Escenarios de crisis: fracturas y pugnas en el sistema internacional
Reseña realizada por Rosa Salgado

Se acaba de presentar en Madrid, el anuario del CEIPAZ-Fundación Cultura de Paz editado por Icaria que lleva por título: Escenarios de crisis: fracturas y pugnas en el sistema internacional. El anuario selecciona algunas de las principales tendencias en el sistema internacional y ofrece análisis críticos y propuestas para una mejor comprensión de las dinámicas que afectan a la realidad mundial. Cuenta con la contribución de prestigiosos autores del ámbito académico, periodístico y de la investigación para la paz.

Algunas de las principales ideas que se plantean son:

Verdades aún más incómodas: la crisis del modelo y la necesidad de pasar de las palabras a la acción
El panorama internacional está marcado por distintas fracturas que se manifiestan en la crisis de un modelo que no es ambientalmente sostenible, que excluye del bienestar a amplios sectores de la población mundial, especialmente a las mujeres, que no es capaz de asegurar la gobernanza democrática del sistema internacional o la provisión adecuada de bienes públicos globales y no contribuye a superar las tensiones y conflictos por medios pacíficos a partir de la negociación y la diplomacia.

Existen numerosas propuestas e ideas para abordar esta crisis de modelo pero para ello es necesario contar con voluntad política para llevarlas a cabo y tomar medidas que faciliten un cambio de tendencia. Es urgente contar con marcos de gobernación global, con instituciones multilaterales capaces de hacer frente a los grandes problemas mundiales que afectan a la humanidad. Contamos con los recursos y los conocimientos para construir un mundo que incluya las necesidades de todas las personas. Como afirma Federico Mayor Zaragoza, presidente de la Fundación Cultura de Paz, en su contribución al anuario “Es tiempo de acción, de ver los invisibles y hacer los imposibles”.

Pasar de las palabras a la acción
En Naciones Unidas ha habido avances conceptuales y normativos de gran relevancia en el ámbito de la prevención de conflictos y la construcción de la paz. Se ha incorporado conceptos como la seguridad humana y de responsabilidad de proteger, asi como la Resolución 1325 sobre la contribución de las mujeres en los procesos de construcción de la paz. La adopción de estos principios es muy importante pero es preciso traducirlo en acciones concretas.

En el caso del principio de la Responsabilidad de Proteger, la situación en Sudán exigiría la aplicación inmeditata de este principio, que plantea que cada Estado tiene la responsabilidad de proteger a la población del genocidio, los crímenes de guerra, la limpieza étnica y los crímenes contra la humanidad. Si el Estado fracasa en hacerlo, la responsabilidad de proveer dicha protección reside en la comunidad internacional. En Sudán desde febrero de 2003 han muerto alrededor de 200.000 personas y dos millones de personas han sido desplazadas. Como numerosas fuentes indican, el gobierno de Jartum tiene una responsabilidad directa en esta situación.

El papel de las mujeres en la construcción de la paz fue reconocido con la aprobación de la Resolución 1324 por el Consejo de Seguridad en 2000. Se han producido avances interesantes en la aplicación de la Resolución como una mayor incorporación mujeres en las misiones de mantenimiento de la paz, en la definición de los mandatos de Naciones Unidas, en los planes de acción relacionados con el desarme, en las acciones humanitarias; en el nombramiento de mujeres como Representante Especial del Secretario General. Sin embargo, la mera participación no significa que se modifiquen las relaciones de poder en cuanto al género. Es necesario profundizar en este aspecto así como mejorar los mecanismos de seguimiento de la aplicación de la Resolución. La realización de planes nacionales sobre la 1325 es importante. El gobierno español en 2007 aprobó su plan nacional. Es deseable que se apoyen medidas encaminadas a promover la aplicación de la Resolución 1325 tanto a nivel internacional como nacional. y reconocer y consolidar el papel de la mujer como actor que construye la paz.

Las principales fracturas en el sistema internacional se manifiestan en los siguientes hechos.

El desplome del dólar y la crisis financiera son la expresión del debilitamiento de Estados Unidos y del fracaso del proyecto hegemónico de los neoconservadores.
Entre 1999 y 2006, el dólar ha perdido en torno a un 40% de su valor respecto al euro y sólo en el último año ha perdido en torno a un 15% de su valor respecto a ambas monedas.Esta crisis no puede entenderse al margen de las “guerra contra el terrorismo” y de la invasión y posterior ocupación de Irak, afirma el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense, Jose Antonio Sanahuja. La política económica de los Estados Unidos ha combinado la reducción de impuestos a los más ricos, con recortes en el gasto social y un fuerte incremento del gasto militar ordinario, al que se añade el gasto extraordinario derivado de las guerras de Irak y Afganistán. El resultado ha sido un incremento del déficit fiscal y del déficit comercial de Estados Unidos, con el consiguiente aumento de las necesidades de financiación externa del que ha pasado a ser el mayor deudor del mundo, y el desplome del dólar, que se ha situado en su nivel más bajo desde los años setenta en relación a otras divisas. El gasto militar se financió extrayendo los derechos que se derivan de la emisión del dólar, mediante un “impuesto inflacionario” con el que Estados Unidos trasladó a otros países una parte apreciable de los costes de su posición hegemónica.

La “guerra contra el terrorismo“ llevada a cabo por la administración Bush ha fracasado en cuanto a reducir el número de atentados terroristas, sin embargo ha logrado otros fines como restringir las libertades y un retroceso en el respeto de los derechos humanos.
Según los datos del Departamento de Estado (2007) de Estados Unidos, los ataques terroristas han aumentado desde la ocupación de Irak: en 2003 hubo 172 ataques significativos y en 2006 se produjeron 14.388. En 2007 ha habido una disminución de los ataques, pero siguen siendo muy elevados.

El catedrático de sociología, Jose Mº Tortosa de la Universidad de Alicante afirma que “La guerra contra el terrorismo” ha logrado que desaparezca cualquier oposición interna dentro del propio Estados Unidos y además ha ofrecido oportunidades, legales e ilegales para el enriquecimiento de sus elites. Sin embargo, no ha conseguido reducir el terrorismo, sino por el contrario en algunas zonas lo ha agravado y en otras ha emergido con fuerza como es en el caso de Irak. También en Afganistán donde la situación del conflicto está en retroceso. La superposición de la misión de estabilización respaldada por Naciones Unidas ISAF y la operación militar estadounidense contra los talibanes dificulta las actividades de reconstrucción, ha causado numerosas bajas entre la población civil, y las condiciones de vida de la población no han mejorado significativamente, dado que la mayor parte de los fondos se ha destinado a la seguridad. Los dilemas de la intervención española en Afganistán son muy numerosos.

El conflicto israelí-palestino se ha agravado y se encuentra en un callejón sin salida.
Los dos años que median entre las elecciones legislativas palestinas de enero de 2006 y la ofensiva israelí sobre Gaza en marzo de 2008 han sido nefastos para los palestinos. Al unilateralismo israelí se han sumado la negativa internacional a reconocer la legitimidad del gobierno de Hamás a partir de 2006, las sanciones internacionales contra la Autoridad Nacional Palestina, el fracaso del corto experimento de gobierno de unidad nacional palestino y la división palestina con la crisis de Gaza en junio 2007, seguido de Annápolis que ha tenido escasas consecuencias prácticas.
Como afirma en su capítulo el politólogo y experto en mundo árabe, Isaías Barreñada, un proceso de paz no puede estar basado en la imposición del proyecto del ocupante, dejando a un lado el derecho internacional y los derechos inalienables de la población de los territorios ocupados. En la actualidad existe el riesgo evidente de que se legitime y se legalice la ocupación, consagrándola como un hecho permanente e irreversible. La comunidad internacional se enfrenta, en suma, al dilema de contribuir a legalizar la injusticia, o de ser garante de una paz justa y duradera que no puede estar fundamentada en esa situación de facto.

La irrupción de China en el continente africano como un actor económico y político de primer nivel está generando una viva controversia internacional

Se teme que el pragmatismo desprovisto de sensibilidad social y ambiental que ha caracterizado el desarrollo chino en las tres últimas décadas se extienda ahora a África.

Las razones que motivan el interés de China por África se resumen en tres variables : garantizar el acceso a los recursos energéticos y determinadas materias primas, abrir mercados a los productos chinos y a sus empresas y aumentar la influencia política directas y reforzar los vínculos con los países africanos para ampliar el nivel de cobertura y respaldo de sus puntos de vista.
A comienzos de 2007, el presidente Hu Jintao visitó ocho países africanos (Camerún, Liberia, Sudán, Zambia, Namibia, Sudáfrica, Mozambique y las Seychelles), multiplicando los acuerdos comerciales y anunciando la anulación de deuda (15 millones de dólares adeudados por Liberia, o 7,9 millones de dólares de Zambia), donativos para la reconstrucción de zonas afectadas por desastres, construcción de escuelas, hospitales, etc.

La influencia de China en Angola y Sudán es muy intensa. En Sudán, por ejemplo, absorbe el 60% de la producción petrolera. A lo largo de 2006, los intercambios con Jartum han alcanzado los 3.000 millones de dólares. La cooperación militar también es relevante. China ha construido fábricas de armas en Sudán, Zimbawe y Malí y provisiona de material militar con independencia de que se encuentren en conflicto o no.

Como explica Xulio Ríos, director de IGADI las bases del posicionamiento chino en África se apoyan en la ausencia de un pasado colonial lo que es un factor de legitimidad histórica importante, la defensa de la no injerencia y el establecimiento de la cooperación Sur-Sur.

América Latina, tres liderazgos regionales y agendas múltiples dificultan los procesos de la integración regional
Los procesos de integración regional en América Latina presenta importantes desafíos. Como afirma el Secretario General de FLACSO es necesario avanzar en la construcción de una agenda que posibilite superar los conflictos, reducir las asimetrías, generar espacios de negociación y evitar acciones unilaterales que le resten dinamismo a los procesos. América Latina posee agendas múltiples y es necesario coordinarlas y ubicarlas en una perspectiva de integración regional. Los procesos de integración enfrentan numerosos retos de carácter estructural relacionados con vulnerabilidades, debilidades y disfunciones ligadas a los patrones de desarrollo desigual, de crecimiento económico limitado e inserción internacional subordinada: Desafíos políticos relacionados con la consolidación de la democracia, desafíos institucionales relacionados con el funcionamiento de las instituciones de los procesos de integración. En este proceso juega un papel muy importante los tres liderazgos regionales que se ha configurado en la región, México, Brasil y Venezuela, cada uno con unos intereses y una visión propia de lo que debe ser América Latina.

El liderazgo mexicano marcado por su relación con los Estados Unidos, tercer socio comercial de Estados Unidos, después de Canadá y de China y el segundo mercado en importancia para las exportaciones estadounidenses. El lanzamiento de la iniciativa Mérida contempla una ayuda militar de Estados Unidos de 1.500 millones de dólares para combatir la guerra transfronteriza contra las drogas y el crimen organizado e impone un enfoque militarizado de abordar las cuestiones de seguridad, que tiene consecuencias sobre la gobernabilidad y el sistema democrático.

Brasil tiene una considerable influencia regional y ha sido un líder indiscutible en la creación de la Comunidad Sudamericana de Naciones además de su peso en el MERCOSUR. Se asume que un espacio sudamericano liderado por Brasil puede contribuir a mantener la estabilidad regional, a través de la promoción de la democracia y en función de un componente estratégico de seguridad regional, en conservar a América del Sur como una zona desmilitarizada.

El liderazgo de Venezuela ha reforzado sus relaciones políticas y vínculos comerciales con aquellos países que rivalizan con Estados Unidos, utilizando los abundantes recursos provenientes de la explotación petrolera (la diplomacia petrolera). El Alba constituye un factor de fragmentación en el proceso de integración regional sudamericano, en tanto pretende convertirse en “núcleo duro” de UNASUR, en competencia con MERCOSUR y el proyector integrador brasileño.

Datos comerciales del libro Anuario CEIPAZ 2008-2009. Escenarios de crisis: fracturas y pugnas en el sistema internacional. Edita: Icaria editorial Coordina: Manuela Mesa