Desde el primer número publicado en el pasado mes de marzo, las personas que confeccionamos Codo a Codo hemos procurado acoger las diversas realidades que atraviesan el complejo mosaico de Latinoamérica. Una presencia alentada desde la solidaridad fraterna e internacionalista con los pueblos latinoamericanos que, históricamente, ha sido -y debe continuar siendo- seña de identidad de la izquierda.
El número bimensual que publicamos como cierre de este año inicia sin embargo una nueva andadura, con la que pretendemos profundizar en la reflexión y el debate sobre un continente que, en estos primeros compases de siglo, vive un momento político particularmente esperanzador.
Conviene recordar que América Latina constituyó, durante las tres últimas décadas, el principal laboratorio de aplicación del modelo neoliberal. Un laboratorio que hunde sus raíces en el genocidio desarrollado en los años 70, en el marco de la doctrina de seguridad nacional impulsada desde Washington.
Precisamente, finalizamos este año con la alegría producida por la muerte del genocida Pinochet; una alegría empañada, en parte, por la impunidad de la que gozó el dictador, apoyada en la complicidad infame de los gobernantes europeos -Blair y Aznar a la cabeza- y los sucesivos gobiernos chilenos de la concertación, siempre dispuestos a obstaculizar la posibilidad de la justicia para las víctimas.
Por cierto, que en la muerte del dictador no podemos dejar de recordar igualmente el reciente fallecimiento de Milton Friedman, premio Nóbel de economía y el gran ideólogo del neoliberalismo que asesoró personalmente al gobierno chileno, proporcionándole las recetas económicas que la dictadura genocida aplicaría luego a sangre y fuego.
Una carta que publicamos como homenaje a un compañero, Bernardo Lejderman, quiere servir como recordatorio y reivindicación de la presencia permanente de tod@s l@s víctimas de la represión coordinada en el Cono Sur latinoamericano. Represión ejercida por genocidas que en la actualidad siguen gozando mayoritariamente de impunidad, como ha puesto de manifiesto tristemente la desaparición en Argentina de Julio López (cuyo secuestro por las patotas vinculadas a la policía bonaerense cumplirá tres meses el próximo 18 de diciembre.)
El desastre social provocado por tres décadas de neoliberalismo ha provocado la emergencia de múltiples luchas que -desde la diversidad de pensamiento, formas de organización y acción- conforman una nueva esperanza para los pueblos latinoamericanos. Una esperanza que simbólicamente se inicia con el alzamiento zapatista de 1994 y que alcanza un paso de frontera con el estallido popular de diciembre de 2001 en Argentina, precisamente el país que se había convertido en los años 90 en el alumno aventajado de las políticas dictadas desde los organismos financieros internacionales.
La represión sobre las clases populares ha sido, una vez más, la respuesta común realizada por los distintos gobiernos latinoamericanos. Una violencia alentada en no pocos casos desde las grandes compañías multinacionales de capital extranjero, como se recoge en los informes anuales de la CIOLS sobre violación de los derechos sindicales.
Los diferentes artículos que publicamos en este número constituyen un pequeño aporte a la reflexión sobre esta nueva etapa política y social en América Latina, que continuaremos en sucesivos números.
Este boletín incluye asimismo cuestiones con las que venimos tratando habitualmente como parte de nuestro proyecto de incitación al pensamiento político. Así, recogemos dos artículos que abordan el debate sobre los problemas ecológicos que plantea el actual modelo de producción capitalista, a escala internacional como local.
También incluimos una reflexión la crisis de centralidad de los Estados y procesos de “desdemocratización” así como sendas notas que tratan temas de especial actualidad en el estado español, como son el desarrollo del proceso de paz y las luchas en torno a la privatización de la sanidad. Asimismo incluimos una nota relativa a la polémica surgida en el movimiento antifascista de Madrid en torno a la última convocatoria del 20-n.
Por último desplegamos las palabras y el corazón de uno de los nuestros que anda por el altiplano subiendo para tocar el cielo con las manos, es decir, andando con las gentes sencillas que viven y luchan el CUANDO ES YA