BIBLIOTECA POPULAR "LA CANDELA"

La Candela es el nombre de la biblioteca popular del barrio de Aluche. Comenzó a andar nuestra biblio con unas remozadas estanterías y un puñado de libros donados por l@s vecin@s del barrio y mucha más gente. Poco a poco ha ido acercándose a lo que nos apetecía que fuera a las personas que aquí participamos, o que participaron por algún tiempo y después se marcharon en mil direcciones. Y en ese camino estamos, en el de seguir moldeándola. Pero La Candela no es sólo una biblioteca, es un colectivo de barrio, con vocación de participar en la vida del barrio, con vocación de luchar por nuestros derechos y nuestras necesidades. La Candela es también centro social, como punto de encuentro de gentes e iniciativas, con ganas de construir desde la base una realidad más justa e igualitaria. La Candela es también ateneo, centro de cultura popular, desde el que ofrecer y difundir visiones alternativas a la que nos imponen los poderes políticos, económicos, culturales o mediáticos que se empeñan en dominarnos, con temáticas que presenten alternativas de lucha y organización al sistema de dominación establecido.

Como colectivo, nos organizamos de forma horizontal; la asamblea, semanal y abierta a la participación de aquell@s que lo deseen, es el espacio en el que se toman todas las decisiones sobre el qué queremos hacer, el cómo y el por qué. Somos autónomos de cualquier otro grupo u organización, aunque abiertos a colaborar con aquellos grupos y colectivos afines, a los que consideramos hermanos o con los que nos podemos unir puntualmente para sacar algo en común. Practicamos la autogestión, nosotr@s nos buscamos nuestros recursos y de ellos y de nuestras energías, sentimientos, sueños e ideas, nos valemos para existir y avanzar. No creemos en dogmatismos que nos separan, sino en lo que nos une para construir algo mejor, desde una perspectiva antiautoritaria, contraria a la dominación y a las jerarquías.

En estos años hemos charlado y debatido sobre muchas temas, sobre trabajo, género, cárceles…; se han celebrado dos ediciones de las jornadas por un barrio intercultural, con gentes de muchos sitios del mundo compartiendo sus vivencias, problemas e inquietudes; se habló de los encierros contra la ley de extranjería, con sus protagonistas; se ha activado la memoria histórica y colectiva de lucha y resistencia a través de video-fórum como “La Patagonia Rebelde”, “Siete días de enero”, “Vivir la utopía”, o “Buenaventura Durruti, anarquista”; se han organizado actividades con chavales con los grupos que en ese ámbito se mueven en nuestro local; en fin, hemos tratado de ofrecer al barrio y a nuestr@s vecin@s una alternativa de ocio, discusión y pensamiento crítico frente a un sistema que consideramos requiere una transformación radical (de raíz), desde la base, desde la gente que sufre en primera persona las consecuencias del “mundo feliz” y el “fin de la historia” que proclaman los beneficiarios y gestores del mismo. No nos ponemos límites, y estamos abiertos a las propuestas e iniciativas que en ese sentido quiera aportar cualquiera con ganas de participar y compartir nuestro proyecto.

Todo esto en un barrio de la periferia madrileña, que no escapa a los problemas que se repiten en mil puntos distintos, a la vez, y en distintas circunstancias; un mundo y un barrio en el que también mandan las hipotecas que nos imponen los bancos, atando nuestras vidas; el trabajo asalariado que nos condena a no depender de nosotr@s, que nos obliga a vender nuestra fuerza de trabajo en beneficio de unos pocos con los que no nos encontramos en el andén del metro, ni en la parada del autobús, ni en las oficinas del INEM. Un barrio en el que sus vecin@s, aún después de manifestaciones continuas de miles de personas, han visto como los poderes públicos, esos que deciden por nosotros, hacen y deshacen sin preguntar, legitimándose en el cheque en blanco de un voto cada cuatro años al que llaman democracia, imponen que los terrenos de la cárcel de Carabanchel, que tanto dolor, injusticia y sufrimiento han visto crecer entre sus muros, se conviertan en pasto del negocio inmobiliario, y de las nuevas cárceles, más modernas y sofisticadas, a las que llaman centros de reclusión de menores, o de internamiento de inmigrantes ilegales en vías de expulsión; con un uso social de los mismos al que llaman crear una macrocomisaría, haciendo caso omiso de la exigencia de un hospital y viviendas sociales. En un barrio en el que también aprendemos a obedecer en las escuelas y a pensar dirigidos desde las televisiones, esas que sí llegan con sus discursos a todos los lugares, enseñándonos a no pasarnos de la raya, a ser sumisos y obedientes, a continuar conformándonos con las migajas que nos ofrecen. Un barrio en el que las torres de alta tensión continúan observando desde lo alto junto a casas en las que vive gente cuya salud está en juego.

Pero un barrio que en momentos se ha levantado y se ha movilizado, y que lo podría volver a hacer; en un barrio interracial e intercultural, que ha recibido a nuev@s vecin@s que lo han enriquecido, y que nos han contado, y nos cuentan, con su sola presencia, historias de pobreza y persecución, de exilio y de dolor, historias de dignidad y de lucha por conquistar la vida que a tod@s nos niegan. Mientras, políticos y medios nos dicen que somos distintos, siembran odio y racismo, y nos hacen creer que a quien de verdad nos parecemos es a aquellos que desean llevar las riendas de nuestras vidas, a quienes más a gusto se encuentran con el “orden de las cosas.“

Mucho hay por hacer en un mundo que llama igualdad de oportunidades a la ley de la selva empresarial, condenando a la pobreza y a la marginación a muchos miles de personas; en el que la solución a la pobreza es la cárcel, en el Estado con más presos de la UE; en el que la represión es la mejor medicina contra el cuestionamiento de las cosas, criminalizando a la disidencia, a través de discursos vacíos y fórmulas mágicas e inaceptables.

Pero bajando de nuevo a La Candela, en el local de la Asociación de Vecin@s de Aluche, ejemplo de un movimiento que ha dado vida y dignidad a los barrios, un pequeño espacio y unos cuantos libros, cerca ya de mil. Libros para los más peques, porque queremos que ellos también estén en nuestro local, y se encuentren como en casa; con novela, teatro y poesía, porque nos cuentan mil y una cosas, porque encierran mil mundos, y nos hacen pensar y sentir, sentirnos libres; y sobre todo, con libros escritos y editados desde los movimientos sociales, desde toda la gente que se mueve por cambiar el estado de las cosas; con teorías y ejemplos de acción y práctica. Con secciones dedicadas al mundo del trabajo, a la educación y pedagogía, al racismo y la inmigración, o a realidades que nos hablan de Palestina o América Latina; que nos recuerdan una memoria de dictadura y verdadero terror; o nos hablan de las ideas y ecos que desde siempre han peleado por un mundo nuevo y mejor, y de la necesidad de luchar por conseguirlo.

Con una modesta y recién nacida distribuidora, en la que dar salida a revistas y libros que así se difunden, y que hablan de todo lo que nos preocupa o nos ilusiona. Con materiales de Klinamen o Quilombo, sobre experiencias de lucha y sobre marginación y exclusión social; con materiales autoeditados nacidos de iniciativas individuales o colectivas que necesitan de estas salidas para poder difundirse.

Todo esto no son a fin de cuentas sino palabras de presentación de quiénes somos y cómo lo vemos, y por supuesto, es una invitación explícita para que por aquí te pases y lo conozcas, utilices la biblio y participes en la asamblea, en darle vida y continuidad a todo esto.

El futuro es nuestro. El presente también. Arriba los que luchan.

Asamblea de La Candela