CUBA: DEMOCRATIZACIÓN para la SEGURIDAD NACIONAL

por José Manuel Martin Medem - Septiembre 2006

Tiene razón el opositor socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa cuando dice que la democratización es para Cuba una cuestión de seguridad nacional. Pero debe ser la democratización del sistema de defensa de la soberanía nacional y no la democratización desnacionalizadora que pretende imponer Estados Unidos o la democratización subordinada que la Unión Europea propone a cambio de un acuerdo general de cooperación.

Ahora lo fundamental no es Fidel Castro sino el futuro de Cuba, el futuro que los cubanos decidan.Y la democratización garantizaría la seguridad nacional si mantiene en posesión de los cubanos la capacidad para seguir defendiendo la soberanía nacional
¿Despertará la enfermedad en el Comandante la lucidez y la generosidad para facilitar un futuro de independencia? No lo creo. Y me temo que quien decida seguir defendiendo a la nación cubana tendrá que decidir la jubilación del abuelo ¿Es posible? ¿Facilitará Fidel Castro la regeneración de la Revolución? Es lo fundamental en la incertidumbre de su enfermedad de 80 años con 45 de poder absoluto.

El Comandante hizo de una isla una nación y lo que la Revolución defiende es la independencia de Cuba, permanentemente amenazada por Estados Unidos. La seguridad nacional depende del mantenimiento de esa capacidad de defenderse y sólo puede garantizarlo la democratización de la Revolución, la sintonía de un deseo de nación en la participación de la mayoría de los cubanos.

Mal entenderán el escenario cubano quienes no reconozcan el protagonismo histórico de Fidel Castro en la construcción de la auténtica independencia de Cuba. Lo más comunista de su Revolución es su internacionalismo y lo más revolucionario su nacionalismo antiimperialista. Lo peor ha sido y debe dejar de ser que la defensa de la soberanía nacional bloquee el derecho a la autodeterminación personal.

Y a la espera de la evolución de la enfermedad y de la actitud del Comandante, dos anotaciones:

1) No hay ninguna posibilidad de democratización con la política imperialista de Estados Unidos y la indiferencia de la Unión Europea: el candidato que entusiasma en Washington y en Bruselas, el inquietante Oswaldo Payá, advierte en su programa de transición que sólo se levantará el bloqueo cuando él tenga todo el poder, que liquidará las inversiones europeas para que Cuba vuelva a ser de los gringos y que perseguirá al PCC: ¡reconoce que los rojos serán sus prisioneros políticos!

2) Cuando se hacen las cuentas sobre el reparto de competencias en la transferencia temporal del poder público por la enfermedad de Fidel Castro, me parece que no se calcula bien el protagonismo que puede tener en no mucho tiempo la Asamblea Nacional presidida por Ricardo Alarcón para realizar las reformas que se conviertan en cambios.