaboración con los sistemas, la necesidad de reflexionar e iluminar líneas de acción etc. Es verdad que ahora dentro del sistema económico mundial ya hay quienes comienzan a cuestionar el sistema hasta tal punto que piensan que ya no se puede confiar en él a la vista de los problemas ecológicos y de la pobreza en aumento. Pero el sistema por si mismo no va a caer, no se va a suicidar.

 

Segunda intervención.

- ¿Cree Ud. que en la formulación de la llamada tercera vía ha tenido algo que ver una cierta inspiración cristiana? Parece, por ejemplo, que el "experimento Blair" tiene en su base influencia cristiana aunque no precisamente católica.

- F. H. :  En Bélgica, por ejemplo, existe ahora una alianza política entre liberales y socialdemócratas. Los liberales se llaman liberales sociales y los socialdemócratas socialistas liberales. No se ve diferencia. Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique dice que la derecha en Europa no tiene prácticamente mucho poder, la verdadera derecha es la socialdemocracia. Acepta la lógica del sistema tratando de adaptarlo a unos principios humanistas sociales en consonancia con la sociedad occidental pero la lógica del mercado sigue siendo el principio fundamental. Evidentemente proponen regulaciones pero son tales que no van hasta el fondo del sistema. Más todavía en el caso Blair, que produce la sensación de ser pura ideología liberal. Hay cierta diferencia con los Estados Unidos de América (EUA) donde existe también una derecha como tercera vía. En relación a esto en los últimos días, he tenido reuniones con los sindicatos norteamericanos. Dentro de la sociedad norteamericana hay 43 millones de personas que no tienen ninguna cobertura médica. Hay gente que ha perdido elevados empleos y han tenido que aceptar empleos mucho más bajos. Ha habido regulaciones de empleo y una pérdida de poder de los sindicatos. Ahora el 10 % de los trabajadores norteamericanos está en paro. Probablemente la tercera vía no llevara tan lejos la lógica liberal sino que intentara un equilibrio entre mercado y la organización social en la línea de la Doctrina social de la Iglesia. Desde el punto de vista social condena al socialismo y al capitalismo en sus abusos y propone la economía social de mercado. Por otra parte la tercera vía tiene algo en cuenta las relaciones sociales para poder alcanzar cierto equilibrio con un poco mas de dinero y de cobertura social que aun subsisten en ciertos países europeos.

 

Tercera intervención.

- En tanto que CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO este tipo de intervenciones creo que nos ayudan. Porque en su origen CPS quiso conciliar cristianismo y revolución. Tras aquel primer momento hemos pasado por la confusión y el debate en el mundo social y político. En el seno de la Iglesia siempre tuvimos la sensación de que las aguas corrían en contra de nosotros, que nos tocaba remar contracorriente. Y con el tiempo, la alternativa de izquierdas se ha ido difuminando no en las ideas pero si en su traducción política y también dentro de la misma Iglesia. Para nosotros esto ha constituido un sufrimiento. Por eso necesitamos continuamente poner a revisión y reafirmar nuestra ideología. Yo creo que ya a partir de la crisis general aparecen en el horizonte nuevas aunque pequeñas luces, ¿qué grupos, que orientaciones tanto de la propia Iglesia como a nivel social se ven en este momento que pudiéramos considerar próximos a los planteamientos de CPS?

- F. H. : Es verdad que hemos vivido un tiempo de confusión, no sólo política sino también intelectual. Me parece que estamos en presencia de orientaciones diferentes. No se habla ahora de alternativa, sino de que existen muchas alternativas sabiendo que eventualmente deben verificarse en muchos sitios, en muchos dominios. Tal vez la decisión por la utopía de un mundo justo, sin desigualdad donde realmente exista una solidaridad, defina la utopía siempre cuidando de guardar el estatuto lógico que consiste no en algo posthistórico sino en algo que se tiene que ir construyendo hasta el fin del mundo en dialéctica y cuyo final seria ya el Reino de Dios.

Esto conlleva un cambio de perspectiva pues sabemos que no tenemos nunca respuesta concreta y que esa respuesta es algo que tenemos que ir construyendo. Hoy vemos que, desde el punto de vista intelectual del análisis, existe una ebullición interesante con muchas ideas nuevas, toda una vitalidad intelectual de izquierdas que surge de nuevo tanto en Europa como en Estados Unidos. El reto consiste en unificar estos planteamientos en un esfuerzo común. Tratamos de hacerlo a través de una revista que representa el pensamiento del Sur sobre los grandes problemas del mundo actual de modo critico y alternativo. Y existe ya por suerte mucha reflexión de inspiración marxista que puede ayudarnos en la búsqueda de estas nuevas alternativas.

Por otra parte, es verdad que contamos con que las resistencias al sistema neoliberal se multiplican en el mundo actual. El gran problema es que la economía y el capital van siendo globalizados y que las resistencias y las lucha son fragmentarias. Lo que tenemos que tener muy claro es ver si realmente tales luchas tienen un papel antisistema capitalista. Esto es lo que es preciso ver y analizar constantemente. Muchas veces resulta que el fundamento de todas estas resistencias y luchas es el mismo. Da igual que se trate de la lucha de los dalis (los fuera de casa) en la India o la de Chiapas. La lucha de los "dalis", por ejemplo, es bien interesante. Cambiaron su nombre, los arisa, que Gandhi les había dado, por el dalis, que significa marginado. Todo esto implicaba un cambio en la conciencia de millones de personas en la India. Y en los últimos diez años ha habido momentos duros y una lucha fuerte. Fue precisamente en el momento en que la India comenzó a liberalizar el mercado, aceptando las exigencias del FMI. Estas duras condiciones llevaron a suprimir las ayudas alimenticias y las cuotas de subsidio para la enseñanza, de las castas mas bajas. Las primeras víctimas fueron los dalis, pero como viven fuera de la relación directa capital-trabajo la reacción que han tenido no es de clase sino de casta.

También debido a la implantación del sistema mundial, Chiapas comenzó su defensa en enero del 94 (coincidiendo con el inicio del Tratado de Libre Comercio entre EUA, Canadá y México). También la explosión étnica en Rwanda se debió al hecho del peso de la deuda externa y de la baja del precio del café que hizo caer al campesino en una situación desesperada. El conflicto se ha expresado como étnico pues esa es la realidad cotidiana de la gente de allí. Lo mismo se puede decir de los conflictos islámicos o hindúes. Hay también un montón de conflictos y resistencia protagonizados por las mujeres. Los Nuevos Movimientos feministas del Tercer Mundo revisten un carácter mucho más social que los de los comienzos en Europa y EUA puesto que ahora la pobreza es sobre todo femenina.

A título de ejemplo, permítanme explicar lo que en enero este año 1999 ocurrió en el encuentro que empresas y países más ricos del mundo celebran anualmente en la pequeña ciudad de Davos, en Suiza con el título Foro de la economía mundial. Con el Foro Mundial de las Alternativas, ATTAC y otros cinco movimientos sociales mundiales y con los sindicatos de Corea del Sur y una combinación de alternativas agrícolas, nos constituimos en colectivo disidente para organizar un congreso paralelo. Por fin, fuimos a Davos con el objetivo de presentarnos en una conferencia de prensa. Tuvimos muchas dificultades para poder llevar a cabo la reunión. Porque para poder entrar en la ciudad había que pasar por muchos controles. Davos era como una fortaleza donde no se podía encontrar un hotel y una habitación sin pasar antes por un servicio de orden del Foro de la economía. Pudimos, al fin, entrar con un autobús poniendo una pancarta de Le Monde Diplomatique. Esperamos como una media hora antes de entrar y pudimos a continuación dar nuestra rueda de prensa. La misma noche, el Foro mundial publicó un comunicado acusándonos de no aceptar el diálogo !.

Es posible, pues, poner en marcha poco a poco movimientos alternativos. Ahora tratamos de coordinar los movimientos campesinos del mundo, los de India, América etc. Hay muchas iniciativas. ¿Qué pasará en diciembre en Seattle en la magna reunión de la Organización Mundial del Comercio? Son ya muchas las ONGs que se preparan y se coordinan para resistir. Todo esto es en extremo interesante. Pienso que tenemos que tratar de ver todo lo que esta ya pasando.

Algunos sindicatos comienzan también a adoptar posturas mas profundas y menos reformistas, Me llamó mucho la atención encontrar en algunos sindicatos muy importantes de Estados Unidos dirigentes con pensamiento marxista, miembros de partidos de izquierda incluso del partido comunista. Evidentemente los gobiernos pueden evolucionar, institucionalizarse y perder la dinámica o las perspectivas pero nunca es algo definitivo. Podemos encontrar espacios. Pienso que el Jubileo es algo con lo que podemos ayudar a avanzar. Existe ATTAC. Las luchas van creciendo poco a poco. En España hay clase media y sindicatos y tengan presente que en el s.XIX, frente a una gran potencia y capacidad del capital, cuando las luchas eran tan fuertes como ahora, la clase obrera tuvo éxito. Y esto puede volver a ocurrir.

                                              

 

 

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