Fernando Fernán-Gómez: cómico, trabajador, anarquista

Texto leído en la IV Semana de Cine y Debate Solidaridad Obrera (jueves 22 de noviembre)

Fernando Fernán-Gómez nació en el Perú, en la ciudad de Lima, el día 18 de mayo de 1921. Ayer por la tarde murió aquí, entre los límites de esta ciudad de Madrid.

Desde ayer y durante algún tiempo, indeterminado pero pendiente de nuestra nostalgia y la sonrisa que este nos ventee, todos hemos perdido la letra B. Desde el año 2000 Fernando Fernán-Gómez era la letra B , como miembro de ese abecedario humano que ocupa el edificio de la Real Academia de la Lengua.

Javier Tomeo, en su encantador y divertido alfabeto, nos presenta la B como el símbolo gráfico de una señora de poderosa anatomía, que viéramos pasar por debajo de nuestro balcón. Caminando decidida, segura. Avanzando siempre. Erguida. Rotunda en el paso. Exuberante, por dentro y por fuera.

Y nos recuerda que antiguamente la letra B se la relacionaba con el arte de la construcción en piedra. El material sobre el que se labró uno de los primeros alfabetos: crisol de palabras y puerta abierta a la imaginación.

Pelirrojo, barbudo, de poderosa anatomía, rotunda voz, siempre caminaba muy decidido. También después de dejarnos. Decidió que su cuerpo quedara abrigado en la bandera de sus ideas. Como un compañero, ante sus compañeros. ¡Salud, compañero Fernando¡

En esta tarde de cine y debate, queremos recordarle como en la película de José Luis Cuerda “La lengua de las mariposas”. Como maestro en una escuela de Galicia, en las vísperas de la guerra civil. Contándonos como comen las mariposas, según el relato de Manuel Rivas: La lengua de las mariposas es una trompa enroscada como un muelle de reloj. Si hay una flor que la atrae, la desenrolla y la mete en el cáliz para chupar. Cuando lleváis el dedo húmedo a un tarro de azúcar, ¿a qué sentís el dulce en la boca como si la yema fuese la punta de vuestra lengua? Pues así es la lengua de las mariposas.

Ahora que ha iniciado su último viaje, él que protagonizó otros dos extraordinarios, como fueron “Un extraño viaje”, en 1964, y “El viaje a ninguna parte”, en 1986...A los amantes del cine siempre nos quedará Fernando Fernán-Gómez.

¡Por la tierra y el viento que albergarán tu cuerpo¡ ¡Salud, Fernando¡