La siniestralidad laboral en 2006
Codo a codo

Enero 2007.

Las estadísticas oficiales sobre accidentes de trabajo correspondientes al año 2006 han puesto de manifiesto, una vez más, la gravedad de la siniestralidad laboral en el Estado español, donde este fenómeno registra los niveles más elevados de toda la Unión Europea. Un fenómeno que, lejos de mitigarse, incrementa su incidencia año tras año, confirmándose como la cara oculta más amarga del “milagro económico” español.

Así, entre enero y noviembre de 2006 se registraron 962.730 accidentes de trabajo, un 3,95% más que en el mismo período de 2005(1) . La mayor parte de estos accidentes (873.677) fueron con baja en jornada de trabajo, registrándose un aumento del 3,9% en relación al mismo período del año anterior. Asimismo, se registraron 89.053 accidentes “in itinere” -es decir, en el trayecto al trabajo- con un incremento del 5% respecto del período equivalente en 2005.

La consecuencia más dramática de estos accidentes es la muerte de 1.274 trabajadores: 925 durante la jornada de trabajo, y 349 en el trayecto de casa al trabajo(2) . A ello, se suman 10.032 accidentes de carácter grave, de los que 8.214 se produjeron en el lugar de trabajo.

La elevada siniestralidad en el trabajo es un fenómeno estrechamente relacionado a la notable precariedad laboral, que en el Estado español afecta en torno al 305 del empleo (sin contar con la economía sumergida).

Ello se pone especialmente en sectores como la construcción, donde la proliferación de contrastas y subcontratas, la alta temporalidad del empleo, el recurso generalizado a la contratación fraudulenta – particularmente significativa en el caso de inmigrantes en situación irregular- y la ineficacia de la inspección de trabajo, constituyen un campo abonado para el incumplimiento sistemático de las normas legales de salud laboral, y la elevada accidentabilidad. Máxime, en un escenario de crecimiento incontrolado de la actividad del sector, en el que toda consideración sobre la mejora de las condiciones de trabajo -incluida la preservación de la salud de los trabajadores- queda supeditada al cumplimiento de los plazos, la ejecución de la obra y, en última instancia, la maximización de los beneficios.

Los accidentes laborales no pueden reducirse a una mera estadística. Detrás de cada accidente hay personas, compañeras y compañeros cuya vida puede quedar mutilada o fatalmente extinguida como consecuencia de circunstancias perfectamente evitables(3) .
La organización colectiva de l@s trabajador@s, reclamando la mejora de las condiciones de trabajo y denunciando la infracción de las normas de prevención, constituye la mejor garantía para que se pueda acabar con esta lacra social.

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1) Datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (17 enero de 2007).
2) Según un informe de Comisiones Obreras, el número de trabajadores fallecidos en accidentes laborales en 2006 ascendió a 1.352.
3) Como se pone de manifiesto en el artículo de Solidaridad Obrera publicado en este número de Codo a codo.