incio
Editorial Mes de Julio, 2006

Hasta el árbol que florece miente en el instante en que percibe su florecer sin la sombra del espanto; hasta la más inocente admiración por lo bello se convierte en excusa de la ignominia de la existencia, cosa diferente, y nada hay ya de belleza ni de consuelo salvo para la mirada que, dirigiéndose al horror, lo afronta y, en la conciencia no atenuada de la negatividad, afirma la posibilidad de lo mejor (Theodor Adorno)

En la mitad del mes de julio salimos nuevamente.

Un mes de julio atronador de calor y cargado de todos los opuestos entre los que transcurrimos diariamente. Y decimos transcurrir porque nos cuesta aplicar el verbo vivir y también (por respeto total) sobrevivir, en estos tiempos en que esquizofrénicamente caminamos.

Casi parece que fue mucho tiempo atrás en que se desarrolló un año más de los “7 días de lucha social. Rompiendo el silencio”, donde (sin dudas) una nueva generación de activistas, imaginan, crean e irrumpen con ideas y mucha imaginación en el gris panorama de la cotidianeidad y en la cosmovisión sin fisuras de la postmodernidad (complejos comerciales, consumismo, espectáculo, religión, carreteras futuristas, contratos basura, violencia de género, inmigración...)

No sólo todo es efímero, fugaz, además la postmodernidad ha establecido una condición a la mentalidad de la misma, la banalización, la tremenda e insoportable superficialidad que destituye a los seres humanos de su eje natural, el pensamiento, el impulso, la búsqueda, el ansia... Ciertamente que las condiciones epocales están determinadas por los elementos estructurales y fuera de la intención de los activistas sociales en la cultura posmoderna asentada, los valores de solidaridad, fraternidad –por ejemplo- no son algo ni normal ni habitual, no gozan de una impronta reinscripción ni de un espontáneo seguimiento, en lo colectivo ni en lo singular.

Por ello golpea tanto en este panorama árido y prácticamente desolador (compensado sólo por las pasiones emancipatorias) desglosar los temas que abordamos en este número de Codo a Codo; todo está atravesado y condicionado por la nueva ofensiva de exterminio al pueblo palestino llevado a cabo por el Estado de Israel, con el apoyo incondicional de EEUU, y con el silencio repugnante de la Unión Europea y de los gobiernos árabes; sumándose ahora el ataque a Líbano...

Un nuevo capítulo de la guerra interminable con que el Estado sionista necesita para su continuidad, afianzamiento y control de todo su entorno.

Dolorosas paradojas y dramáticas perplejidades.

Parecería que establecidos por el Imperio y asumidos internacionalmente los parámetros de la condición de terrorista, permite a la comunidad internacional callar y mirar para otro lado mientras un pueblo es bombardeado permanentemente, sitiado, destruidas las mínimas infraestructuras, cerradas a medicamentos y alimentos las arbitrarias fronteras, violación de derechos y de resoluciones de las cacareadas NNUU... ¡¡Hasta en los libros de educación elemental se enuncian estos hechos para definir un estado terrorista!!

Nadie puede negar que son crímenes de lesa humanidad los que comete el Estado de Israel contra el pueblo palestino, y ni siquiera debería discutirse si para algunos es o no genocidio, porque esta discusión es deshumanización, y, tanto horror parece haber inmunizado a la compasión y a la justicia.

¡Cuánta manipulación e inducción perfectas han desarrollado los sionistas, los imperialistas, con la “inocente víctima judía”! dañando tanto a la sociedad israelí como al conjunto de la colectividad judía; pero aún más, dicha manipulación ha generado una dependencia política tal que la izquierda “gubernamental” u “oficial” no puede apoyar totalmente la causa palestina porque teme salirse de la sociedad “abierta y democrática” del canon occidental... pero una izquierda auténtica está condenada a ser radical, subversiva, osada, y, si renuncia a esto, tal como comprobamos es parte constituyente del circo criminal de este sistema.

Y porque nos estalla la ira, la indignación, el no-perdón de Auschwitz, esta memoria es la responsable de aventarnos el ser a combatir las injusticias actuales, las modalidades de continuidad de Auschwitz, que no sólo fue un proyecto de destrucción física sino también la negación de la destrucción. Porque no se bombardean casas, hospitales, escuelas, en Gaza y Ramallah, se persiguen terroristas, lo demás son efectos colaterales. El doble rasero utilizado por políticos y medios de comunicación con el pueblo palestino, denigra y atenta contra la mínima decencia.

Y llegados a este punto lo que es más urgente que nunca el re-planteamiento de la utopía movilizadora de la igualdad, de la justicia, de la libertad, de la fraternidad...

Y nos resistimos a dejarla de lado, y más aún cuando presenciamos el mezquino comportamiento de aquellos grupos, Ongs, partidos y sindicatos, que son tan miserables de no abandonar el sectarismo y el protagonismo, y ejercitar la solidaridad amplia ante tanto dolor y tanta muerte.

Y es en este punto en que fuera posible recuperar la credibilidad, y que las palabras dejaran de ser ruido para ser el instrumento hacedor de vida y dignidad.

Y por ello, en la mitad de este julio, todo está atravesado por Palestina.

Indiferencia y crimen es lo mismo, escribió Edelman Marek, dirigente superviviente de la rebelión del Ghetto de Varsovia.