NI GUERRA, NI OCUPACIÓN

 
11 de Mayo de 2.003
 


El colectivo CRISTIANOS POR EL SOCIALISMO estima que esta invasión sigue su curso. Es posible que la batalla militar de los grandes bombardeos y los lanzamientos de misiles hayan terminado. Los agresores, por el momento, han ganado. Pero continúan las otras batallas de menor visibilidad o repercusión internacional como pueden ser los asesinatos constantes de irakíes pacíficos que se manifiestan en contra de las tropas de ocupación anglonorteamericanas. Se asustan de cualquier “extraño” que ven en las calles y tiran a matar. No podían querer a Sadam, pero tampoco quieren a Bush. Necesitan un proyecto político para la democracia y el desarrollo que no se lo puede ofrecer el vacío de poder que ahora existe. Todos sabemos que no encontraron armas de destrucción masiva, ni se han demostrado vínculos con Al Qaeda, ni han capturado a Sadam como pretendían, ni protegido a la población civil ni a los hospitales, ni el rico patrimonio cultural. Sí han protegido los pozos petroleros. Y siguen empeñados en mantener su fuerza invasora. Según dijo Bush, desde el portaaviones Nimitz, “continuaremos la cacería del enemigo antes de que pueda atacarnos”. Irak no es libre. La libertad no llega con los tanques. Tratan de impone en Irak un gobierno de ocupación al estilo colonial. Esto no es una liberación. Es la utilización de un abrumador poder de fuego para apoderarse de un país y de los recursos petroleros de Irak y eliminar la soberanía iraquí. Las heridas infligidas a este país siguen chorreando sangre. Por otra parte, cada éxito militar alimenta nuevas guerras y ya están tocando los tambores por una nueva invasión contra Irán, Siria, el Sur del Líbano y Coreo del Norte. Su estrategia es apoderarse de toda la zona de tal forma que se garantice a Israel que será la superpotencia incuestionable del Oriente Medio. La actual agresión a Irak es solo una pista de prueba, su actitud es mantener a toda costa una guerra preventiva permanente.

El resultado de todo esto es la humillación y el caos de una sociedad que creó hace 5.000 años la escritura y la primera civilización agraria del mundo. Ahora la violencia y el miedo se han impuesto. Y nos preguntamos qué papel van a jugar el Derecho Internacional, los Derechos Humanos, la Constitución, la Democracia. Lo que es posible que prevalezca sea el miedo. Ellos dicen: sembramos el terror en nombre de la lucha antiterrorista, convertimos la agresión en liberación, construimos la paz con la guerra. Ante estos mensajes no nos queda otra respuesta que la movilización de la ciudadanía, la conciencia subversiva”, las más profundas convicciones antiimperialistas. Y calificar de criminales de guerra a todos los que han participado en las decisiones de invadir Irak. El movimiento contra la guerra es algo más que desplazar electoralmente al PP. Se trata de desconectar a nuestro país de la maquinaria criminal de la globalización capitalista, como única forma de sumarnos a la causa de la paz, los derechos humanos y la democracia. De todas formas hay que mantener viva la memoria histórica y hacer lo posible para que la mayoría social que se manifestó en contra de la guerra se traduzca en votos ante las urnas del 25 de mayo. No podemos bajar el nivel de resistencia.

¿Podrá renacer Irak? ¿Pudo renacer Nicaragua? ¿Puede un exgeneral o un político de alta graduación gobernar a 23 millones de irakíes? En la reconstrucción de Irak se juegan fabulosas sumas de dinero de las que se benefician sobre todo empresas estadounidenses. Denunciamos el papel que se le asigna a España de ser “potencia ocupante” y trabajar en la dimensión humanitaria en determinados territorios a las órdenes de las fuerzas de ocupación británicas. Una vez más, sin el apoyo de las Naciones Unidas, sin buscar el consenso político ni contar con el Parlamento español y la opinión internacional. No se trata solamente de reconstruir las estructuras sociopolíticas y religiosas de un Estado, sino de rehacer desde los cimientos la vida humana, de recuperar esa escala de valores éticos, que suponen la confianza en la Humanidad. No queremos esas normas y valores que impone unilateralmente el gobierno Bush que conducen al caos y a la barbarie, sino aquellas que parten de un nuevo consenso de la comunidad internacional y vamos aceptando todos.

En su conjunto, los que pertenecemos a diferentes sectores de Iglesia, los que nos decimos cristianos hemos tomado distintas direcciones. Por un lado, los Cristianos de Base, entre los que estamos los de CPS, que se alinean en un No rotundo en contra de le Guerra. Por otro, el sector conservador como el Opus Dei, los Legionarios, Comunión y Liberación, los Neocatecumenales, etc. y los sectores fundamentalistas del ámbito norteamericano. Este sector dice que quiere la Paz y a la vez apoya la Guerra, y mantiene una postura de acuerdo con Bush, Blair y Aznar. Exigimos el fin de la ocupación de EEUU en Irak y que sepan crear las condiciones para que este pueblo se autogobierne.

Respecto a la visita del Papa a España, nos preguntamos ¿a qué ha venido Juan Pablo II a nuestro país? Lamentamos su incoherencia de proclamar ante el mundo entero su No a la Guerra, no mantener esta posición, y a la vez respaldar la postura política de Aznar y del PP. De hecho, se ha producido más división entre los españoles, entre esas dos Españas, cuyas heridas de la posguerra siguen sin cicatrizar.

Como creyentes en Jesús de Nazaret, estimamos que en virtud de ninguna creencia se puede utilizar la Fe para matar a ningún ser humano. Los de CPS nos situamos en el lado de acá de la trinchera: no queremos servir a dos señores. No serviremos a los señores de la guerra, sino al Señor de la Historia, al Dios de la Paz, al Dios de la vida, y apostamos porque no haya más recortes de la libertad en aras de no sabemos qué seguridad.



Madrid, 11 de Mayo de 2003

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