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EL GENOCIDIO ARMENIO
por Nélida Boulgourdjian-Toufeksian (1)

"La verdad es la última víctima del genocidio" (2)
"Ce qui constitue l'essence de tout Génocide et qui fait de celui-ci le phénomène moderne par excellence [est] la dénégation organisée et universelle" (3)

PRESENTACIÓN DEL TEMA

"El mundo tiene un falso concepto del turco. Durante años enteros se le dio el calificativo de "indefinible". Háblesele de él a un pequeño escolar y enseguida pensará en el diablo pagano que se apoderara de los Santos Lugares. Háblesele del turco a un adulto, y su mente se fijará en las víctimas de los valles de Rumelia y en los cientos de miles de armenios que fueron arrastrados dentro del desierto de Siria para languidecer y morir" (4). La frase pertenece a Emil Lengyel autor del libro sobre Turquía publicado en español en 1947 cuando este país llevaba décadas en tratar de modificar la imagen que el mundo guardaba por su responsabilidad en las masacres armenias (5). Y en parte lo había logrado porque decía Lengyel "Luego, repentinamente, el "indefinible turco" se hizo creador de un Este nuevo. Él, que había considerado como una virtud suprema el robar países y prosperar a costa de las miserias de sus oprimidos, fue el primero que, en el Mundo viejo, renunció a los poderes políticos y rechazó la invitación de darse al saqueo y la expansión. Fue él quien dio un nuevo aliento de vida al Cercano Oriente y se convirtió en un inspirador y modelo de países apartados como la India y Egipto" (6). A este cambio contribuyó el líder nacionalista Mustafá Kemal quien completó la obra de homogeneización racial iniciada por los Jóvenes Turcos, en la que se sustentó la República de Turquía creada en 1923 bajo su presidencia (7).

Asimismo encontramos en el texto de Lengyel la justificación de la ocultación de su pasado cercano: "Turquía ha tomado grandes decisiones desde el principio del siglo XX. A ningún país en el mundo se le ha exigido un esfuerzo tan consciente para borrar su pasado. Había que largar el peso muerto de las tradiciones y asumir nuevas responsabilidades" (8).

Casi contemporáneamente, otros autores, como Thomas y Frye, también justificaban la eliminación de un sector de la población que permitió que Turquía se transformara en una República "moderna" que "es ahora un asociado apreciado por los Estados Unidos" (9). Estas palabras, escritas en 1951, siguen vigentes en los tiempos actuales pues Turquía es apañada por intereses económicos y estratégicos existentes en la región.

La negación del Genocidio armenio se institucionalizó, sobre todo después de la conmemoración del cincuentenario, por el esmero del Estado turco en poner al servicio de esta política todos sus recursos, con colaboradores en el ámbito académico, así como aliados militares y económicos como los Estados Unidos (10).

A pesar de los esfuerzos por ocultar la prueba, conducta reiterada en todo crimen de Estado (no escapa a ello la dictadura militar argentina en la década de 1970), desde el comienzo, el Genocidio armenio contó con una amplia difusión en la prensa internacional -incluso en la prensa argentina (11)-, en libros, artículos, investigaciones oficiales, relatos de testigos oculares. Además los aliados que ocuparon Constantinopla, al menos por breve tiempo, mostraron interés por castigar a los culpables y propiciaron en 1919, el juicio a miembros del partido Ittihad (condenados en ausencia), por su responsabilidad directa en las masacres.

El movimiento nacionalista encabezado por Mustafá Kemal echó por tierra los reclamos armenios, sobre todo a partir de la firma del Tratado de Lausana (1923) en que Armenia perdió su condición de estado independiente (1918-1920) y dejó de ser noticia. Una pequeña parte de Armenia fue sovietizada (1920) con lo cual no hubo estado que reclamara por sus víctimas. Más tarde, durante la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto judío, dada su magnitud, desplazó la atención del mundo (12).

Una vez más, Turquía fue favorecida por el contexto internacional que facilitó su política de ocultamiento, tergiversación de la historia y consecuente olvido.

El historiador Roger Smith en The Armenian Genocide, Memory, Politics and Future presenta el olvido como "erosión de la memoria" al decir que las naciones, los grupos o los individuos tienen poca memoria ante hechos que no les atañe de manera directa (13). Pero a la vez, los estados responsables difícilmente reconocen su culpabilidad y construyen a lo largo del tiempo lo que R. Hovannisian llamó "patrones de la negación" con el objeto de rechazar su responsabilidad y evitar las consecuencias morales, políticas y materiales de la admisión del crimen (14).

Dado que la noción de Genocidio lleva implícita la destrucción sin límites, - destrucción física y degradación de la persona - así como la eliminación de la entidad jurídica de los sobrevivientes, la presente investigación se propone detectar con la documentación disponible las prácticas de la negación y demostrar que existe una doble negación: por un lado, la negación de los muertos, es decir la responsabilidad en el crimen contra la minoría armenia del Imperio otomano y por el otro, la negación de la existencia de los sobrevivientes como persona jurídica.

INTERÉS DEL TEMA

El tema de la negación o negacionismo ha sido ampliamente estudiado. Mientras algunos como el historiador americano Richard Hovannisian (15) se centraron en la responsabilidad del Estado, otros como Vigen Guroian, en la responsabilidad colectiva y la justificación oficial (16).

El historiador francés Yves Ternon (17) analizó los alcances del término "negacionismo" articulado con los límites de la libertad de expresión, en particular, los casos de intelectuales alineados con la tesis turca.

El historiador Hilmar Kaiser en su investigación sobre lo que denominó "negación a la alemana", se ocupó de la incidencia del gobierno alemán en la negación del Genocidio armenio; afirmaba que dicha negación fue contemporánea de las masacres y contribuyó a su ejecución. Investiga la actuación del Embajador alemán en Constantinopla, Hans von Wangenheim quien afirmaba que "los intereses esenciales alemanes no debían ser sacrificados por el sostenimiento de los armenios" (18).

Lo interesante del análisis de Kaiser es la demostración, a través de los archivos alemanes, de la contribución de sus funcionarios a la construcción de los mecanismos de negación: el embajador Wangenheim hacía saber a la Sublime Puerta que Alemania aceptaría las deportaciones armenias siempre que fueran justificadas por necesidades militares y a condición de que los deportados fueran protegidos de los pillajes (19). Otro documento señalaba que para justificar las masacres era necesario demostrar que había habido efectivamente un vasto movimiento de subversión de la población armenia en Turquía, que el gobierno había tenido que reprimir para preservar su continuidad (20).

Majorie Housepian Dobkin demuestra en su trabajo que si la prensa de los Estados Unidos otorgó una amplia cobertura a la política turca de exterminio de los armenios, luego se instaló la teoría de "los dos lados de la historia", con la verdad compartida (21). Se reescribió la historia con el argumento de que hubo una guerra donde murieron personas de ambas partes. La autora afirma que los intereses económicos americanos en Turquía hicieron posible el cambio gradual en la opinión pública americana que determinó que la teoría de la responsabilidad compartida fuese aceptada por una parte de la sociedad.

Por su parte, Vahakn Dadrian se ocupa del tema de la negación en relación con los archivos turcos que considera de "dudosa naturaleza" (22). La demora en ponerlos a disposición del público -dice- responde a las prácticas de negación y tergiversación aplicadas por el gobierno turco a lo largo de los años.

MECANISMOS DE LA NEGACIÓN

Los argumentos básicos de la negación perduraron a través de las décadas -en particular, la negación de la responsabilidad y la culpabilidad de la víctima- pero cambiaron las tácticas, como se verá a continuación (23).

Antecedentes: negación de la persona jurídica. Exclusión de los armenios de la identidad nacional

La negación y el ocultamiento de la prueba no sólo comprendieron el plan de exterminio de los armenios como minoría en el Imperio otomano, es decir, la muerte de la persona física sino la destrucción de su cultura (24). La negación se vinculó además -por obvia consecuencia- con el desconocimiento de la existencia jurídica de los sobrevivientes.

En relación con el tema de status jurídico de los súbditos otomanos dice el historiador Rouben Adalian que más importante que el número era el status y las condiciones bajo las cuales vivían (25). Consideramos que el status de inferioridad al que fue sometida la población armenia se vincula con la condición de apátridas a la que fueron relegados los sobrevivientes del Genocidio.

Para comprender los mecanismos de negación del Genocidio en relación con la situación de los súbditos otomanos es necesario remontarse al contexto del multiétnico Imperio otomano, dominado por el Islam. El derecho religioso islámico imponía a los no musulmanes ciertas restricciones por ser diferentes. Además, las desventajas bajo las cuales los armenios estaban obligados a sobrevivir como pueblo estaban legalmente institucionalizadas desde el siglo XVI cuando los turcos otomanos crearon el vasto imperio con sede en Constantinopla (26).

El sistema de "millet" reconocía a los no-cristianos la práctica de su religión, su lengua y la preservación de su cultura, pero los consideraba ciudadanos de segunda clase, despojados del derecho a la crítica y sobre todo, a la autodefensa.

La posición de subordinación de los no musulmanes respecto de los musulmanes se apoyaba en el cuerpo de doctrinas adoptado por el Estado otomano. Dada la influencia del Islam sobre la vida de las personas, se explotó el "principio de subordinación de los unos y de superioridad de los otros."

Además, el sentimiento de superioridad que inspiraba el Islam a sus fieles era más fuerte que su "tolerancia aparente" respecto de las otras religiones.

La llegada de los Jóvenes turcos (sucesores del sultán Abdul Hamid) al poder determinó la puesta en marcha del plan de homogeneización mediante la eliminación del diferente (guiavur o infiel). Dicho plan no sólo implicó la muerte física de un sector de la población sino también el desconocimiento de los sobrevivientes como personas con entidad jurídica (27). Los Jóvenes Turcos, agnósticos, tomaron la noción de "nación dominante" frente a las minorías y eliminaron la legitimidad de cualquier expresión de nacionalismo de las minorías "toleradas" y la resistencia al reconocimiento de la superioridad de la población turca era interpretada como una amenaza para la sociedad (28).

Finalizada la Primera Guerra Mundial al tema de las masacres se sumó la cuestión de los apátridas, personas despojadas de la protección del país de pertenencia.

Estaban en esta situación tanto los rusos que emigraron cuando el Ejército Rojo tomó el control de los territorios que luego constituyeron la URSS, como los armenios, sobrevivientes de las masacres de 1915-1922. Se hizo urgente dar una solución al estatuto jurídico de los apátridas - rusos y armenios- con el objeto de brindarles la protección de la comunidad internacional y del país receptor. A iniciativa del Alto Comisariato para los Refugiados, creado con los auspicios de la Sociedad de Naciones, a cargo del filántropo Fridtjof Nansen, rusos y armenios fueron provistos del "pasaporte Nansen". (29) El país de origen, Turquía, por obvia consecuencia, se había despreocupado de la suerte de los sobrevivientes armenios. La Sociedad de Naciones junto con algunos países, en particular Francia, elaboró el estatuto jurídico internacional de los refugiados. Debemos destacar también que luego de la Primera Guerra, la cuestión de la documentación personal se convirtió en un elemento fundamental para atravesar las fronteras.

En el caso de la Argentina, para facilitar el visado de la documentación de armenios procedentes de Cilicia que querían viajar a la Argentina, " expulsados ha poco con motivo de la reciente desocupación de sus territorios, con motivo del tratado entre Francia y Turquía" se solicitó al Alto Comisariato de Francia, Siria y Líbano que tomara en cuenta los documentos oficiales extendidos por los jefes oficiales de las distintas religiones, visados por las autoridades francesas para cumplir con la Ley de Inmigración argentina (30). Una vez en la Argentina, sería la Unión Nacional Armenia (UNA) que supliría la función del estado en la concesión de la documentación a los ingresados (31).

A partir de la Primera Guerra, entonces, se fundó la existencia jurídica de las personas por su pertenencia nacional. Los armenios, desterrados y sin posibilidad de regresar a sus tierras, se convirtieron en refugiados, expresión de la negación de su pertenencia nacional.

PRIMERA ETAPA: NEGACIÓN ABSOLUTA Y JUSTIFICACIÓN (CONTEMPORÁNEA A LAS MASACRES)

Desde los inicios de las deportaciones en masa, los Jóvenes Turcos pusieron en marcha un sistema de defensa cuyo objeto era transformar una realidad histórica en una cuestión sujeta a controversia (32).

Las publicaciones de la época y las declaraciones oficiales hablaban de la deslealtad armenia (culpabilidad de las víctimas), de la inminencia de una rebelión en el interior del país y de la necesidad de evitarla.

Un documento importante fue publicado por el gobierno turco en 1916, "Verité sur le mouvement révolutionnaire arménien et les mesures gouvernementales" cuyo objeto era salir al frente de los cargos por las atrocidades cometidas; dicho texto puede ser considerado como el modelo de la negación (33). El término "deportación" empleado en la documentación turca encubría el verdadero objetivo de la eliminación de la población armenia:

"Para prevenir las dificultades que los armenios ubicados en zonas militares puedan ocasionar al ejército y al gobierno, para evitar posibles disturbios de armenios contra la población musulmana, para proteger las comunicaciones del ejército imperial y prevenir posibles golpes, fue decidido el traslado de armenios de las zonas militares a otras localidades.

Para asegurar el orden interno y la seguridad externa del país fue indispensable la remoción de los armenios de los lugares donde su presencia era peligrosa. (...). Durante la aplicación de estas medidas, lamentables actos de violencia fueron cometidos en algunas oportunidades, pero aunque lamentables, estos actos fueron inevitables por la profunda indignación de la población musulmana."

En las Memorias Póstumas de uno de los responsables directos del Genocidio, Talaat Pashá, luego de haber sido declarado culpable en ausencia y antes de ser asesinado en Berlín en 1921 por un armenio cuya familia había muerto durante las masacres, decía que los armenios de las provincias orientales habían sido deportados pero no existió un plan determinado de aniquilación (34). Algunos inocentes habían sufrido excesos por abuso de autoridad pero se justificaba al decir que no era posible permitir que el país se dividiera y se instalara la anarquía en Anatolia. ."Medidas preventivas fueron tomadas por todos los países durante la guerra -decía- pero si actos lamentables habían pasado desapercibidos en otros países, el eco de los nuestros fue escuchado en todo el mundo, porque los ojos de todos estaban puestos en nosotros" (35).

Estos dos ejemplos, uno de un responsable directo y el otro un documento de propaganda estatal, describen la gestación de los mecanismos de negación.

SEGUNDA ETAPA (PERÍODO DE ENTRE GUERRAS): PROPAGANDA ENCUBIERTA POR VÍA DE LOS CANALES DIPLOMÁTICOS

En esta etapa Turquía intentó rechazar el hecho, sin demasiadas estridencias, mediante canales diplomáticos o presiones políticas. Un ejemplo de ello es que en los años 1930 Turquía presionó al Departamento de Estado para evitar que los estudios MGM de produjeran un film basado en la novela de Franz Werfel, Los cuarenta días de Musa Dagh, que narra aspectos del genocidio armenio en Antioquía, sobre el mar Mediterráneo (36).

Esta etapa, tal como lo hemos demostrado anteriormente (37), es coincidente con la recordación del Genocidio como una conmemoración privada, en memoria de los familiares masacrados, pero que fue determinante en la institucionalización de la conmemoración del 24 de abril. En el período de entreguerras se desarrollaron, eotnces, los rituales que modelaron esa fecha como día de recordación.

TERCERA ETAPA: PROPAGANDA ACTIVA, LA NEGACIÓN ENTRA AL CAMPO ACADÉMICO (A PARTIR DEL CINCUENTENARIO).

Es sobre todo a partir de la "explosión" de la recordación del 24 de abril en el ámbito público que el gobierno turco orientó sus esfuerzos en "rehacer" la historia mediante publicaciones históricas, de difusión general o académicas, para rehabilitar a los perpetradores y responsabilizar a las víctimas (38).

En la década de 1960 cuando se conmemoraba el cincuentenario del Genocidio se hicieron esfuerzos por influir sobre periodistas, docentes y funcionarios públicos para decir "la otra cara de la historia". Se alentó a estudiosos extranjeros para revisar los archivos sobre genocidio y dar su versión al decir que la guerra había afectado la vida de los turcos más que la de los armenios.

En un interesante trabajo sobre los libros de historia turca de difusión cuyo objeto era detectar el lugar que en ellos ocupaba la temática armenia, Clive Foss señala que la historia oficial tiene por objeto demostrar que los turcos han tenido prioridad absoluta en Anatolia (una de las regiones de importante concentración armenia) mientras que la presencia armenia era insignificante (39). Otros autores, si bien la reconocen, le asignan una antigüedad menor a la de la población turca. Finalmente, afirma Foss que salvo pocas excepciones, los escritos turcos son tendenciosos pues reducen la presencia armenia en el mapa de Turquía hasta su desaparición.

En los años 80 se invirtieron importantes sumas para, por un lado, confundir la opinión pública internacional mediante publicaciones con apariencia de serias y, por otro lado, para atraer a su campaña de tergiversación al ámbito académico no turco.

Turquía dirigió sus ataques a conferencias internacionales y discusiones públicas sobre el Genocidio. Ejerció presiones para que no se tratase el caso armenio en la conferencia internacional en Tel Aviv, en 1982 -"el llamado, genocidio armenio", decía- mediante amenazas hacia los judíos que vivían en Turquía.

A partir de entonces el gobierno turco hizo distinción entre el holocausto y el Genocidio, asignando veracidad al primero y negando la existencia del segundo.

Se invirtieron importantes sumas para crear institutos dedicados a la investigación de la historia turca con el objeto de profundizar la negación y mejorar la imagen. Uno de los especialistas en el campo académico es Heath Lowry, universitario americano que puso su nombre y su prestigio al servicio de la empresa de la negación.

Roger Smith, ya citado, analiza los casos de intelectuales puestos al servicio del Estado turco, con la función de desacreditar a todo autor que presentara el Genocidio armenio como una verdad histórica (40). Observa que la negación del crimen encierra la negación total al decir que el genocidio no tuvo lugar y que las víctimas tenían cierta responsabilidad por su destrucción. Se intentó instalar la idea del "sí pero" como una forma de las formas de la negación; los armenios murieron, pero también los turcos; sí el conflicto tuvo lugar, pero fue una guerra civil en el contexto amplio de la guerra (41).

En esta política de negación tuvo un lugar importante el control estatal de quienes consultaban los archivos otomanos, cerrados al público en general hasta 1989. Una prueba de ello es la denuncia del historiador Hilmar Kaiser (42): "Los que sostienen la tesis turca negacionista tienen la exclusividad o la prioridad para acceder a ciertos documentos". Además, ha comprobado que existen textos consultados por ciertos autores a los cuales él no ha tenido acceso. Otro historiador, Ara Sarafian (43) pasó por la misma experiencia en los archivos turcos liberados en la década de los '80 , realidad que lleva a preguntarnos sobre la confiabilidad de estos archivos.

ARGUMENTOS PARA UNA JUSTIFICACIÓN INVEROSÍMIL

Los argumentos en que se basó el Estado turco para justificar los actos pueden reunidos en las siguientes ideas (44):

1) Los armenios se comportaron en forma desleal y se rebelaron;
2) el gobierno turco se vio obligado a desplazarlos porque ellos estaban ubicados cerca del frente y colaboraban con el enemigo;
3) a pesar de todas los recaudos tomados para proteger las vidas y los bienes de los deportados, se produjeron víctimas como también las hubo entre la población turca. Se trató de una guerra donde el ejército y la población civil fueron sometidos a terribles sufrimientos. Las muertes, en consecuencia, no fueron actos organizados.
Esta forma de negación que incluye la ocultación de la verdad histórica contrasta con las múltiples pruebas existentes. Incluso, los argumentos de la negación se desmoronaron en el mismo momento en que se construyeron, es decir, cuando en 1919, en la ciudad de Constantinopla, ocupada por los aliados, se efectuó el juicio de los responsables de las masacres armenias, condenados en ausencia por el crimen. En ese momento se demostró que el Comité "Unión y Progreso" había organizado la supresión de los armenios y que el argumento de la revuelta era falso. Sólo había habido movimientos de autodefensa como último recurso para evitar la muerte (45).

Durante décadas se intentó reducir el genocidio armenio a materia de disputa y controversia con el objeto de evitar que se aplicara al caso armenio la noción de Genocidio.

Se utilizaron distintos procedimientos (46):
a) No se diferenció las víctimas de las masacres de los que murieron durante el conflicto bélico.
b) Se presentó el Genocidio armenio como una guerra civil en el marco de la Primera guerra mundial.
c) Las víctimas y los victimarios fueron colocados en el mismo plano, es decir, que se los consideró como antagonistas en una contienda.
d) Las víctimas fueron transformadas en victimarios, como iniciadoras de la violencia.

Finalmente, Turquía trató de minimizar los hechos mediante (47):
1) El reemplazo de la noción de genocidio por la de masacres aisladas y locales.
2) La presentación de la deportación como "ficción de una transferencia", legítima para la legislación turca.
3) La negación de la intención con lo cual niega la planificación.

CONSIDERACIONES FINALES

El Genocidio lleva implícita la destrucción sin límites, es decir, la destrucción física de las personas así como la eliminación de la entidad jurídica de los sobrevivientes (48). A partir de la documentación consultada hemos detectado la existencia de una doble negación: por un lado, la negación de los muertos, es decir la responsabilidad en el crimen contra la minoría armenia del Imperio otomano y por el otro, la negación de la existencia de los sobrevivientes como persona jurídica. A partir de la Primera Guerra se fundó la existencia jurídica de las personas por su pertenencia nacional. Los armenios, desterrados y sin posibilidad de regresar a sus tierras, se convirtieron en refugiados, expresión de la negación de su pertenencia nacional.

La negación también alcanzó el ámbito académico; se elaboraron diversas tesis con el objeto de desacreditar los testimonios de los sobrevivientes. Los historiadores turcos presentaron una visión remozada y adaptada acorde con la nueva imagen que se quería proyectar. A partir de estas publicaciones, los armenios nunca habrían existido en la llamada Armenia histórica.

Las prácticas de la negación han pasado por diferentes etapas y las respuestas han evolucionado. El espacio abierto a partir de los Encuentros sobre Genocidios desde hace cuatro años con aportes del ámbito universitario y académico constituye una respuesta valiosa.

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1- Publicado en Nélida Boulgourdjian-Toufeksian, J. C. Toufeksian y C. Alemian (eds), Genocidios del siglo XX y formas de la negación, Buenos Aires, Edición del Centro Armenio, 2003. pp. 33-50.
2- R. COHEN "Killing Truth", Washington Post, 31 de mayo de 1983, citado por R. HOVANNISIAN, "L'hydre à quatre têtes du négationnisme", en L'actualité du Génocide des Arméniens, Comité de Défense de la Cause Arménienne, Créteil, Edipol, 1999, p. 147.
3- M. NICHANIAN, Préface, en V. DADRIAN, Autopsie du Génocide arménien, Bruselas, Complexe, 1995,
4- E. LENGYEL, Turquía y su pueblo, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1947, p. 22. Prefacio de Jorge Blanco Villalta, quien fuera vicecónsul y luego embajador argentino en Turquía, recientemente fallecido (2003).
5- Las recopilaciones realizadas en la década de 1980 sobre la repercusión del Genocidio en la prensa mundial, tanto en Canadá, como los Estados Unidos, Argentina y Uruguay dan cuenta del conocimiento que la opinión pública occidental tenía del tema.
6- E. LENGYEL, Turquía y su pueblo, op. cit., p. 23.
7- Entre 1920 y 1922 las fuerzas kemalistas exterminaron a los armenios que quedaban en Asia Menor. En Cilicia encabezaron las masacres de la población armenia de Marash, Hadjin y Aintab y, con la ocupación de la ciudad de Esmirna en 1922, eliminaron a la población griega y armenia. Véase sobre este tema R. Adalian, Remembering and Understanding The Armenian Genocide, Erevan, National Commission of the Republic of Armenia, 1995, p. 30.
8- Ibid, p. 24.
9- L. THOMAS Y R. FRYE, "The United States and Turkey and Iran", Cambridge, Mass., 1951, p. 61, citado por R. HOVANNISIAN, La question arménienne, en Le crime de silence, París, Flammarion, 1984, p. 60.
10- R. HOVANNISIAN, L'hydre..., op. cit., p. 144.
11- N. BOULGOURDJIAN, N. El Genocidio armenio en la prensa argentina, Buenos Aires, Plus Ultra, 1985; R. KLOIAN, The Armenian Genocide: News Accounts from the Armerican Press, 1915-1922, Berkeley, AAC, 1985; D. KARAMANOUKIAN, El Genocidio armenio en la prensa del Uruguay. Año 1915, Montevideo 1985, entre otros. Entre los documentos publicados: J. LEPSIUS, Les massacres d'Arménie, Beirut, Hamaskaïne, s/f.; H. MORGENTHAU, Memorias, Buenos Aires, Comisión Pro Causa aRmenia, 1975, entre otros.
12- Véase sobre este tema V. DADRIAN, Autopsie du Génocide arménien, Bruselas, Complexe, 1995, p. 91 y siguientes.
13- R. SMITH, "The Armenian Genocide, Memory, Politics and Future" en R. HOVANNISIAN (ed.), The Armenian Genocide, op. cit., pp. 3-4.
14- R. HOVANNISIAN, "The Armenian Genocide and Patterns of Denial", en The Armenian Genocide in perspective, New Jersey, Transaction, 1987, p. 130.
15- R. HOVANNISIAN, "The Armenian Genocide and Patterns of Denial", pp. 111-133.
16- V. GUROIAN, "Collective Responsability and Official Excuse Making: The Case of the Turkish Genocide of the Armenians, en R. HOVANNISIAN, op. cit., p. 135.
17- Y. TERNON, Du négationnismo. Mémoire et tabou, París, Desclée de Brouwerr, 1999. Véase del mismo autor, El Estado criminal. Los Genocidios del siglo XX, Barcelona, Península, 1995.
18- H. KAISER, "Le génocide arménien: négation à l'allemande'", en L'actualité deu Génocide des Arméniens, Créteol, Comité de Défense de la cause arménienne, 1999, p. 79.
19- H. KAISER, op. cit., pp. 80-81.
20- Loc. cit.
21- M. HOUSEPIAN DOBKIN, "What Genocide? What Holocaust. News from Turkey, 1915-1923: A Case of Study", en R. HOVANNISIAN, The Armenian Genocide, pp. 97-109.
22- V. DADRIAN, "Ottoman Archives and Denial of the Armenian Genocide", en R. HOVANNISIAN (ed.), The Armenian Genocide, New York, St. Martin's Press, 1992, pp 280-310.
23- Véase sobre todo R. HOVANNISIAN, "Patterns of Denial", op. cit.
24- Sobre el tema de la destrucción de los monumentos arquitectónicos armenios véase J. C. TOUFEKSIAN, "Genocidio Cultural", en Genocidio. Estigma de la humanidad, Buenos Aires, Precursora, 2000, pp. 111-115.
25- R. ADALIAN, Remembering and Understandint the Armenian Genocide, Erevan, National Commission of the Republic of Armenia, 1995, p. 6.
26- Ibid, pp. 6-7.
27- V. DADRIAN, Autopsie du Génocide arménien, Bruselas, Complexe, 1995, pp. 29-32.
28- Ibid, p. 30.
29- Ibid., p. 29.
30- Archivo Ministerio Relaciones Exteriores y Culto de la Argentina, carta del cónsul argentino en Beirut, del 19 de julio de 1922 al Ministro de Relaciones Exteriores y Culto argentino.
31- N. BOULGOURDJIAN-TOUFEKSIAN, Los armenios en Buenos Aires. La reconstrucción de la identidad, 1900-1950, Buenos Aires, Edición del Centro Armenio, 1997.
32- R. HOVANNISIAN, "Patterns of Denial", en The Armenian Genocide in Perspective, op. cit., pp. 113-114.
33- Citado por V. GUROIAN, "Collective Responsability and Official Excuse Making: The Case of the Turkish Genocide of the Armenians, en R. HOVANNESIAN, The Armenian Genocide ..., p. 141.
34- "Posthumus Memoirs of Talaat Pashá", Current History, 15, noviembre 1921, pp. 294-295, citado por R. HOVANNISIAN, Patterns of Denial, op. cit., p. 117-118 35- R. W. SMITH et alt., "Professional Ethics and the Denial of Armenian Genocide", Holocaust and Genocide Studies, vol. 9, 1995, p. 3.
36- R. HOVANNISIAN, op. cit., pp. 120-121.
37- N. BOULGOURDJIAN-TOUFEKSIAN, "La recordación del Genocidio armenio en la etapa de entreguerras", en Los Derechos Humanos y la Vida Histórica, Actas del II Encuentro sobre Genocidio, Buenos Aires, Edición del Centro Armenio, 2002, pp. 39-54.
38- R. HOVANNISIAN, Patterns of Denial, op. cit., pp. 113-114; 124-127; 129-130. Véase también R. SMITH et alt., "Professional Ethics ...", op. cit., p. 3.
39- CLIVE FOSS, "The Turkish View of Armenian History: A Vanishing Nation", en R. HOVANNISIAN (ed.), The Armenian Genocide, New York, St. Martin's Press, 1992, p. 256.
40- R. SMITH et alt., Professional Ethics and the Denial, op. cit., pp. 2-4.
41- R. SMITH, "The Armenian Genocide: Memory, Politics and the Future, op. cit., p. 11.
42- H. KAISER, "Génocide arménien: négation à l'allemande", op. cit., p. 76.
43- A. SARAFIAN, "Réexamen du 'débat sur les archives ottomanes'", en L'actualité du Génocide des Arméniens, op. cit., pp. 128-130.
44- Y. TERNON, op. cit., pp. 19-20.
45- La cuestión armenia en nueve preguntas y respuestas, Ankara, Instituto de Política Extranjera, 1992.
46- Loc. cit.
47- Véase cómo Turquía construyó el discurso de la negación en La cuestión armenia en nueve preguntas y respuestas, Ankara, Instituto de Política Extranjera, 1992, pp. 16-32.
48- Y. TERNON, El Estado criminal. Los genocidios del siglo XX, Barcelona, Península, 1995, pp. 195-200.