Miércoles, 30 de mayo de 2001
 
 
 


Powell no logra que los aliados apoyen el 'escudo antimisiles'
EEUU fracasa en la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN

BUDAPEST.- Los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN iniciaron en la mañana de ayer sus discusiones sobre los Balcanes, la defensa europea y el proyecto estadounidense del escudo antimisiles en su reunión semestral de dos días, que se celebró en esta ocasión en Budapest. Durante la reunión, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, trató de persuadir a sus escépticos aliados para que apoyaran los planes de defensa antimisiles de EEUU, sin muchos resultados.

Para el Consejo de la Alianza Atlántica, según la declaración difundida tras su reunión, la posibilidad de un ataque de misiles no supone una «amenaza común», como sostiene EEUU. La OTAN decidió «continuar las consultas» sobre el polémico escudo antimisiles, agradeciendo a EEUU que todos «los puntos de vista de los aliados se tendrán en cuenta en sus planes futuros».

La derrota de Washington consiste, básicamente, en que Powell no logró que se incluyera en la declaración final que los miembros de la OTAN se enfrentan a una amenaza común de un ataque de misiles. El comunicado recogió un simple: «Las consultas con los aliados incluirán la apropiada valoración de las amenazas».

Fuentes que prefirieron permanecer en el anonimato indicaron que Francia y Alemania se opusieron al duro lenguaje pretendido por Powell. El plan de defensa de misiles de EEUU «debe añadirse a nuestra seguridad y estabilidad. No debe conducir a otras carreras armamentísticas», explicó el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer, que remarcó la importancia de que en la reunión no se hubiera tomado decisión alguna sobre el polémico proyecto estadounidense hasta que no se produjeran más consultas.

Como una victoria menor, Powell logró persuadir a los ministros de Exteriores de la OTAN de que omitieran del comunicado final cualquier mención al tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) de 1972. La Administración de George W. Bush pretende modificar completamente dicho tratado, si no anularlo, pues éste prohíbe el desarrollo de los sistemas de defensa antimisiles nacionales.

En cuanto a los Balcanes, la OTAN volvió a condenar la violencia «extremista» en Macedonia, y reafirmó el apoyo de los aliados a un «firme, pero flexible» Gobierno en la antigua república yugoslava. «La OTAN apoya completamente la seguridad, estabilidad y la integridad territorial de la nación [Macedonia] y condena los ataques injustificados de los grupos armados», dijo, por su parte, el secretario general de la Alianza, George Robertson, que pidió a los aliados que inviertan en la mejora del equipamiento para afrontar futuras crisis que impliquen una intervención militar aliada.

En la reunión se trató, asimismo, la oposición de Turquía a que la Unión Europea tenga acceso automático a los contingentes de la OTAN para operaciones fuera del radio de la Alianza. Fuentes de la organización indicaron que «hay movimiento en la posición turca. Algunas señales positivas», mientras que el ministro turco de Exteriores afirmó que «se está avanzando rápidamente».

Sin embargo, el comunicado final de la reunión no refleja un cambio de posición sustancial por parte de Ankara. En la nota se da cuenta de que «las discusiones han mejorado las perspectivas de avances sobre los diferentes aspectos» que abarcan los acuerdos de la OTAN con la UE.


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